Una excursión es mucho más
que un autobús y un día de asueto. Nuestros reporteros
se han armado de una cámara de fotos o de vídeo,
un "boli" y una libreta y se han ido a ver mundo.
En este número los alumnos del IES Foramontanos nos cuentan
qué hicieron en su viaje a Madrid; también acompañaremos
a los alumnos del IES Augusto González Linares hasta la
vecina ciudad de Bilbao, donde visitaron el museo Guggemhein.
Los alumnos del Ataúlfo Argenta de Castro Urdiales nos
cuentan su excursión a Pamplona; y el alumno del CP Cisneros
continúa el relato sobre su viaje a los Picos de Europa
que no pudo acabar en el número anterior.
De su experiencia individual, de su visión de las cosas,
subjetiva como no podía ser de otra manera, da fe esta
sección y sus reportajes.
Reportajes:
Viaje a Madrid
Visita al museo Guggenheim
Excursión a Pamplona
Excursión a Picos
Viaje a Madrid
Por Maru, alumna de
1º de bachillerato del IES Foramontanos de Cabezón
de la Sal.
Febrero de 1998, los alumnos del IES Foramontanos visitan
la Capital de España durante varios días.
La noche fue blanca pero no la vimos.
Cinco compartimentos cerrados con cuerpos desmadejados, ojos
semi cerrados y un cierto aroma de expectativa.
La noche fue larga, pero se desvaneció con las primeras
luces de Madrid. Un largo pasillo, escaleras mecánicas,
acceso al Metro, rostros cansados.
Andando por el Metro
EL hotel no es el Ritz pero está
en el meollo y lo compartimos con un grupo de solícitos
atentos muchachos chilenos.
Así que el hotel se convierte en un momento en el más
maravilloso de los alojamientos.
El dueño nos mira con recelo
-otro grupo, otro follón- y nosotros con cansancio. Son
las nueve de la mañana y todavía no tenemos acceso
a las habitaciones así que hacemos tripas corazón
y emprendemos la caminata hacia el Reina Sofía.
La Cibeles: Bienvenidos
a Madrid
Neptuno nos contempla aburrido, absolutamente
indiferente a que algunos ojos le contemplen por vez primera.
Problemas para entrar. No hemos concertado cita.
Al final, pagando todo se arregla y nos en entretenemos subiendo
y bajando en dos grandes ascensores columnas como dos enormes
tubos de cristal ciñendo el edificio... subiendo y bajando,
bajando y subiendo; en el interior Tapies, Dalí, Serra,
Equipo Crónica... y una araña gigante con entrañas
de hierro.
Kilómetro 0: La Puerta del Sol
Comida "typical spanish":
un reluciente Mc Donald´s.
Tras la apetitosa colación, a dormir la siesta y digerir
las hamburguesas.
El dueño del hotel insiste en su cara larga pero los chilenos
no están mal y las camas son blandas.
Vuelta a la calle.
Frente al Congreso de los Diputados
Esta vez hacemos un recorrido fugaz
-demasiado fugaz para algunos -por el Museo Tyssen: ¿demasiada
pintura holandesa quizá?.
Juan Carlos se pierde en la librería. Anochece.
Juan Carlos sigue en la librería.
Urge volver al hotel y engalanarse para la movida madrileña.
Juan Carlos es finalmente arrastrado al exterior.
Duchas, maquillaje y otra vez los
chilenos, cada vez son más. Confraternización...
y a chupar frío porque no nos dejan poner el pie en ningún
sitio (Mayores de 18 años, por favor).
A los chilenos no les importa andar a lo tonto así que
damos un par de vueltas más y acabamos en la puerta del
hotel.
Vaya, justo ahí hay un garito para menores, así
que la movida madrileña se reduce al Mykonos... La música
es un poco rollo y la pista muy pequeña pero lo pertinente
es aguantar hasta que el cuerpo aguante y el cuerpo aguanta y
aguanta...
Amanecemos juntos pero no revueltos.
Los chilenos dejan esta mañana el hotel.
Parece que nuestro viaje ha perdido
parte de su encanto: largas y sentidas despedidas... abreviamos
dividiendo al personal según gustos y aficiones:
Foto de grupo ante el campo de futbol del Real
Madrid
Algunos se van a animar a los jugadores del
Real Madrid al Santiago Bernabéu; otros dan un paseo por el Retiro
y no consiguen encontrar al ángel caído.
Frente al museo del Prado
A las tres Gabriel nos espera en
el Prado.
A las cuatro acabamos de empezar.
A las cinco la cosa va para largo y a las seis nos arrastramos
de sala en sala y de banco en banco.
Tiempo de teatro
Al fin conseguimos tumbarnos un rato
en la cama, antes de volver a empezar: duchas, maquillaje y otra
larga noche en e Mykonos.
Ah! antes al cine: desde la tercera fila nos tragamos bocanadas
de agua de mar contemplando el hundimiento del Titanic.
Llorar un rato relaja y te deja como nuevo.
Dan las cuatro de la madrugada y con pesar nos despedimos del
Mykonos, nuestro único refugio nocturno.
Dos viajeras
El Domingo somos veinte resacosos
ganduleando por el Rastro con un sol espléndido que daña
la vista.
Ultima comida juntos. Para celebrarlo... ¿qué mejor
sitio que el Mc Donald 's?.
El dueño del hotel respira ya más tranquilo otro
grupo que se va y el hotel sigue en pie.
Vuelta al Metro y a las escaleras mecánicas. Las bolsas
de viaje pesan más que a la ida.
El Talgo nos aleja de Madrid y nos devuelve a los campos nevados
de Castilla.
Los ojos se entrecierran y los cuerpos se acomodan para dormir...
Estamos cansados, pero ¿quién no volvería
a empezar de nuevo?
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