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Red-acción
II Época / Nº29
Noviembre-Diciembre
2008
CULTURA / ASISTIMOS A...
Manolo García conquista Euskadi

Carla Lopez Oliva, alumna de 2º bachillerato Ciencias sociales del colegio La Paz de Torrelavega.

"¿Y si la vida es un sueño?, como dijo algún navegante atribulado…", eso dice Manolo García en una de sus canciones; y es que él hace que la vida sea un sueño. Poesía hecha canción en sus conciertos en el País Vasco.

Animando a cantar al público.

Aún recuerdo la primera canción que escuché en su voz, yo tenía siete añitos y una cinta de casete de color amarillo sonaba en el coche de mi padre; era 'Como un burro amarrado a la puerta del baile' y me quedé asombrada con aquel tema. Luego me fui haciendo más mayor y por fin pude comprender el porqué de aquel asombro, incluso charlando con él te das cuenta de todo lo que existe en este mundo. Y así, hoy en día siento esta gran admiración por este todopoderoso creador de la poesía hecha canción. Algunos dicen que estoy loca, pero bueno, unos se gastan sus ahorros en la fórmula 1, yo prefiero gastármelo en música. Con estas dos noches seguidas disfrutando de su directo he alcanzado mi decimosexto concierto. Me gustaría asistir cada noche a uno, me hace muy feliz, me transmite una energía la cual no me deja estar triste por nada. Es sorprendente. Manolo siente especial cariño por tierras vascas, en las cuales se ha lucido como suele hacer siempre.

Bebiendo de la bota de vino.

El repertorio y el ambiente eran parecidos en ambos sitios (Donosti y Barakaldo), el maestro salía al escenario con vaqueros, camisa y sudadera, y en este caso cubriendo su cabeza con una txapela, haciendo honor. Un inicio de concierto con 'Provincia de Río Negro', guitarra en ristre, 'Malva', 'Sólo amar', 'Ardió mi memoria', 'Tu pequeña tienda', 'A lo lejos el río', 'No estés triste', 'Una tarde de sol', 'Pájaros de barro'... etc., también contando con la parte cañera del concierto de la que forman parte 'A San Fernando', 'Prefiero el trapecio', 'Somos levedad' o 'Viernes' y haciendo un gran hincapié a los tres temas de El último de la fila ('Insurrección', 'Bailarás como un indio', y 'El loco de la calle') que interpreta en esta gira en la que presenta su nuevo disco 'Saldremos a la lluvia'. Acabó en las dos ciudades con la ranchera 'Que seas feliz', logrando un final de fiesta perfecto. Destacar las diferencias entre ambos conciertos: en Barakaldo tocó 'Cierro la noche' y 'Vendrán días', mientras que en Donosti se pudo escuchar 'En el batir de los mares'. Un dato importante es que en ambos lugares no se pudo disfrutar de 'Paloma cresta de Gallocanto', especialmente bestial en directo. Los acompañantes, los de siempre, Juan Carlos García a la percusión y coros, Charly Sardá a la batería, Nacho Lesko a los teclados, Iñigo Goldaracena al bajo; Osvi Greco, Ricardo Marín y Pedro Javier González a las guitarras, Olvido Lanza al violín, Stelios Petrakis desde Creta destapando su lira, y Marta Fernández ejerciendo de bailarina. Todos de 10, brillantes. Junto al equipo técnico, montaje, seguridad, etc. que también se merecen el mejor respeto.

Con la txapela vasca.

Las dos noches fueron mágicas y con mucha fuerza, sin parar, siempre cerca de la gente, bebió de la bota de vino, dio la vuelta al ruedo como de costumbre subiendo por las gradas y cantando también a los que allí se encontraban; se subió a la mesa de sonido, escaló por el lateral del escenario y se tiró al público literalmente como buen rockero que se define, sin tener en cuenta que a lo mejor alguien lo dejaba caer. Pero no, ya sabe que no es así; y es que la gente le quiere, a pesar de todo el tiempo que lleva en este mundo. Le aprecian por lo que es, Manolo se ha ganado lo que tiene hoy en día.

Diferentes momentos de la actuación.

Empezó tocando en bodas y comuniones, haciendo covers de Triana o tocando en garitos, pero también trabajó de botones y haciendo piezas en una fábrica de trenes. Se lo ganó empezando humildemente, y eso es lo que de verdad le hace enorme. Desde mi punto de vista eso sí es ser músico, a mí no me vale que mañana salgan dos chicos con un single y a la semana siguiente empiecen una gira de 50 noches. Todo hay que ganárselo, y el señor García se lo tiene más que ganado, sobre todo como persona humilde que es, siempre haciendo homenaje a la naturaleza y el trabajo en el campo.
Manolín, no te mueras nunca.



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Manolo García
Un músico loco
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