Nº41. Julio-Septiembre. 2003.

 

IV
Concurso Reportaje Multimedia

 


Categoría centros

Geografía y memoria del Barrio Pesquero de Santander


 

 

 

 

 

 

 

 

Geografía y memoria del Barrio Pesquero de Santander
Recorriendo algunos rincones de nuestro Barrio

Trabajo realizado por Jesús Cotera, Raúl Bustamante, Sergio Bra, Carmen Fernández de Castro, Luis Miguel Sobrao Ramos, Sergio Rodríguez y Oscar Salas.
Alumnos del Colegio Miguel Bravo-AA La Salle del Barrio Pesquero de Santander.

 

Jacobo había pasado por la dársena de Maliaño a las nueve de la noche, pero el Gran Sol no había llegado todavía. Estuvo sentado un rato largo en el muelle, viendo cómo soltaban cabos los barcos de bajura y observando las maniobras de una pareja de arrastreros que regresaba del Suroeste de Inglaterra. El muelle estaba bastante vacío y alrededor de las farolas encendidas se apreciaban coronas brillantes de humedad que parecían ir descendiendo al suelo como aguanieve. La bahía se prolongaba a su izquierda en una lengua oscura y tranquila, más profunda cuanto más inmóvil, empujada por las luces lejanas y temblorosas de los diques de Astillero.

El Barrio Pesquero era distinto a la ciudad vieja y al otro puerto. Jacobo había pensado muchas veces que se parecía a una reserva india donde vivía gente de tribus que ya no existían. Casas blancas y pequeñas entre dársenas y diques, muchos bares de los que salía olor a pescado y muchos críos a todas horas jugando en la calle, bajo la ropa tendida, entre los contenedores de basura, a veces hasta la madrugada. La lonja y la vía del tren lo aislaban de las miradas de los que pasaban por la avenida, y para encontrarlo había que acertar con la calle de la barrera y...


Alejandro Gándara (1995)
'Nunca seré como te quiero' , Madrid, SM, pág. 7

 

 

Patio del Colegio Miguel Bravo - AA La Salle
Por Jesús Cotera


Las fotos representan el patio de nuestro colegio con unos años de diferencia.

En la foto antigua, el primer edificio que se ve a la derecha era el Apostolado del Mar y ahora es la Casa del Mar.

El siguiente edificio es y era la Casa de las Monjas y el siguiente era el colegio A.A. La Salle que hace años se unificó con el colegio Miguel Bravo para dar lugar a nuestro actual colegio: Miguel Bravo - A.A. la Salle.

Al final del patio ahora hay unos almacenes.

El primer edificio de la izquierda es la iglesia. Actualmente tiene mejor aspecto después de la remodelación que se realizó el año pasado. El siguiente es el actual Centro de Formación y Empleo del Ayuntamiento, antes Instituto de Educación Secundaria.

 

Calle Miguel Bravo
Por Raúl Bustamante


Estamos ahora en una de las calles a las que da nuestro Colegio.

Cuando se hizo la foto en blanco y negro, la calle se llamaba Travesía de Sotileza. Actualmente se llama Miguel Bravo.

Miguel Bravo fue una gran persona, Párroco del Barrio y, aunque murió joven, fomentó la cultura y la enseñanza del Barrio por medio de escuelas e institutos. Nuestro Colegio lleva su nombre.

En estos momentos no se ve el mar, porque lo tapan los silos de Sergacan. Las grúas del puerto todavía se ven. La calle están mucho mejor, las paredes están pintadas y la acera no parece la misma.

El edificio de la izquierda era el antiguo Cine Sotileza. Se le dio este nombre porque se encontraba en la calle que se llamaba Sotileza; ahora es el Instituto Social de la Marina, la Casa del mar.

El edificio grande y blanco que se ve al fondo de la imagen todavía se encuentra en el mismo lugar y es una de las naves de Sergacan.

 

De Cine a 'Casa del Mar'
Por Sergio Bra

 

Antes de construirse la actual Casa del Mar, había allí la Casa del Apostolado del Mar, el Instituto Filial Femenino y un cine que estaba muy mal cuidado y la gente hasta se llevaba los asientos. Nos cuentan la anécdota de que un señor después de ver la película de Superman se tiró desde el tejado para ver si volaba. Por suerte sólo se rompió una pierna.

Ahora en ese lugar está la Casa del Mar, edificio que alberga un centro médico y otros muchos servicios para los marineros.

 

 

Avenida de Sotileza
Por Carmen Fernández de Castro y Luis Miguel Sobrao Ramos


Hemos hablado con María Ángeles García que al ver la foto antigua nos comenta que la zona de la Avenida Sotileza estaba completamente abandonada. Además, estas aceras estaban siempre encharcadas debido a las tuberías. Siempre que llovía se salía toda la porquería por sus terribles agujeros.

A la izquierda era todo hierba y rocas y al final de la calle había unos enormes hierros donde jugaban los críos y también donde dejaban todo el carbón. Por las noches, los chicos y chicas jóvenes iban a robar el carbón para todas las cocinas, ya que si no lo robaban lo tenían que ir a comprar a un local al lado de una tienda donde había todo tipo de elementos.

Actualmente hay un muchos almacenes, naves y silos. El que más destaca (se ve casi desde cualquier parte de Santander) es el silo de piensos Sergacan.

Ahora es una calle donde pasan muchos camiones.

 

 

Entrepatios
Por Carmen Fernández de Castro y Luis Miguel Sobrao Ramos


También los Entrepatios era una zona abandonada al igual que todo el barrio.

Esta calle, cuando llovía, las alcantarillas se levantaban y salía toda la porquería, así que un día, don Alberto, nuestro cura actual, llevó a todos los chicos y chicas a limpiar esa zona y un chico, precisamente el hijo de María Ángeles García González (la que nos comentó estas fotos) se intoxicó por culpa de la porquería. En ese momento se denunció el caso en el Insalud y fue cuando pusieron toda la calle de yeso para eliminar cualquier porquería que salía de las alcantarillas en días de lluvia y todo tipo de contagio.

Ahora todo el barrio está asfaltado. ¡Algo es algo!

 

De secadero de redes a campo de futbito
Por Sergio Rodríguez



Antes de los campos de futbito había unos ganchos para colgar las redes de pescar. Las antiguas redes eran de cuerda y tenían que secar para que no se pudriera. Cuando se empezaron a hacer redes de nailon y de otros materiales sintéticos se quitaron los secaderos y se construyeron los campos de futbito.

Los chavales ayudaban a sus padres a colocar las redes para que se secasen y luego, en tiempo libre, se lo pasaban jugando en ese mismo sitio. Dedicarlo a campo de deporte era lo normal.

 

El Lantero
Por Oscar Salas

También en plena calle se jugaba bien al fútbol.

A la izquierda vemos la fachada de nuestro Colegio. Antiguamente había un transformador de luz y ahora integrado en una esquina del colegio.

A la derecha vemos unos troncos que se almacenaban allí para posteriormente ser serrados en el edificio que está a su lado (El Lantero).

Actualmente donde se encontraban los troncos está el Parque de la Pesca y la casa donde se serraban es la Escuela de Remo. En la pared de esa casa hay ahora mismo un mural en el que se ve una trainera y a unos señores observando.

Cuando la serrería, la gente del Barrio iba a recoger los cachos pequeños de madera que se habían serrado, para la lumbre de sus casas.

 

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