Nº44. Marzo. 2004
 


Dibujos, ilustraciones... Un espacio abierto a la creación de nuestros colaboradores en el campo de las Artes Plásticas.
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Trabajos:

Este y otros Mundos

 

 

 

 

 

 

 

 

Este y otros Mundos
Por Eduardo Gutiérrez (imágenes) y Gonzalo Soberón (textos). Alumnos de 1º de Bachillerato del IES Jesús de Monasterio de Potes.

Dos alumnos del IES Jesús de Monasterio de Potes nos presentan una exposición de realidades posibles o imposibles que nos trasladan a lejanos mundos y nos muestran escenas quizá posibles del nuestro, pero buscando siempre la perfección estética.

 

... Me movía agazapado
de esquina a esquina
por una calle rancia
fría, sin siquiera basura
por darle algo de vida.

Con paredes que clamaban
A gritos sus diarios íntimos
Y con un suelo destemplado
Que suplicaba lágrimas

 

salí solitario a lomos
del viento metálico que
hacía sonar las cornetas
de Orff entre un
mudo rumor de
chirriantes latidos,
inerte música de acompañamiento
en los vértices de un agujero negro que
todo lo absorbe,

 


"Encuentra un motivo para vivir y llévatelo al infierno"

 

caminé silencioso, a pie ya, hasta
encontrar un dragón con cuerpo
de murciélago que, gran paradoja,
portaba la espada que tiempo atrás
le había robado su corazón.

Le enfrenté, mis ojos rubí contra sus ojos
esmeralda, lo demás evocaba a un pianista,
que descubría su playback al morir durante
un claro de luna.

 

 

Me vi ante la luna, el sol y el atardecer
quienes se escondían
tras una máscara que cambiaba cada
segundo, medias lunas, soles abrasivos
atardeceres púrpuras ...

 

 

Tras esconderme entre las nubes,
me convertí en una estrella azul,
y ello, nunca él ni ella, se
escondió...
volé con la esmeralda que
aún me perseguía (que ancha, una cicatriz tan pequeña
y que difícil sacarla de mi carne.)

 

 

Hasta una ciudadela que desafiaba
a vientos, mares y cielos, subida
altanera en su piedra flotando
sobre un río de vapor de sangre,
con puntas que exhalan
decadencia como si fuesen sonrisas
y cálices que arrojan
cruces y curas por
la ventana para luego
derramarse al vacío.


 

Me puse la máscara de la
estrella azul y junto
a mis ojos rubí
y las esmeraldas
tan clavadas en mi frente,
derribamos toda
esta decadencia fría,
rota, inhumana,
para después,
desaparecer...