Los aficionados 
                            a la literatura celebran este año el 200 aniversario 
                            de La publicación de la primera parte de 'Fausto', 
                            del autor alemán Johann Wolfgang Goethe. Esta 
                            pieza teatral escrita en verso aborda cuestiones relacionadas 
                            con la naturaleza humana. La obra se compone de dos 
                            partes. La primera es la más conocida y la 
                            segunda es mucho más compleja, escrita de forma 
                            alegórica, con oscuros simbolismos, y su ubicación 
                            es absolutamente atemporal. 
                          
                          
                             
                               | 
                             
                             
                              Murnau llevó 
                                  a la gran pantalla 'Fausto' en 1926.  | 
                             
                           
                          Incluimos una de las escenas de la 
                            obra de Goethe en su lengua original, el alemán. 
                            El texto comienza con el muy monólogo de Fausto 
                            en el cual cuenta toda su miseria. A pesar de sus 
                            estudios y del reconocimiento de los demás 
                            a su sabiduría es consciente de que no sabe 
                            nada, de que su trabajo de profesor es un engaño. 
                            No teme nada, ni el infierno, ni el diablo, pero tan 
                            desilusionado de todo, tampoco puede disfrutar la 
                            vida. En su desesperación hace uso de la magia 
                            para llamar a un espíritu y efectivamente logra 
                            llamar uno. Pero esta aparición, en vez de 
                            aliviar su situación, la agrava, porque Fausto 
                            no soporta dicha aparición, coge miedo y el 
                            espíritu desaparece y le hizo otra vez sentir 
                            sus límites.  
                            
                          IV.4 Nacht (De noche) 
                           
                          Habe nun, ach! Philosophie, 
                            Juristerei und Medizin, 
                            Und leider auch Theologie 
                            Durchaus studiert, mit heißem Bemühn. 
                          Da steh ich nun, ich armer Tor! 
                            Und bin so klug als wie zuvor; 
                            Heiße Magister, heiße Doktor gar 
                            Und ziehe schon an die zehen Jahr 
                            Herauf, herab und quer und krumm 
                            Meine Schüler an der Nase herum- 
                            Und sehe, daß wir nichts wissen können! 
                            Das will mir schier das Herz verbrennen. 
                            Zwar bin ich gescheiter als all die Laffen, 
                            Doktoren, Magister, Schreiber und Pfaffen; 
                            Mich plagen keine Skrupel noch Zweifel, 
                            Fürchte mich weder vor Hölle noch Teufel- 
                            Dafür ist mir auch alle Freud entrissen, 
                            Bilde mir nicht ein, was Rechts zu wissen, 
                            Bilde mir nicht ein, ich könnte was lehren, 
                            Die Menschen zu bessern und zu bekehren. 
                          Auch hab ich weder Gut noch Geld, 
                            Noch Ehr und Herrlichkeit der Welt; 
                            Es möchte kein Hund so länger leben! 
                          Drum hab ich mich der Magie ergeben, 
                            Ob mir durch Geistes Kraft und Mund 
                            Nicht manch Geheimnis würde kund; 
                            Daß ich nicht mehr mit saurem Schweiß 
                            Zu sagen brauche, was ich nicht weiß; 
                            Daß ich erkenne, was die Welt 
                            Im Innersten zusammenhält, 
                            Schau alle Wirkenskraft und Samen, 
                            Und tu nicht mehr in Worten kramen.  
                            O sähst du, voller Mondenschein, 
                            Zum letzenmal auf meine Pein, 
                            Den ich so manche Mitternacht 
                            An diesem Pult herangewacht: 
                            Dann über Büchern und Papier, 
                            Trübsel'ger Freund, erschienst du mir! 
                            Ach! könnt ich doch auf Bergeshöhn 
                            In deinem lieben Lichte gehn, 
                            Um Bergeshöhle mit Geistern schweben, 
                            Auf Wiesen in deinem Dämmer weben, 
                            Von allem Wissensqualm entladen, 
                            In deinem Tau gesund mich baden!  
                            Weh! steck ich in dem Kerker noch? 
                            Verfluchtes dumpfes Mauerloch, 
                            Wo selbst das liebe Himmelslicht 
                            Trüb durch gemalte Scheiben bricht! 
                            Beschränkt mit diesem Bücherhauf, 
                            den Würme nagen, Staub bedeckt, 
                            Den bis ans hohe Gewölb hinauf 
                            Ein angeraucht Papier umsteckt; 
                            Mit Gläsern, Büchsen rings umstellt, 
                            Mit Instrumenten vollgepfropft, 
                            Urväter Hausrat drein gestopft- 
                            Das ist deine Welt! das heißt eine Welt!  
                            Und fragst du noch, warum dein Herz 
                            Sich bang in deinem Busen klemmt? 
                            Warum ein unerklärter Schmerz 
                            Dir alle Lebensregung hemmt? 
                            Statt der lebendigen Natur, 
                            Da Gott die Menschen schuf hinein, 
                            Umgibt in Rauch und Moder nur 
                            Dich Tiergeripp und Totenbein.  
                            Flieh! auf! hinaus ins weite Land! 
                           
