Nº39. Mayo. 2003.


Tribuna Libre

El lugar para vuestras opiniones personales es Tribuna Libre.
Aquí podéis opinar de todo aquello que os interese, bien porque esté de actualidad o bien porque creáis que merece la pena ser comentado.

La necesidad de vivir a tope el placer
Ser adolescente
Esta política vuelve loco a cualquiera
Nuevas catacumbas
Las alteraciones del carácter
Verdaderos periodistas
Antiamericanos
Aunque nos pese
Torrelavega 2003
La depresión de los jubilados
La Juventud
Papás, me voy a la universidad

 

 

 

 

 

 

 

La necesidad de vivir a tope el placer
Por Beatriz García, alumna de 3º de ESO del IES Juan José Gómez Quintana de Suances.

¿Hasta dónde nos ha llevado la codicia? ¿En qué se ha convertido la felicidad? ¿Somos realmente felices?
Estas son sólo algunas de las preguntas que hoy en día rondan nuestra cabeza.

Todos somos conscientes de que nuestros abuelos y demás antepasados vivieron tiempos difíciles en los que poder llevar un trozo de pan o un vaso de agua a la boca ya era motivo para sentirse satisfecho.

Hoy podemos dar gracias porque eso haya cambiado, ya no tenemos que pasar hambre, sed o frío. Ahora lo tenemos todo en abundancia, ropa, comida, juegos, utensilios, etc; Y sin embargo, somos incapaces de disfrutarlo, siempre sentimos la necesidad de tener lo del de al lado o algo mejor, la codicia y la envidia se han convertido en las bases de nuestra sociedad.

Hoy alcanzar la felicidad es un privilegio que alcanzan muy pocos, puesto que son mínimos los que saben apreciar lo que tienen y conformarse con ello al mismo tiempo que valoran los esfuerzos de quienes les rodean para permitirles esos pequeños caprichos que todos ansiamos de vez en cuando.

De lo que no hay duda es de que vivimos en una sociedad derrochadora y que tal vez deberíamos reflexionar sobre ello más a menudo.

 

 

Ser adolescente
Por Gema Sánchez Cuevas, alumna de 1ºA de Bachillerato del Colegio Nuestra Señora de La Paz.

La adolescencia, que comprende de los 12 a los 18 años, está considerada como la etapa más crítica de cuantas vivimos. El paso previo a la madurez es fundamental y marca el rumbo que tomamos de cara al futuro.

La adolescencia es el período que va después de la infancia y que se extiende hasta la edad adulta. En los chicos suele ir desde los catorce hasta los veinte años y en las chicas desde los doce a los dieciocho años.
Es un período crítico, voluble, turbado, al cual padres y adolescentes temen. Los padres porque ignoran las reacciones del hijo en ese período y cómo acercarse a él sin que se rebote y el propio adolescente porque teme el descontrol.

Para los padres es muy complicado comprender que los hijos van creciendo, formándose para poder pensar y actuar por sí mismos y para los adolescentes la madurez se les sube a menudo a la cabeza.

Todos los que ahora disfrutamos esta etapa, convivimos con esos cambios de carácter inexplicables, esas sensaciones corporales que se escapaban a nuestra comprensión y esas ganas de comerse el mundo y todo aquello que estaba prohibido. Nuestros primeros pitillos, nuestro primer contacto con el alcohol y las drogas, nuestro primer beso y nuestra primera decepción en el amor.
El adolescente se adentra de forma impetuosa en busca de nuevas experiencias porque cree ya ser mayor y suficientemente inteligente para salvar todos los obstáculos que se le atraviesen en su camino para obtener sus metas. Pero a menudo parece que todo sale mal y además sólo puede confiar en los amigos porque los padres parece que dejaron de comprenderle.

Los padres dejaron de protegerle y tiene que afrontarse con diferentes retos en la vida que le conducirán al mundo adulto. A veces en este camino tropiezan con otros adolescentes cuyos vínculos familiares no sean demasiado fuertes, sus padres han dejado de preocuparse por ellos, o simplemente que sufrían algún trastorno conductual. El joven adolescente es todavía muy inseguro y antes escuchará a uno de sus amigos que a sus padres, aunque sus influencias no sean las más adecuadas, introduciéndose muchas veces en la llamada delincuencia juvenil.

