Una sala de exposiciones virtual para que los pequeños artistas muestren sus obras, sus cuentos, sus poemas, etcétera

La Galería

Cuentos
El fantasma Gedeón
Angel y el gato
La flor
Querida Susi, Querida Paul
El enanito de la casa quemada
La amenaza

Dibujos
San Vicente de la Barquera monumental

El fantasma Gedeón
Por Joaquín Gutiérrez Rumoroso. Alumno de 4º de Primaria del CP Fernando de los Ríos de Torrelavega.

En un castillo muy viejo, en lo alto de la torre, vivía el fantasma Gedeón.

Salía del castillo y asustaba a la gente que veía por el camino.
Una mañana, el fantasma salió del castillo y se fue al circo. En el circo hizo malabares y pasó con la bicicleta la cuerda larga. Hacía juegos.

A la mañana siguiente, cuando estaba volando, un niño le tiró una rama y le rompió el camisón. Después lo tuvo que coser.

Angel y el gato
Por Alejandro López Hornillos. Alumno de 4º de Primaria del CP Fernando de los Ríos de Torrelavega.

Erase una vez un niño que se llamaba Ángel, quería tener un gato pero su madre decía que manchaba toda la casa de pelos.

Ángel insistía y, al final, su madre lo permitió. Tendría que ahorrar 50 euros para poder comprar el gato, que eso era lo que valía el gato.

Estuvo buscando empleo, por fin encontró un buen empleo en un banco y ganó mucho dinero hasta poder tener un gato.

La flor
Por Clara Cobo. Alumna de 4º de Primaria del CP Fernando de los Ríos.

Juan estaba paseando cuando, de repente, se encontró una floristería, entonces entró en ella. Allí vio muchas flores bonitas pero entre todas la más bonita era un precioso girasol. La cogió, la pagó y se la llevó a casa, la plantó en su jardín y la tuvo mucho tiempo plantada y crecía, crecía más, más, más, y... ¡MÁS!.

Tapó todo el sol, a las demás plantas. y las demás se murieron.
Entonces Juan se mudó a un pueblo muy grande que se llamaba Torreperojil. Allí sabía que había muchos jardines. Se fue en su coche.
En Torreperojil plantó su girasol. En un cartel ponía que había un concurso de plantas. Pensó :

-¿Por qué no intentarlo? Si gano, ¿qué me darán?. Deseo que llegue mañana. Y si no gano pues... ¡Enhorabuena al que haya ganado!- se dijo a sí mismo.

Llegó la mañana siguiente:

Se fue hasta donde estaba el concurso y había muchísima gente. Juan pensaba: ¡Cuánta gente!. Bueno, participar estaría bien.

Entonces pasaron revisión a todas las plantas, había siete jurados, y esos siete votaron por el girasol esto:

Al final el jurado dijo: El ganador es Juan
Hubo unos momentos de nervios intensos.

Todos gritaron: ¡Bien! ¡Bien! ¡Bien por Juan!.

- GRACIAS, MUCHAS GRACIAS-, respondió Juan.

Entonces se fue a su casa con el corazón latiendo, con nervios. Se acostó y sabía que con su girasol siempre tendría muy buenos sueños.

Querida Susi, Querido Paul
Por Marta Margallo Iribarnegaray. Alumno de 4º de Primaria del CP Fernando de los Ríos de Torrelavega.

Eran dos niños muy amigos. Uno se llamaba Paul y la otra Susi. Paul se tuvo que ir a Grecia y entonces se mandaban cartas.
Susi le decía que le echaba de menos y que le habían puesto con Andrea, que estaba todo el día mirando si se pasaba a su parte de pupitre.
Paul le contó que en su clase había un niño llamado Franzi que le caía muy mal, pero lo que más le gustaba era ir a la granja del vecino a jugar con los dos cerditos llamados Erna y Rosa.

Paul:
Susi, ¿por qué no me contestas?. Bueno tengo una amiga nueva que se llama Paula y Franzi y yo hemos hecho dos grupos para pelear.
Ayer hicimos una pelea con el grupo de Franzi y nos tiraron con castañas y nosotros les tiramos con piedras. Cuando le tiré una a Franzi se agachó y por poco le di en la cabeza, pero al agacharse la piedra fue a dar al cristal de un escaparate.
Papá se enfadó conmigo y me dijo que me descontaría el cristal, del dinero de la paga, para pagar los 500 chelines del cristal. Por cierto, la vecina tiene una gata y ha tenido gatitos, a mí me ha regalado uno que se llama Fini.

Susi:
Paul, nosotros vamos a ir a Grecia de vacaciones, a una isla llamada Lesbos.

Paul:
Nosotros también vamos a Lesbos.
Se lo he dicho a papá y mamá y me han dicho que van a llamar a tu casa para ir juntos de vacaciones. Lo estoy deseando.

Susi:
Estoy tan contenta que daría un salto hasta la luna.

El enanito de la casa quemada
Por Eduardo Sánchez Liendo. Alumno de 5º B del CP Fernando de los Ríos de Torrelavega.

Hace mucho tiempo, en un país muy lejano, el rey paseaba con su hija y sus guardias por el lindero de un frondoso bosque ....

El rey quiso adentrarse en el bosque, pero los guardias le previnieron de que era peligroso porque estaba encantado.
Como la princesa también quería entrar, todos penetraron en el bosque.
En el momento que entraban, los árboles comenzaron a caerse, e hirieron gravemente a la princesa.

Los soldados le dijeron al rey que el culpable del incidente había sido el enanito mago que vivía en el corazón del bosque.
Entonces el rey mandó quemar la casa del enanito y éste tuvo que refugiarse en una cavidad subterránea.

Posteriormente el enanito se dirigió al castillo a quejarse ante el rey, pues él no era el culpable de lo sucedido. El rey no le creyó, y el enanito le envió tres castigos:

Al final el rey pensó que tenía que hablar con el enanito, y éste demostró que no era culpable, ofreciendo al rey una pócima para curar a la princesa.
Cuando la princesa, en recompensa, le dio un beso al enanito, éste se convirtió en un apuesto príncipe.
Al final se enamoraron, se casaron y vivieron felices.

La amenaza
Por Eduardo Sánchez Liendo. Alumno de 5º B del CP Fernando de los Ríos de Torrelavega.

Una mañana, Ignacio recibió un anónimo en su casa....

La nota decía lo siguiente:

Ignacio llamó a su hermano Paco, que era identificador de huellas dactilares. Él descubrió que pertenecían al Snake.
Mientras Paco distraía a toda la banda del Snake para que no pincharan el teléfono, Ignacio avisó a la policía.

Al pasar dos meses, Ignacio llevó tres sacos, cada uno con un policía dentro.
El Snake y sus dos compinches abrieron un saco cada uno. Nada más abrirle, todos los villanos recibieron un cachiporrazo de los policías. Cuando se reanimaron, ya estaban esposados.
Los llevaron a la sombra e Ignacio respiró.