Con
motivo de la próxima jubilación de Pilar
Castilla Ordaz, directora del C.P. Riomar de Castro
Urdiales y como homenaje por su total dedicación
para mejorar la calidad de la educación de
todos, los alumnos y alumnas de 5º y 6º
de Primaria le han realizado una extensa entrevista
de la cual extractamos las siguientes preguntas.
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La
directora explicándose |
Pregunta.- ¿Dónde
naciste? ¿Cómo era ese lugar?
Respuesta.- En Salamanca, una ciudad
muy bonita, con mucha historia y muchos monumentos.
P.- ¿A qué colegio
ibas? ¿Cómo era?
R.- A las Jesuitinas y el bachillerato
al instituto Lucía de Medrano en Salamanca.
P.- ¿A qué jugabais
en los recreos?
R.- A lo que jugáis vosotros
por modas. Recuerdo en especial el juego de 'Ludus
Pilae' lo que aquí se conoce como 'campo quemao'.
P.- ¿Por
qué viniste a Castro?
R.- Vine cuando me casé, porque
mi marido trabajaba aquí.
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El
Tercer Ciclo haciendo una entrevista |
P.- ¿Te gusta ser maestra?
R.- Sí, disfruto mucho con
mi profesión.
P.- ¿Al
estar de directora has visto cosas que te han impresionado?
R.- Sí, me impresiona cuando
a veces los padres nos explican las grandes dificultades
que tienen con sus hijos.
P.- ¿Cómo
crees que eres como directora?
R.- Seguramente mala, y si hablamos
con mis compañeros peor. Soy un poco gruñona
y maniática del orden y la perfección.
Tenía que ser así y no de otra manera.
Ahora es cuando empezáis a formaros, este es
el problema; ahora es cuando os forjáis en
todo. Si ahora mantenéis la disciplina y el
orden luego seréis personas disciplinadas y
ordenadas.Yo puede que me pase un poco, intento que
el trabajo se haga lo mejor posible aunque no siempre
lo consigo.
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La
directora Pilar Castilla Ordaz |
P.- ¿En cuántos colegios
has estado?
R.- El primero estaba en un pueblecito
de Salamanca, cuando aprobé la oposición,
como propietaria provisional. Me cambié cuando
me hicieron definitiva y fui a un pueblo de Zamora;
creía que era el fin del mundo, pues entonces
no teníamos los medios de ahora. De ahí
vine a Castro Urdiales, al Colegio Miguel Hernández.
Allí estuve 16 años, 15 como directora.
Luego, también como directora, pasé
al Centro de Profesores de Castro. Volví hace
tres años al Colegio Miguel Hernández
y entonces me propusieron poner en marcha este Colegio
Riomar.
P.- ¿Tienes alguna anécdota
graciosa que te haya pasado como profesora?
R.- En una clase de infantil, estando
de directora en el Colegio Miguel Hernández,
un día que faltaba una profesora que estaba
enferma apareció mi hermana de visita. Entonces
le dije: mira, entra en esa clase de infantil, pues
falta una profesora. Ella, que entonces era muy joven,
se pone a hablar con los niños y uno la dice:
'seño' yo no veo, Otro niño que estaba
a su lado le contesta: pues yo no sé por qué
no ves, porque yo estoy aquí y si veo. Intercede
mi hermana diciéndoles: puede ocurrir que este
niño no vea desde lejos porque tenga algún
problema, pero de cerca si ve. Entonces el segundo
niño le contesta: ¡ah! sí, ya
sé, 'es que a este niño se le mete la
vista para adentro'.
P.- ¿Qué es lo que
más te gusta de este colegio?
R.- Lo que más me gustaría
es que hubiera buena convivencia entre las personas,
eso me encantaría. Aparte de las personas,
el colegio también me gusta. De todos los colegios
que he visto, éste es un poco especial, tiene
cosas buenas y malas. No tiene patio cubierto, que
nos encantaría tener, pero me parece bonito;
es luminoso, las entradas y escaleras son amplias,
es original y distinto a todos los colegios que hay
en Cantabria
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Silvia
nos ayuda con el micro |
P.- ¿Te aburre ser directora?
R.- A veces sí, a veces hay
que estar todo el día poniendo cara de ogro,
echando filípicas*; me gusta más hablar
normalmente con todos, participar de vuestros bailes
y juegos.
P.- ¿Por qué te jubilas,
si sólo llevas dos años aquí?
R.- Me jubilo porque es ley de vida,
si fuera eterna me quedaría. Ya he pasado la
edad reglamentaria. Me tenía que haber jubilado
hace dos años, pero con esta movida del nuevo
Colegio Riomar, he estado dos años más.
Me encuentro físicamente bien, pero hay que
dejar paso a los demás y tengo en casa a mi
marido que está pasando muchas, muchísimas
horas esperando a que llegue. No estoy cansada por
el trabajo, pero ha llegado el momento.
P.- ¿No echarás de
menos la grata compañía de tus alumnos?
R.- Sí, la verdad es que en
estos dos años que he estado en este colegio,
lo que he echado en falta es dar clase. Las obligaciones
de poner en marcha el colegio con constantes reuniones
con los empleados de la empresa constructora, las
visitas a Santander... etc, impedía poder atender
un aula, pues podíais salir perjudicados vosotros
al no poder atenderos debidamente, pero creerme que
lo siento. Siempre que he sido directora, hasta ahora,
siempre he tenido clase.
P.- ¿Dónde vas a ir
ahora que te jubilas?
R.- Siempre pensé que cuando
me jubilara me volvería a Salamanca, pero llevo
tantos años en Castro Urdiales que, aunque
no es mi tierra, la disfruto como si lo fuera y por
tanto, he pensado que no es el mejor momento para
irme, me quedaré en Castro y de vez en cuando
vendré por el colegio a echaros una filípica*.
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Todo
lo que nos dice nos da qué pensar |
P.- Si te concedieran tres deseos,
¿cuáles pedirías?
R.- En primer lugar tener buena salud.
En segundo lugar vivir, no me importa cuánto,
con una calidad de vida importante. En tercer lugar
poder llevar la jubilación con la misma ilusión
que he llevado el trabajo, es decir, sentirme a gusto
en la jubilación como me he sentido trabajando.
P.- ¿Te ha gustado que te
hagamos esta entrevista?
R.- Me ha encantado, no solamente
me ha encantado, os diré que estoy haciendo
un esfuerzo, porque aunque yo soy una persona muy
dura de carácter, a medida que me voy haciendo
mayor, cada vez te toca más la fibra sensible.
Es emocionante poder tener este intercambio con vosotros
y poder conocernos un poco mejor. Con ello podéis
saber un poco más de mí y es gratificante
el esfuerzo que habéis hecho. Cuando vaya a
casa voy a decir a mi marido que los alumnos del Colegio
Riomar, me conocen mejor que tú, porque me
han hecho unas preguntas que tú jamás
me habrías hecho.
* filípica: Censura o represión
extensa y dura contra alguien
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