Llevar un pendiente en
la lengua o en los genitales es una práctica
tan de moda que parece increible que ya se utilizara
entre la población maya en Centroamérica
durante las ceremonias religiosas. Los piercing también
eran habituales en muchas tribus, que siguen perforando
sus cuerpos en los ritos de iniciación en la
edad adulta. Pero esta práctica conlleva una
serie de riesgos que debes de conocer.
El Ministerio de Sanidad estableció unas directrices
básicas que marcan los pasos básicos
a seguir por parte de las personas que realizan los
piercings. Si estás animado a hacerte una perforación
en alguna parte de cuerpo exige que el local donde
vayas a acudir cumpla estos requisitos:
- Las joyas sólo podrán ser de oro
de 14-16 quilates, titanio o acero.
- Los utensilios y materiales deben estar esterilizados
y ser desechables.
- Los operarios deben llevar ropa específica,
utilizar guantes quirúrgicos, estar vacunados
contra la hepatitis B y el tétanos y abstenerse
de realizar cualquier intervención si están
enfermos.
- Los locales también deben contar con la
licencia oportuna y aceptar inspecciones regulares.
- También se obliga a que los menores de
16 años vayan acompañados por un adulto
y cuenten con autorización paterna.
Aunque se cumplan todos estos puntos, algunas personas
pueden presentar reacciones ante ese nuevo elemento.
Los médicos explican:
- Las reacciones inflamatorias locales son normales
tras la intervención, siempre que no excedan
de los 15 días.
- Las irritaciones cutáneas persistentes,
asociadas a pruritos o eccemas, denotan un problema
alérgico, generalmente provocado por los
productos o instrumentos metálicos utilizados.
- También pueden aparecer inflamaciones infecciosas
en la zona tratada a causa de la falta de asepsia,
así como cicatrices hipertróficas
muy antiestéticas y que a veces requieren
intervención quirúrgica.
- En personas nacidas con defectos de las válvulas
cardíacas, puede generarse una infección
potencialmente fatal, denominada endocarditis bacterial.
Las partes del cuerpo 'sufren' de distinta manera
la aparición de estos elementos extraños:
- Parte superior de la oreja y nariz
Ambas zonas están compuestas por cartílago,
así que la cicatrización es lenta
y pueden formarse granulomas (lesiones abultadas).
La nariz es muy susceptible de infecciones, pues
pueden colonizarla estafilococos.
En el pabellón auricular, la proximidad del
pelo y la presión al dormir dificultan la
curación y, además, las infecciones
son difíciles de tratar porque la zona no
tiene suficiente flujo sanguíneo para que
llegue un antibiótico.
- Ceja
Se recomienda sólo el piercing
lateral: el medio está cerca de nervios y
de la arteria supraorbital. También hay riesgo
de dañar el conducto lacrimal.
- Ombligo
Es la zona más propensa a las infecciones,
por los pliegues que presenta, por lo que este anillamiento
exige unos cuidados higiénicos muy estrictos.
La ropa apretada puede dificultar la cicatrización
y facilitar los procesos bacterianos. No es posible
practicarla en ombligos prominentes o en adolescentes
que aún no se hayan desarrollado.
- Pezón
Infección. Debería evitarse durante
el embarazo.
- Orales
Tampoco todo el mundo puede hacerse un piercing
en la lengua o el labio. Ambos ocasionan problemas
gingivales y dentales, de modo que no resultan recomendables
en personas con un esmalte débil, con implantes
dentales, etcétera. Asociaciones odontológicas
de todo el mundo, la española incluida, se
han mostrado en contra de estas perforaciones. Exigen
además cuidados posteriores rigurosos, como
el empleo de un enjuague bucal y no tomar alcohol.
- Pene y clítoris
El piercing que atraviesa la punta del pene puede
causar infección y hemorragiam y el realizaod
en el clítoris puede provocar infección,
rechazo secundario al roce y disminución
de la sensibilidad.
Después de la perforación también
hay que seguir unos cuidados para
asegurar la perfecta cicatrización, que estará
en unas ocho semanas:
- Los piercings faciales (orejas, nariz, cejas…)
y corporales (ombligo…)
Deben lavarse varias veces al día, durante
mes y medio, con una jabón neutro antibacteriano
o agua con sal. Hay que evitar maquillajes, cremas
y exposiciones al sol.
- Los piercings orales (lengua, labios…)
Conviene suprimir el alcohol, el tabaco, los picantes
y los chicles
Lavarlos haciendo gárgaras con un enjuague
bucal antibacteriano sin alcohol, agua hervida con
sal o suero fisiológico
Cepillarse mejor y más a menudo los dientes.
Las complicaciones más graves de los piercings
son poco frecuentes, ya que suceden en el 5% de los
anillados, aunque problemas como infecciones e inflamación
afectan a cerca del 70% de los que se anillan.
No olvides los pilares básicos que debes de
tener presente si decides realizarteuna perforación:
valorar los riesgos mencionados y haber escogido un
taller que cumpla con la norma no es suficiente. «Hay
que estar mentalizado de que los anillados necesitan
un cuidado higiénico constante», advierte
Naharro, que se lamenta
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