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Trabajos: Relatos
Cuento Había una vez, en los bosques de Sheraland, un oso que todo el día paseaba para hacer el mal. Él sabía cuál era la zona de los castores, ciervos, conejos y todo animal que vivía en aquellos alrededores. Por eso siempre les ponía trampas, les gastaba bromas pesadas. Un día, cuando paseaban por el bosque, Dimon, que así se llamaba el oso, decidió gastar una broma pesada a los castores. Dimon, que vivía cerca de la presa, al ver que los castores salían a por comida, abrió la presa, saliendo gran cantidad de agua, destrozando la casa de los pobres y trabajadores castores. Dimon se escondió detrás de un árbol, esperando a los castores. Cuando llegaron estos a su casa, al verla destruida, se echaron a llorar desesperadamente. Cuando salió Dimon de detrás del árbol, se rió de ellos a su cara. Entonces, al ver la magnitud de lo maldad de Dimon, decidieron vengarse de él. Esperaron a que Dimon entrara en la cueva para que se durmiera. Mientras,
ellos fueron a buscar al resto de los animales. Cuando se reunieron todos,
entraron en la cueva. Hicieron mucho ruido y las estalactitas que había
en el techo se derrumbaron. Dimon, como no pudo salir, se adentró
en la cueva, cayéndose por un agujero. A todos los animales les dio
pena y los castores, que sabían trabajar con la madera, le hicieron
una escalera para subir.
¿Sabes?
tu no tienes la culpa de este amor que siento por ti; Quizás, sí de mi sufrimiento, tu cruel indiferencia me parte el alma. que sin tí yo no sé ser feliz, pero, acaso ¿te importa? Te muestras dolido al verme así, pero a veces me pregunto si ese dolor será verdadero o solamente invención tuya... sólo sé que en los momentos en los que se ha de demostrar ese "dolor" tú no lo haces, y eso me rompe el alma. y que un mínimo gesto tuyo me hierve la sangre, me hace feliz, pero cuando eso falta, sabes que mi corazón se apaga, que mi vida se va consumiendo y mi esperanza se va muriendo. | ||