 
No todos los árboles son iguales
Por Eduardo Sánchez Liendo. Alumno de 5º
B del CP Fernando de los Ríos de Torrelavega.
El Monte Ucieda es uno de los enclaves naturales más importantes
de la región. Caminando por sus senderos puedes distinguir diferentes
tipos de árboles: roble, haya, castaño, avellano y acebo.
No todos son iguales.
Desde hace varios días, hemos estado esperando la excursión
al Monte Ucieda. En el folleto nos explicaban que hacíamos
la salida para pasar un día en contacto con la naturaleza.
Nos presentamos con nuestros padres a la entrada del colegio. A las 9:30
nos despedimos de ellos y montamos en el autobús.
Durante el viaje de ida, los niños cantaban, charlaban o miraban
el paisaje. A veces, el profesor Juan Carlos nos informaba por megafonía
de los tipos de árboles que teníamos a los lados del autobús.
Cuando llegamos, nos ordenamos por orden de lista, y el grupo A se puso
delante y el B detrás. Empezamos la marcha por un sendero y nos mostraron
cuatro tipos de arboles: el roble, el haya, el castaño y el avellano.
Seguimos por esa ruta hasta una bifurcación de caminos. Juan Carlos
nos dijo que ese lugar se llamaba la casa quemada porque, al lado
de uno de los caminos, había una casa que se quemó en su día,
pero que hacía poco la habían restaurado.

También nos explicó que si íbamos por una de las
sendas, podríamos regresar por la otra. Más adelante, nos
enseñaron un acebo, que es especie protegida, porque estuvo en peligro
de extinción, debido a las talas abundantes que se hacen para adornar
las casas en Navidades.
Después de haber caminado un buen rato, llegamos a un sitio adecuado
para comer. Me senté con dos de mis compañeros y dimos buena
cuenta de nuestra comida.
Más tarde, reemprendimos la marcha. Anduvimos un trecho, y yo
estuve conversando con mi amigo Álvaro Moratal sobre la prohibición
de la tala de los acebos. Pasado un rato, llegamos a una especie de cuneta,
al lado del sendero, y allí nos hicieron unas fotos: primero se la
hicieron al grupo B, después al grupo A y, por último, a todos
juntos.
Inmediatamente después, nos avisaron de que había un ciervo.
Cuando tuve preparados los prismáticos, enfoqué para
mirarlos, pero no pude verlos: ya se habían marchado. Lo último
que nos enseñaron fueron los helechos, un poco antes de llegar
a la bifurcación.
Mientras regresábamos al colegio, cantábamos alguna canción.
Estuvimos de vuelta a las 16:30 horas.
Me ha gustado mucho esta excursión, porque he aprendido a distinguir
varios tipos de árboles: roble, haya, castaño, avellano y
acebo.
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