                             
                          Traducción 
                          Ay, he estudiado ya filosofía, 
                             
                            jurisprudencia y medicina  
                            y también, por desgracia, teología, 
                             
                            todo ello en profundidad extrema y con enconado esfuerzo. 
                           Y aquí me veo, pobre loco, 
                             
                            sin saber más que al principio.  
                            Tengo los títulos de licenciado y de doctor 
                             
                            y hará diez años que arrastro mis discípulos 
                            de arriba abajo,  
                            en dirección recta o curva,  
                            y veo que no sabemos nada.  
                            Esto consume mi corazón.  
                            Claro está que soy más sabio que todos 
                            esos necios doctores, licenciados, escribanos y frailes; 
                             
                            no me atormentan ni los escrúpulos ni las dudas, 
                             
                            ni temo al infierno ni al demonio.  
                            Pero me he visto privado de toda alegría;  
                            no creo saber nada con sentido  
                            ni me jacto de poder enseñar  
                            algo que mejore la vida de los hombres  
                            y cambie su rumbo. 
                           Tampoco tengo bienes ni dinero,  
                            ni honor, ni distinciones ante el mundo.  
                            Ni siquiera un perro querría seguir viviendo 
                             
                            en estas circunstancias.  
                          Por eso me he entregado a la magia: 
                             
                            para ver si por la fuerza y la palabra del espíritu 
                             
                            me son revelados ciertos misterios;  
                            para no tener que decir con agrio sudor  
                            lo que no sé; para conseguir reconocerlo  
                            que el mundo contiene en su interior;  
                            para contemplar toda fuerza creativa  
                            y todo germen y no volver a crear  
                            confusión con las palabras. 
                            Oh, reflejo de la luna llena,  
                            por la que tantas veces velé sentado  
                            ante este pupitre hasta que aparecías,  
                            melancólico amigo, sobre los libros y los papeles, 
                             
                            si iluminaras por última vez mi pena;  
                            ¡ay!, si pudiera andar por las cumbres  
                            de los montes bajo tu amada claridad;  
                            flotar en las grutas acompañado de espíritus; 
                             
                            vagar en tu penumbra por los prados y,  
                            habiéndose disipado todas las brumas del saber, 
                             
                            bañarme, robusto, en tu rocío.  
                            ¡Ah!, ¿pero seguiré preso en esta 
                            cárcel?,  
                            agujero maldito y húmedo,  
                            hecho en un muro a través del cual  
                            incluso la querida luz del cielo  
                            entra turbia al pasar por las vidrieras. 
                            Encerrado detrás de un montón de libros 
                            roídos por los gusanos y cubiertos de polvo, 
                             
                            que llegan hasta las altas bóvedas  
                            y están envueltos en papel ahumado.  
                            Cercado por cofres y retortas,  
                            aherrojado por instrumentos  
                            y trastos de los antepasados.  
                            Este es tu mundo, ¡vaya un mundo! 
                            ¿Y aún te preguntas por qué tu 
                            corazón  
                            se para, temeroso, en el pecho?  
                            ¿Por qué un dolor inexplicable  
                            inhibe tus impulsos vitales?  
                            En lugar de la naturaleza viva,  
                            en medio de la que Dios puso al hombre,  
                            lo que te rodea son osamentas de animales  
                            y esqueletos humanos humeantes y mohosos. 
                            ¡Huye!, sal fuera, a la amplia llanura.  
                           
                            
                             
                          La información procede de esta página 
                            web: 
                          http://www.curso-de-aleman.de/uebungen 
                           
                             
                          
                             
                               
                                    
                                    SUBIR 
                                  | 
                             
                            |