Basada en
hechos reales, 'El guía del Hermitage' retrata
los últimos años de Pavel Filipovich,
un guía que realizó visitas nocturnas
y clandestinas por el museo durante el asedio que
vivió la ciudad de Leningrado, por parte de
los nazis, y que se prolongó cerca de 900 días.
La obra se estrenó en el Palacio de Festivales
de Cantabria.
Título:
'El guía del Hermitage'
Autor:
Herbert Morote.
Actores:
Federico Luppi, Ana Labordeta, Manuel
Callau.
Director:
Jorge Eines.
Argumento: La
obra se desarrolla en el museo de San Petersburgo,
antiguo Leningrado, y recrea el drama de un
guía de la pinacoteca que decide continuar
las visitas guiadas y explicar cuadros inexistentes
tras el envío de todas las obras de arte
a los Urales, poco antes de que los alemanes
completasen el cerco de Leningrado.
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Recientemente la santanderina Sala
Pereda vivió el estreno de la propuesta teatral
'El guía del Hermitage', que durante dos días
asombró al público con una historia
real con grandes dosis de humanidad y una escenografía
sobria que conjuga perfectamente con la temática
de la obra. En el escenario tres intérpretes
de excepción: Ana Labordeta, Manuel Callau
y la vuelta a los escenarios del veterano Federico
Luppi.
Aprovechando que el estreno fue
en Santander he realizado entrevistas con los tres
actores de la obra.
Pregunta.- ¿Cómo
les está resultando la experiencia con esta
obra?
Ana Labordeta.- Llevamos muy poquito.
Bueno, la verdad es que estrenamos ayer y hoy ha sido
la segunda función pero… Ayer fue muy
bien, pero era día de estreno, donde los actores
estamos más nerviosos, hay más tensión.
El público es diferente después de los
ensayos, ya que ahora es de pago y el aplauso de hoy
ha sido realmente emocionante. Bueno, a ver si continúa.
Manuel Callau.-
En principio es un público muy generoso, creo
que está captando absolutamente todo lo que
la pieza formula tanto en el plano de las ideas como
en el plano afectivo, en el plano de la historia que
se cuenta, y eso se percibe desde arriba del escenario
y nosotros disfrutamos mucho de eso. Lo vamos disfrutando
a medida que transcurre, pero cuando termina la obra
te has dado cuenta de lo que ocurre con el espectador
y es muy gratificante porque se junta todo cara a
cara. Es muy lindo lo que ocurre, antes estaba el
autor aquí y le dije: "Cuando yo leí
la pieza lo primero que se me ocurrió fue que
me encantaría hacerla y si la hago ojalá
que al espectador le ocurra lo mismo que me ocurrió
a mí cuando la leí". Yo creo que
eso está ocurriendo porque la gente se emociona,
se ríe, nos sigue con la historia y eso es
muy gratificante porque nos permite fortalecer una
idea de sentido de lo que hacemos.
Yo pienso que un actor le debe servir
al espectador para recrear su imaginación,
sus ideas, sus emociones, sabe donde estamos, que
nos pasa, que nos ocupa. No creo que seamos los únicos,
hay otros artistas, los plásticos, músicos
y otros que no son artistas pero que nos hablan de
lo mismo: de recrear la imaginación social
pero a los actores, a mí en especial, nos gusta
mucho hablar y yo creo que con esta obra estoy poniéndome
en un eje de sentido que me está poniendo muy
bien.
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El actor argentino
Federico Luppi. |
La escena española está
de enhorabuena: vuelve al teatro uno de los GRANDES
del cine, el teatro, la televisión y lo que
se proponga. Y es que Federico Luppi,
aunque es argentino, tenemos la gran suerte de contar
habitualmente con él en nuestro cine en títulos
inolvidables como El Espinazo del Diablo.
En el teatro ahora con El guía del Hermitage
nos vuelve a sorprender y en el cine muy pronto estrenará
Los Justos.
Pregunta.- ¿Qué le
ha atraído de esta obra para volver al teatro
después de tantos años?
Respuesta.- Pues lo que tu vistes:
los personajes, el humor que tenía, esto de
poder descubrir situaciones límites como puede
ser una ciudad sitiada como se puede a través
de la fantasía, del espíritu ofrecer
y plantear una resistencia lo más humanamente
posible y eso me gustó mucho también.
Además tiene unos diálogos muy interesantes.
En fin, uno no siempre sabe muy bien por qué
hace algo y, si sale bien, pues se alegra mucho.
P.- De su larga carrera en cine
nos remontamos a dos títulos recientes: El
Espinazo del Diablo y Los Justos
R.- El Espinazo del Diablo
fue una experiencia con Guillermo del Toro, director
mexicano sensacional con el que ya había trabajado
unas cuantas veces y que es un director de un talento
enorme. Me gustaría trabajar toda la vida con
él.
Los Justos fue una película que hicimos
España en coproducción con México
que aún no he visto. Me acuerdo del libro,
que estaba muy bien, pero no la he visto todavía
por lo cual no puedo opinar. El rodaje me gustó
mucho porque había gente muy valiosa, un equipo
muy notable. Estaba muy bien, la verdad.
P.-Ahora con el paso del tiempo,
¿cómo recuerda sus comienzos?
R.- Uy, amigo mío… esto
puede ser largísimo (bromea con una gran sonrisa).
Fue una elección que hice a una edad muy temprana,
la elegí un poco… no sé como decirte.
A veces me preguntó metafísicamente
que he hecho mal y que he hecho bien. En fin, así
es la vida.
P.- El más que discutido
tema de la famosa crisis del cine español.
En sus palabras ¿existe?
R.- No, no. Yo, que no soy español,
digo con todo el rigor de mi alma que el cine español
está en auge y que tenemos los mejores nombres
del mundo en medio de la meca del cine como es Hollywood
y cada vez se hacen mejores películas. Eso
es una malintencionada opinión política,
de verdad te lo digo.

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