Nº41. Julio-Septiembre. 2003.

Categoría alumnos

La publicidad la podíamos definir como un instrumento que intenta promover la venta de servicios, convenciendo al comprador de las cosas beneficiosas que tiene el producto.

Lo que hace la publicidad es vender físicamente un producto, bien poniendo a mujeres y a hombres con buen físico o prometiéndote unos resultados difíciles de conseguir. Esto lo único que consigue es que las personas lo compran con la ilusión de conseguir los mismos resultados que te ofrecen, cosa muy difícil y a veces imposible.

Dependiendo de lo que quieran vender, el empresario recurre a distintas personas o personajes para que aparezcan en el anuncio, por ejemplo, para los niños utilizan seres divertidos y muy coloridos, para los adolescentes, usan modelos con cuerpos perfectos, y para los adultos suelen vender calidad, seguridad, comodidad, etc.

El utilizar modelos para que los adolescentes compren provocan en muchas ocasiones, que caigan en algunas enfermedades como es el caso de las chicas que pueden terminar en una anorexia o bulimia por querer parecerse a los modelos del anuncio.

La publicidad tiene muchas maneras de llamar nuestra atención, como puede ser la repetición del mensaje. También nos suele ofrecer muchas ofertas como: Compre uno y llévese dos, Si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero, Mucha calidad, a poco precio, etc. O dándonos facilidades para su pago: Compre hoy, y pague el mes que viene.

Este prototipo de cuerpo es el que utiliza la publicidad.

Una de las formas mas efectivas y menos moral, es la publicidad subliminal, en la cual nos incitan a comprar determinado producto sin que nosotros nos demos cuenta, ya que es una publicidad que no entra por los ojos, sino que va directamente a nuestro inconsciente.

Esta forma de publicidad está hoy en día prohibida, aunque numerosos empresarios la siguen utilizando.

A la hora de comprar también nos condiciona la familiaridad de la marca, es decir, lo que vemos en la televisión nos resulta más cercano a nosotros y de más calidad que aquellas marcas que nos son ajenas, por el simple hecho de que éstas no son anunciadas por gente famosa y no aparecen en los medios de comunicación.

En los adolescentes la publicidad les condiciona mucho a la hora de comprar la ropa, porque quieren comprar las marcas de la última moda que se supone que llevan sus ídolos.

En algunos casos los chicos y chicas que no van vestidos con esa ropa se les margina o se les tacha de ser menos que ellos.

Un claro ejemplo de cómo nos influye la publicidad lo podemos ver en nuestra vida diaria. Nada más salir a la calle casi toda la gente va vestida con ropa de marca, vamos al supermercado y siempre compramos aquellos productos que nos son conocidos aunque sean los más caros, queremos tener un cuerpo como el de los personajes que aparecen en televisión, criticamos a la gente por lo que lleva o no lleva, o lo que tiene o no tiene, etc.

¿Conoces la marca que lleva Ana? Fíjate en las personas.

Aunque nosotros no lo queramos reconocer nos manipulan, nos comen la cabeza y nos "obligan" a comprar los productos que a ellos les conviene y que suelen ser los más caros.

Con todo esto podemos decir que no tenemos ninguna clase de libertad para decidir lo que compramos, sino que somos marionetas que nos dejamos engañar por lo que vemos y oímos.