Nº41. Julio-Septiembre. 2003.

 

IV
Concurso Reportaje Multimedia

 


Categoría alumnos

Los jóvenes se convierten en el objetivo
de la lucha contra el tabaquismo


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los jóvenes se convierten en el objetivo de la lucha contra el tabaquismo
Por Vanessa Saínz Pando y Cristina Arribas Rivero.
Alumnas del IES Santa Cruz de Castañeda.

 

Según datos aportados por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) aproximadamente de 80.000 a 100.000 jóvenes en el mundo se hacen adictos al tabaco cada día. El porcentaje de población fumadora más alto se encuentra en el grupo de edad comprendido entre los 25 a 44 años (52,3 por ciento), seguido del grupo de 16 a 24 años (39,7 por ciento).

En España la edad media de inicio en el consumo de tabaco es de 13,3 años. Los factores de riesgo del consumo de tabaco entre los jóvenes tienen mucho que ver con la publicidad y promoción de las compañías tabaqueras, así como el fácil acceso a productos derivados del tabaco y a bajo precio. La presión del entorno, tanto familiar como social influye también en el elevado número de fumadores jóvenes. "Está demostrado que si el joven tiene unos padres fumadores el riesgo de que ellos lo sean se multiplica por dos. Pero si además de un entorno familiar relacionado con el tabaco sus amigos también fuman el riesgo se multiplica por veinte".


El tabaco afecta a todo el mundo

Hay compañías tabaqueras que tienen como objetivo influir a los más jóvenes. ¿Cómo?: mediante anuncios con colores brillantes y muchas imágenes que aparecen en revistas específicas para adolescentes y jóvenes.

Las compañías de tabaco están vendiendo una imagen a los jóvenes como, por ejemplo, que 'si fumas eres más independiente'. Pero la única forma de ser independiente es pensando por uno mismo y no dejar que esas multinacionales decidan por uno.

En nuestra sociedad el consumo se ha convertido en uno de los elementos centrales alrededor del cual gira tanto el sistema económico como la vida diaria de las personas. Muchas relaciones personales o el disfrute del ocio se desarrollan en un contexto de consumo. Nuestra sociedad ha seguido un proceso consumista, durante decenios de años y ha logrado que la calidad de vida se valore por aquello que tienen las personas, más que por aquello que son.

Dentro de esta sociedad la gente joven es uno de los sectores más indefensos y, a la vez, una de las principales fuentes de ingresos de las empresas. La poca capacidad económica de la gran mayoría de los y las jóvenes -que no les permite iniciar proyectos vitales de gran envergadura- es aprovechada, mediante la publicidad, por la mayoría de empresas. Ante la publicidad y los abusos a los consumidores y consumidoras, la gente joven cuenta con pocos medios de defensa, por no decir que se encuentra prácticamente indefensa.

Se sabe que si se prohíbe una forma de publicidad enseguida surge otra que incide en el conocimiento y consumo del tabaco. Sabemos la importancia que tiene cierto tipo de publicidad en niños, adolescentes y jóvenes y cómo ésta les llega a influir. Creemos que actualmente existe un giro y un aumento de la publicidad del tabaco. Otros ejemplos, que vemos cada día, son estrategias desarrolladas para incrementar, como sea, las ventas a costa de la salud.

Hemos visto a actores fumando, no sólo puros sino también cigarrillos, tanto en películas como en programas de entretenimiento, lo cual es preocupante pues son el espejo en el que se miran los jóvenes. ¿No puede ser este tipo de publicidad una forma encubierta de iniciar en el hábito?


El tabaco crea un alto poder de adicción

Otro tipo, en pleno auge actualmente, es el que propone concursos con premios, como actuaciones de grupos musicales, que son patrocinadas por marcas concretas de tabaco dirigidas a los jóvenes. Se incluye también publicidad de la marca mediante folletos explicativos de algún sorteo de camisetas, mecheros, bolsas de viaje, CD, etc. Estos folletos pueden ser recogidos por cualquiera, sin control de nadie, en estancos, tiendas de ultramarinos o bares, y no sólo por adultos sino también por niños y jóvenes, quienes los coleccionan como un juego. Los que ganen el sorteo llevarán gratis el logotipo de la marca por todas partes.

Otra forma de enseñar el producto es la que directamente une una marca a un objeto, animal o cosa. El fin es que sin nombrar la marca lo asociemos directamente a la misma. Actualmente estamos asistiendo a la campaña de la marca Camel con el camello en vallas, revistas, mecheros, etc., dirigida especialmente a los niños, con el propósito de que lo conozcan y que después aumenten las ventas.

Por si todo esto no fuera suficiente, hemos leído una noticia muy recientemente en la prensa, en la que se dice que la compañía Philip Morris ha comprado con regalos y prebendas a políticos norteamericanos para intentar frenar iniciativas legales contra el tabaco. Así, las grandes compañías del tabaco han dado un nuevo paso en su afán por ganar dinero a cualquier precio y ya no se conforman con poseer el arma de la publicidad.

Lo anterior es la consecuencia de un profundo estudio de mercado encaminado actualmente a niños, adolescentes, jóvenes, mujeres y países en vías de desarrollo. Los medios de comunicación social deben comprometerse con la salud y el desenmascaramiento de esta industria, ayudando a dar la información real de lo que supone el tabaco. Las instituciones científicas deben continuar desarrollando investigaciones y campañas, y promocionar la salud para que los poderes públicos salvaguarden el derecho a lo saludable de sus ciudadanos sin caer en provocaciones, evitando todo aquello que incita a empeorar el bienestar por beneficios económicos.

 

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