
Cómo ir a la ópera y no morir
en el intento
Por Alexandra Gerez. Alumna de 4º A de ESO del
Colegio Compañía de María de Santander.
Crónica de una visita a los preparativos y posterior asistencia a
la representación de 'Rigoletto' en el Palacio de Festivales
de Cantabria.
Para muchos de nosotros se trataba de un experiencia completamente nueva
y probablemente irrepetible; no a todos les pareció tan tentativo
el ofrecimiento que se nos estaba presentando, pero hubo quienes (entre
los que me incluyo) supimos valorarlo a nuestro modo. Se trataba de algo
más cercano y distinto que explorar, observar el entramado de una
ópera no sólo puesta en escena sino habiendo contemplado con
anterioridad todos los vestuarios, el montaje... todo ese trabajo que existe
detrás y que habitualmente se desconoce.
Primera vistita
Nuestra primera visita la realizamos el 11 de diciembre del pasado año,
resultó ser la primera toma de contacto y una visita prácticamente
única, ya que no cualquiera tiene la suerte de contemplar toda esa
parte del esfuerzo que un espectáculo de estas dimensiones guarda
detrás. Para añadirle aún más importancia era
aquí, en nuestra tierra, donde se estrenaba por primera vez una versión
con un gran toque moderno de una ópera tan clásica como es
Rigoletto. Todo ello hacía que cada vestido, traje o decorado
fueran aún más especiales y mucho más si éramos
nosotros mismos quienes los descubríamos cara a cara.
De pronto nos vimos sumergidos en las fases de duro trabajo que se necesitan
para llevar este tipo de proyecto a cabo. Estamos acostumbrados a observar
los montajes cuando todas sus partes han sido perfectamente condensadas
y nosotros teníamos por primera vez la oportunidad de observar también
cada pequeña pieza de un enorme y bellísimo puzzle; aún
recuerdo un silencio profundo entre pasillos con el fin de no molestar a
los cantantes más magistrales que ensayaban sus voces mientras nosotros
rondábamos por los alrededores, o el sonido de una orquesta cada
vez puesta más a punto que no paraba de afinar, o el simple hecho
de observar un vestido espectacular que acabará pisando todos los
escenarios del mundo...
Ensayo general
Por fin llegó el día de contemplar todo el puzzle ya encajado,
estaba claro que aún existían pequeños detalles por
perfeccionar, ya que no se trataba del día del estreno sino del ensayo
general, pero para la mayoría de nosotros aquel 16 de diciembre
iba a saciar nuestra impaciente curiosidad, aún más creciente
para aquellos que jamás habíamos contemplado algo igual. Fue
un espectáculo formidable. La mayoría de nosotros no paramos
de comentar a la salida opiniones y de compartir detalles que habíamos
observado el jueves anterior y que captamos una vez puestos en escena. Todo
ello dio fin a una experiencia que nos enriqueció en gran manera,
especialmente por el modo con el que fuimos acercados a ella.
Enlaces de interés sobre la obra de Verdi:
 |