Los adolescentes necesitamos, al igual que los niños, de una vida familiar segura, de un entorno adecuado donde poder encontrar la estabilidad que nos conducirá hacia la madurez. Desorientados por las contradicciones internas, buscan con afán un afecto y dirección donde poder comprender qué les está pasando. Su propio yo le deja desorientado y busca en agrupaciones, en valores espirituales... comprensión y cariño. Se quiere al amigo, se le admira, se confía en él y hasta se le imita.

Los padres tendrían que fomentar el acercamiento afectivo hacia su hijo adolescente, porque en ese vínculo es donde equilibraremos al adolescente para lograr que esa etapa sea recordada como una de las mejores de su vida y no como la peor.

Más información:

www.sepiensa.cl
www.puni.uanl.mx/@dolescencia/
www.ciudadfutura.com/psico/articulos/adolescencia.htm

www.rnw.nl/informarn/html/cie020408_adolescencia1.html

 

 

 

 


Esta política vuelve loco a cualquiera
Por Alvaro Ramos, alumno de 3º de ESO del IES Valle de Piélagos.

La campaña electoral despierta en un alumno una serie de quejas sobre las actividades de los políticos y los actos que tienen lugar para captar el voto de los electores.

Pues sí, cómo no, esto tiene que ser noticia, ya que durante un mes no hay quien viva. Escribo este artículo para quejarme y estoy seguro que mucha gente me apoya y con razón. No hay derecho a que durante un mes, día y noche, en todo momento, en la radio salgan los anuncios de cosas irreales. Aquí se tendrían que decir los políticos No me llames iluso porque tenga una ilusión. Pero eso no es lo peor. Los cartelitos en todas las esquinas, en las columnas, en los basureros... dentro del basurero tendríamos que pegarles.

Otra cosa molesta es cuando aparecen en la tele los anuncios o programas especiales de la política anunciando cosas que ni ellos se creen. Pero es que lo peor y más rabioso es cuando va la furgoneta por tu casa anunciando los candidatos de un determinado partido político y lo que los pobres piensan hacer. No es normal que esa furgoneta te despierte, no te deje ver la tele pone los nervios nerviosos. Parece la furgoneta de los helados. Desde que entra por el pueblo, no te cabe la menor duda de que es la famosa furgoneta, que dan ganas de pincharla las ruedas, aunque no nos vamos a poner violentos...

Sólo me queda decir una cosa: ajo y agua y a aguantarnos durante un mes. Durante este tiempo es normal que pierdas los nervios. Todos te entendemos, pero ten paciencia y se fuerte. Sólo es un mes...

 


Las nuevas catacumbas
Por Laura Lavín, alumna de 1º de Bachillerato del Colegio Nuestra Señora de La Paz de Torrelavega.

Definitivamente, Internet ha dejado de ser un espacio de adolescentes, universitarios y ejecutivos del nuevo marketing. Los que han invadido el espacio que antes era de los jóvenes han sido los mayores, los internautas de edades comprendidas entre 55 y 64 años.

Pero no se quiere alarmar a nadie. Esta realidad por la que se va introduciendo en la red un sector de población que "contrata acciones bursátiles online, diseña planes de viaje y efectúa todo tipo de compras" provoca satisfacción y un eufórico frotarse las manos de quienes anteriormente ya se habían introducido en la red movidos por el interés de exponer e intentar vender sus mercancías de este modo. Internet fue objeto de interés, y resultó perseguida por mercaderes que aprovechando la corriente creada intentaban transformarla en otra fuente de beneficios. Fue destinado a compartir información y también un producto de tertulia. Internet es como un refugio donde se da cabida a personas que quieren protegerse. Éste refugio se ve amenazado por aburridas personas mayores faltas de imaginación y sobradas de experiencias frustrantes, que prefieren copiar antes que crear, de imitar las enormes librerías de la bibliotecas nacionales en lugar de ingeniar un medio cómodo y económico de consultarlas sin salir de la propia casa. De cualquier manera sea bienvenida también esta generación de "mayores".

El refugio es un gran invento en el que han caído multitud de personas, que perseguían tan sólo forrarse en ella, y a la vez está favorecida por una corriente de libertad que nos hace sentir bien, y que sabiamente manejada puede conseguirse que también limpie, que purifique. Internet no tiene límites y eso es lo que ha reforzado a que la gente sienta tantas ganas de disfrutar de esa libertad infinita.

