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En Cantabria contamos con el azul de nuestros mares
y ríos y el verde de nuestros campos, valles y montañas, pero
todos ellos pueden dejar de serlo si no nos mostramos vigilantes. Reportajes La ganadería en Cantabria
La ganadería en Cantabria Tres alumnos del IES Manuel Gutiérrez Aragón nos dan
su visión sobre un mundo que les resulta muy cercano. La ganadería
ha sido siempre un pilar importante en Cantabria y actualmente se está
abandonando.
El día a día del ganadero En mi casa siempre ha habido ganado. Ya lo tenían mis abuelos,
ahora lo tenemos mis padres y yo. Tenemos unas 25 vacas entre Tudancas y
Mixtas. También tenemos yeguas de monte (unas 20), cabras, gallinas
y pollos. Según me levanto los fines de semana, fiestas o vacaciones, voy al invernal
a arreglar las vacas y les quito el abono. Después limpio los pesebres
para echarles el pienso. Cuando ya lo han comido les echamos la hierba
para, en cuanto la acaben, soltarlas a un cerrado que tenemos al lado
de la cuadra para que no se les entumezcan las patas. Me voy a ver
las yeguas y a soltar las cabras. Poco antes de que anochezca las amarro y las echo el silo, voy a meter
las cabras y después arreglo los perros y los gatos. Así todo
el invierno hasta marzo o abril, que soltamos las estieles* a los
prados para quedarse fuera. Las que están paridas las suelto más
tarde porque si las suelto con las estieles hace mucho frío para
las crías.
Una profesión muy importante La ganadería es la profesión dedicada a la crianza y mantenimiento
de los animales. En la antigüedad era una profesión muy importante
a la que se dedicaban gran número de personas, pero al ir aumentando
el trabajo en las fábricas y comercios descendió en gran medida
hasta el punto de que hoy en día sólo se dedican a ella la
gente de los pueblos y poco más. La ganadería es muy importante, sólo que para los ganaderos
de baja explotación los beneficios y ganancias obtenidos son escasos.
Es un trabajo duro y esclavo, aunque en la actualidad tenemos muchas máquinas
para hacer la vida en el campo más fácil.
Lo que más bonito hace a los pueblos Os voy a contar la vida de un ganadero. Algunos piensan que se llevan buena vida pero yo creo, por experiencia, que si no es el peor trabajo que hay, es uno de los peores y el menos recompensado. Tan solo algunos ganaderos de vacas pintas sacan beneficios de la leche. Algunos nos tenemos que hartar de estar con ellas en el monte y a veces para nada, pues hay años que nos quedamos sin cobrar la subvención. A partir de noviembre, nos tenemos que levantar a las seis de la mañana para echar de mamar a los jatos y echarles de comer a las vacas. Después, con poco tiempo para desayunar, hay que llevar las vacas al prado para que pasten y tengan leche para los jatos y, si sobra, aprovecharla para hacer quesos. A continuación tienes que limpiar la cuadra e irte a comer para volver a recoger las vacas y llevarlas de nuevo a la cuadra hasta otro día para que vuelvan a salir. Esto que os he contado es un día normal en la vida de un ganadero
en los meses de invierno y primavera. En el mes de mayo, ya cerca de junio,
se echan las vacas al monte. El día 15 de junio se suben a los
puertos de Sejos. De mientras, como no nos podemos estar quietos,
tenemos que hacer la hierba. Es un trabajo mejor que el de estar todo el
día con el ganado, pues en la hierba si no hace sol no se hace nada;
se va a ver las vacas al puerto y se les lleva un saco de sal gorda para
que cuando vayas al día siguiente a verlas no tengas que andar mucho,
y sólo con llamarlas van donde ti. Cuando se acaba la hierba y bajan
las vacas con los jatos del puerto se baja el jato más ruin a la
cuadra para engordarle y matarle en casa. La fotografía procede de:
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