 
Las plantas más altas y antiguas
Por Ricardo Fernández Herbosa. Alumno de Bachillerato
del Colegio Nuestra Señora de La Paz de Torrelavega.
Las cerca de 250.000 hectáreas de superficie forestal de Cantabria
están ocupadas mayoritariamente por coníferas, una especie
que se extiende a lo largo de 91.686 hectáreas y que ha ido sustituyendo
a las especies autóctonas. Las confieras, así llamadas porque
producen sus semillas en conos o piñas, son los árboles más
altos, antiguos y corpulentos del mundo.
En su mayoría, las coníferas se distinguen fácilmente
por sus hojas largas y en forma de aguja. Casi todas las coníferas
son árboles o arbustos perennes. Sin embargo, este término
no significa que las hojas no mueran nunca. Lo que ocurre es que cada hoja
vive de 3 a 4 años y mudan continuamente, por lo que la conífera
siempre posee un gran número de hojas vivas.
Entre las coníferas figuran los pinos, las secuoyas, los abetos,
los cedros, los cipreses, las piceas y los alerces. Casi todos
crecen en el hemisferio norte y hay una ancha franja de coníferas
que circundan el mundo y llega justo hasta el círculo ártico.
Las coníferas más conocidas son probablemente los pinos. Poseen conos masculinos y femeninos,
y estos últimos, más voluminosos, son colgantes. Hay pinos
que se plantan para aprovechar su madera, que es blanda y se utiliza en
la fabricación de papel y de muebles, así como para postes
de telégrafo y vallas. Entre los árboles madereros más
importantes se cuentan el pino silvestre y el pino albar, grupo en el que
figuran algunos de los árboles vivientes más antiguos del
mundo. El pino americano es un árbol bajo, de montaña, cuya
silueta es usualmente retorcida. Algunos ejemplares se consideran de una
antigüedad superior a los 4.500 años.
Las secuoyas son los árboles
más grandes del mundo. La secuoya costera, que se encuentra en California,
alcanza a veces una altura superior a los 75 metros. Uno de estos ejemplares
es el árbol más alto del mundo, con 111,6 metros.
La secuoya gigante, llamada también Wellingtonia, es el árbol
más corpulento del mundo. Su mayor ejemplar, denominado General
Sherman, tiene más de 83 metros de altura y el perímetro
de la base de su tronco rebasa los 24 metros. Las secuoyas son también
muy antiguas. Entre las del litoral hay algunas que cuentan más de
1.800 años y los científicos consideran que las de tipo gigante
pueden vivir más de 6.000 años, edad muy superior a la del
pino americano.
Los abetos son también árboles
muy altos y algunas especies son valiosas por su madera. En el hemisferio
norte hay 35 especies provistas de conos muy recios y que crecen en posición
vertical.
El pino de Oregón es muy valioso por su madera. Se dice, aunque no
está demostrado, que el árbol más alto que jamás
haya existido fue uno de esos pinos, derribado en 1895. Se calcula que medía
127 metros de altura. Entre los de esta especie, el más alto se encuentra
hoy en el parque del lago Quinault, en Washington, y tiene una altura de
94 metros.
Sólo hay cuatro especies de cedro
y la más conocida es el cedro del Líbano. Alcanza una altura
de unos 45 metros y tiene unos conos largos y verticales. Su excelente madera
se emplea para fabricar cajas de cigarros y yates.
Fuente: Enciclopedia "El mundo de la ciencia"
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