
Escritores en las aulas
Los alumnos de dos institutos de Camargo han asistido a un encuentro
con el escritor chileno Luis Sepúlveda, autor del libro "Un
viejo que leía novelas de amor". Este es el relato de la visita,
en la que no sólo la literatura fue protagonista.
Nuestros reporteros... con Luis
Sepúlveda
Por Rocío Gómez Sustacha y José
Francisco Torre Lombilla. Alumnos de Literatura Universal,
2º de Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales del IES Valle
de Camargo.
El conocido escritor chileno afincado en Gijón Luis Sepúlveda
visitó el IES Valle de Camargo el pasado jueves 15 de enero. Los
alumnos de Literatura Universal habíamos preparado el encuentro,
documentándonos en torno a su vida y su obra, así como la
repercusión que sus textos están teniendo en el ámbito
internacional, siendo actualmente el escritor en lengua castellana más
traducido y más popular junto con García Márquez e
Isabel Allende. En todo caso, es una gran persona, comprometido con muchas
causas nobles, a favor de la Humanidad y contra "los bárbaros".
En un principio, comentó su libro Historia de una gaviota y
el gato que la enseñó a volar con alumnos de 1º
ciclo de Educación Secundaria y otros compañeros de niveles
superiores interesados en las novelas de este autor. Durante esta charla
comentó su estancia en Hamburgo y su participación durante
varios años con los ecologistas de Greenpeace, también trató
el tema de las mareas negras. Un tema bastante importante para él
pues lo considera una barbarie, además le indigna que ningún
país (Dinamarca, Holanda, Bélgica, Francia, Gran Bretaña,
Irlanda e incluso España) cumplió con la ley para impedir
la circulación del Prestige, un barco monocasco que nunca
debería haber salido al mar, si no era tras superar revisiones exhaustivas
que ninguno de estos países quiso acometer.
En esta conferencia también habló sobre el Diablo,
un ser que para él nunca había tenido forma, no podía
parecer ese ser de color rojo con un par de cuernecito y con una rabo que
podía resultar hasta gracioso. Hasta que no participó en un
debate televisivo sobre la contaminación de un país africano
no descubrió la auténtica forma de este. La imagen del Diablo
era la de un hombre con traje de Armani, corbata, de unos cincuenta años...
alto ejecutivo de una compañía petrolera que extraía
el crudo del mar y los deshechos eran depositados en tierra firme, contaminando
las capas superficiales (y hasta el subsuelo y la capa freática)
de los campos, hasta entonces de cultivo. Cuando una compañera ecologista
preguntó a este hombre sobre qué harían las generaciones
futuras con estos vertidos, que alargarían la pobreza del país
durante décadas, él contestó que no le importaba, que
sólo viviría quince años más. Ahí tenía
sentado al demonio, efectivamente, vestido de Armani y sin importarle para
nada el resto de la Humanidad, sólo su lucro personal.
Contestando a las preguntas de los alumnos habló acerca de los
personajes de esta novela, entre ellos del gato Zorbas (auténtico
nombre de su antiguo gato) tomó como protagonista a este porque llevaba
muchos años contando a sus hijos historias en las que Zorbas jugaba
el papel protagonista; era un libro largamente prometido. La idea de este
libro surgió cuando descubrió que los libros editados para
niños no le gustaban, no le parecían adecuados para pequeños
humanos que, en realidad, tenían las mismas ideas que los mayores.
Este libro sería lo que a él siempre le hubiese gustado leer,
siempre influenciado por Coloane, por Salgari, por Kipling. Su otro personaje,
la gaviota, surgió de que en las proximidades de su casa estas
eran abundantes. Tampoco se olvidó de mencionar que pronto comenzaría
con la segunda parte de este libro que ya tenía en la cabeza.
En el segundo encuentro literario, con alumnos de 1º de bachillerato,
Luis Sepúlveda trató temas relacionados con la política
y el exilio. De su propio exilio, narró con todo lujo de detalles
cuando salió de su país natal, Chile, gracias a la intercesión
de Amnistía Internacional, que lo liberaron de las cárceles
de Pinochet, recién derrocado el presidente Allende, a quien le unía
una amistad personal. Además añadió que los exiliados
son hombres que no tienen derechos, "dejas de existir". "En
ningún lado eres nadie y resulta acuciante ganarte la vida".