Muchos jóvenes utilizan Internet porque necesitan privacidad y por ello se encierran en ellos mismos y se evaden del resto. La culpa de que esto suceda la tienen los padres, ya que ellos quieren saber demasiado acerca de la vida de ellos, y esto usualmente no funciona y provoca problemas. Una de las causas por la que los adultos empiecen a navegar en la red es para ver si esto es peligroso debido a que sus hijos pasan ahí la mayor parte de su tiempo libre. Otra causa es que la mayoría de los trabajos necesitan un ordenador, y esto también condiciona a que los adultos se interesen por esta nueva tecnología.
Internet se ha convertido en un instrumento imprescindible en la vida cotidiana. Por lo tanto, nosotros los jóvenes debemos ir aceptando que la sociedad también esta dispuesta a cambiar y que tienen el mismo derecho que nosotros a utilizarlo.

Fuentes:
http://www.diarioti.com/noticias/2001/feb2001/15193986.htm

 

 


Las alteraciones del carácter
Por Laura Lavín, alumna de 1º de Bachillerato del Colegio Nuestra Señora de la Paz de Torrelavega.

Debemos aprender a escuchar antes de saltar y arañar. Una de las características más sobresalientes del ser humano es su inestabilidad habitual del carácter. Por mucho que tratemos de definir nuestros rasgos más predominantes a menudo nos encontramos con que, dependiendo del entorno, nuestro carácter oscila.

Nuestra conducta puede ser alterada por determinadas estaciones del año; así, tal como dice el conocido refrán "la Primavera la sangre altera" y el Otoño con su caída de hojas, son las estaciones del año en las que más alterados nos sentimos.

Por ejemplo ante una misma señal no siempre reaccionamos de la misma manera porque la reacción depende de nuestro estado de ánimo del momento. ¿Nunca os han dicho aquello de que "seguro que en otras circunstancias no me hubieras respondido de este modo que ahora haces"? Esto es debido a que cada uno tenemos nuestra propia personalidad y por lo tanto carácter, y ello puede desestabilizarnos. Todo esta condicionado por las circunstancias externas.

Muchas veces yo misma me doy cuenta que tengo un comportamiento del cual podría prescindir y si tuviera que dar una explicación racional a ese sentimiento no sería capaz de expresarlo ya que, no hay estímulo que lo provoque simplemente siento ganas de descargar mi mal humor con alguien. Puede que sea la persona menos adecuada o la que menos se merezca que la traten así pero son circunstancia que ocurren a diario.

Hay días en los que te molesta hasta una mosca y otros en la que eres tu quien se arma de paciencia para aguantar el mal carácter de los demás.

El ser humano ha creado un mundo estresante y esto puede ser una de las principales causas que provoquen nuestro mal humor. A pesar de que con el tiempo nos hemos hecho inmune a este estrés, pero aun así hay ocasiones en los que perdemos los papeles y nuestras propias defensas generan el ataque al exterior.

Cuando me siento agresiva a menudo digo cosas sin pensar que pueden herir a aquellos que me rodean y por mucho que después trate de disculpar esa conducta el vaso a veces se llena y acaba derramándose. Esto conlleva al arrepentimiento pero muchas veces no somos conscientes del daño que hemos provocado.
Por ello es importante que a menudo hagamos un análisis de conciencia, es decir, nos sentemos a solas con nosotros mismos y nos preguntemos por el grado de satisfacción que nos proporciona la vida que hemos elegido.

El conformismo amarga y sólo nosotros podemos terminar con él. Aunque suene egoístamente tenemos que pensar primero en nosotros y después en aquellos a los que pueda afectar nuestra actuación. Si hay que cambiar alguna pieza del rompecabezas que forma nuestra trayectoria existencial para ser más felices debemos hacerlo, pese a los que sufran por nuestra decisión, porque nuestra vida la decidimos nosotros y sólo tenemos una para vivir con este ropaje.

El bienestar propio produce bienestar en nuestro entorno inmediato y el alcanzarlo está en nuestras manos. No te engañes pensando que la felicidad depende de otros, porque sólo y exclusivamente depende de ti.

Fuentes:
http://www.bkcolombia.com