Nº43. Enero-Febrero. 2004.
 


 

Trabajos:

Relatos
Cuento Por Paloma Peña.

Poemas
¿Sabes? Por Laura Díaz.

 

 

 

 

 

 

 

Cuento
Por Paloma Peña. Alumna de 2º ESO del IES Santa Cruz de Castañeda.

Había una vez, en los bosques de Sheraland, un oso que todo el día paseaba para hacer el mal. Él sabía cuál era la zona de los castores, ciervos, conejos y todo animal que vivía en aquellos alrededores. Por eso siempre les ponía trampas, les gastaba bromas pesadas.

Un día, cuando paseaban por el bosque, Dimon, que así se llamaba el oso, decidió gastar una broma pesada a los castores. Dimon, que vivía cerca de la presa, al ver que los castores salían a por comida, abrió la presa, saliendo gran cantidad de agua, destrozando la casa de los pobres y trabajadores castores. Dimon se escondió detrás de un árbol, esperando a los castores. Cuando llegaron estos a su casa, al verla destruida, se echaron a llorar desesperadamente. Cuando salió Dimon de detrás del árbol, se rió de ellos a su cara. Entonces, al ver la magnitud de lo maldad de Dimon, decidieron vengarse de él.

Esperaron a que Dimon entrara en la cueva para que se durmiera. Mientras, ellos fueron a buscar al resto de los animales. Cuando se reunieron todos, entraron en la cueva. Hicieron mucho ruido y las estalactitas que había en el techo se derrumbaron. Dimon, como no pudo salir, se adentró en la cueva, cayéndose por un agujero. A todos los animales les dio pena y los castores, que sabían trabajar con la madera, le hicieron una escalera para subir.
Ya arriba, Dimon, ayudó a todos los animales.

 

 

¿Sabes?
Por Laura Díaz Portilla. Alumna de 1ºA Bachillerato del IES Santa Cruz.

 

No te culpo,
tu no tienes la culpa
de este amor que siento por ti;
Quizás, sí de mi sufrimiento,
tu cruel indiferencia
me parte el alma.

Sabes que te necesito,
que sin tí yo no sé ser feliz,
pero, acaso ¿te importa?
Te muestras dolido al verme así,
pero a veces me pregunto
si ese dolor será verdadero
o solamente invención tuya...

No sé cuál será la realidad,
sólo sé que en los momentos
en los que se ha de demostrar
ese "dolor" tú no lo haces,
y eso me rompe el alma.

Bien sabes que te quiero,
y que un mínimo gesto tuyo
me hierve la sangre,
me hace feliz,
pero cuando eso falta,
sabes que mi corazón se apaga,
que mi vida se va consumiendo
y mi esperanza se va muriendo.