Tras su expulsión de Chile se dedicó a viajar. Nos contó
algunas de las anécdotas de su infancia como cuando conoció
a Gloria, una chica de catorce años a la que ayudó a amueblar
su casa sintiendo por primera vez algo hacia ella, así la regaló
un banderín con las firmas de la selección chilena que ella
despreció porque no la gustaba el fútbol, pero sí la
poesía. A partir de este momento Luis se fue olvidando de su gran
afición por este deporte y se dedicó a la literatura, añadiendo
que "no sé si la Literatura se ha ganado un gran escritor, pero
Chile ha perdido un gran delantero centro".
Habló de sus viajes por el mundo, de sus dos mujeres y sus seis
hijos y trató, de nuevo, temas ecologistas. También dijo que
hablaba seis idiomas y escribía en tres; se consideraba un ciudadano
del planeta y nada de lo que aquí ocurría le podía
ser ajeno. Por otro lado su exilio concluyó en Gijón, Asturias,
un lugar al que, desde que llegó, consideró su hogar. Quizás
por la relación con muchísimos asturianos exiliados que pasaban
por su casa, en Santiago de Chile.
Tratando más profundamente sobre su novela más conocida
Un viejo que leía novelas de amor dio el dato de que esta
era, después de El Quijote, la segunda novela más traducida
del mundo. La idea de esta historia le surgió cuando viajó,
por casualidad, a modo de antropólogo, al territorio shuar
(los mal llamados jíbaros) con una expedición que, teóricamente,
era científica. Detrás de todo ello se pretendía el
censo de los shuar que sobrevivían en la Amazonia para buscarles
una suerte de reserva donde recluirlos pues la Texaco (patrocinadora de
la expedición, junto con el gobierno de Ecuador) suponía que
había petróleo en la zona. Al no estar de acuerdo con esta
idea, "boicoteó" la expedición, sus compañeros
se vieron aquejados de repentinas diarreas y se volvieron dejándole
solo en la selva, rodeado de una tribu a la que nunca pertenecería
pero con la que podría convivir cuanto quisiese. Un grupo con el
que aprendió secretos sobre la selva pero sin ser uno de ellos. Todas
los días le dejaban comida y agua y, poco a poco, se dejaron ver.
Incluso, y lo contaba con orgullo, le permitieron participar de la costumbre
más importante del día shuar: contar por la noche los acontecimientos
vividos por cada miembro del grupo.
Por nuestro instituto han pasado nombres sobresalientes de la literatura
contemporánea: Bernardo Atxaga, José María Merino,
Juan Bonilla, Paloma Díaz Mas, Cristina Fernández Cubas, y
ahora Luis Sepúlveda. Seguro que todos fueron brillantes oradores,
eficaces transmisores del amor a la literatura
Luis Sepúlveda
será recordado por su acento -el español del otro lado del
Atlántico-, el acerbo de sabrosas anécdotas y su calidez humana
de gran calado ético y social.
Autores en el Ría del Carmen
Por Luis Escudero, Lucía Guevara y Silvia Ruiz
.
Alumnos de 1º de Bachillerato del IES Ría del Carmen de Camargo.
El pasado 15 de enero de 2004, el escritor Luis Sepúlveda visitó,
con su libro Un viejo que leía novelas de amor, a los alumnos
del IES Ría del Carmen e IES Valle de Camargo en el salón
de actos José Hierro de este último. Este autor de origen
chileno nos deleitó en su visita con su simpatía y su buen
humor.
Aunque nació en Chile él se consideraba chileno simplemente
por haber nacido en un hotel llamado "Chile", nació en
este hotel porque a sus padres les pillaba de camino y él lo comparó
con el nacimiento del niño Jesús.
El siempre quiso poder salir de Chile porque, a pesar de estar en un continente,
era como estar en una isla debido a que la cordillera de los Andes les aislaba
del resto del continente.
Su padre era andaluz y la madre era vasca, a él lo que más
le gusta de España es Asturias, donde reside actualmente. Su admiración
hacía esta tierra se debe a que los vecinos de sus abuelos en Chile
eran exiliados asturianos. Su vecino asturiano de enfrente todas las mañanas
salia de su casa para ir a la casa del abuelo de Sepúlveda y todos
los días hacía la misma pregunta "¿Se ha muerto
ya el cabrón?" a lo que el abuelo siempre le respondía,
"No" , entonces el decía , "Hay que joderse"
y se marchaba. El abuelo era uno de los pocos que en aquella época
tenía una radio en la que escuchaba las emisoras españolas
y por eso le preguntaba por Franco (el cabrón).
Durante su vida ha tenido que afrontar momentos muy duros, sufrió
el exilio de su país (Chile) y recorrió Sudamérica
de norte a sur.
A lo largo del exilio encontró un trabajo que le llevaría
a lo más profundo de la selva amazónica donde descubrió
que el proyecto en el que participaba era para echar a los indios del Amazonas
para construir un yacimiento de petróleo. Allí permaneció
durante unos 6 o 7 meses, en esta selva conoció a los Shuars
que eran unos indios que vivían allí. Durante el tiempo que
permaneció allí estos indios no se acercaron a él pero
le dejaban comida y Sepúlveda después se enteró que
era por las enfermedades que podía contagiarles. Su obra Un viejo
que leía novelas de amor se basa en lo que vivió durante
esa época, escribió esta novela porque sus amigos le decían
que escribiese la historia porque estaban hartos de oírsela contar.
Cuando llegó a España lo que más le llamó
la atención era que la gente hablaba sin escucharse.
Su primera incursión en el mundo de la literatura fue un poema
de amor dirigido a una vecina de la que se enamoró. El nunca había
escrito nada antes ya que su mayor pasión era el fútbol. Años
más tarde, tras entrar en el instituto, conoció a una profesora,
la cuál según Sepúlveda fue la pionera en el uso de
la minifalda en Chile, y escribió una novela de cincuenta páginas
a la que le puso el título Las escabrosas noches de la señora
Camacho, en ella se relataba las noches locas de la señora Camacho,
esa novela fue copiada cinco veces y llegó a manos del director del
instituto el cuál le dijo que eso era un motivo para expulsarle del
instituto pero si no hacía más copias no pasaría nada
y reconoció que era una novela muy buena.
Sepúlveda tiene la preocupación de saber qué hubiese
pasado si en vez de ser escritor hubiese continuado siendo futbolista y
se morirá sin saberlo.
También nos visitó el día 19 de Enero, el escritor
Gonzalo Moure con su libro El
síndrome de Mozart.
Estos dos escritores al finalizar el encuentro firmaron los ejemplares
de sus libros a los alumnos.
Gonzalo Moure
El escritor Gonzalo Moure nació en Valencia en el año 1951.
Ha trabajado como periodista durante muchos años, hasta que en 1989
decide dedicarse por completo a la literatura. Es autor de varios libros
de literatura infantil y juvenil por los que ha recibido numerosos premios.
Su última obra El síndrome de Mozart obtuvo el Premio
Gran Angular 2003. Actualmente reside en Asturias.
En el próximo número de Red-acción contaremos
con una entrevista realizada a este autor por alumnos del IES José
Hierro.
Obras premiadas
Geranium. 1991.
A la mierda la bicicleta. 1993. Premio Jaén
Lili Libertad. 1995. Premio Barco de Vapor.
El alimento de los Dioses. 1996. International Board for
the Books of the Youth .
El bostezo de Puma. 1999. Premio Jaén.
Maíto Panduro. 2001. XII Premio de Literatura Infantil.
El síndrome de Mozart. 2003. Premio Gran Angular.

Gonzalo Moure con alumnos de 4º ESO que colaboran
en un proyecto de la biblioteca del IES Ría del Carmen.
Páginas con datos sobre los autores:
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