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Esta es una nueva sección en la que vamos a inventar un cuento entre todos, contando con la creatividad y la imaginación como herramienta de trabajo. De forma encadenada iremos aportando nuestro granito de arena, siguiendo el hilo de lo que otros vayan creando. Sólo hay que seguir las pautas que nos van marcando y, a partir de ahí, continuar la historia como más nos guste.
Erase una vez Capítulo IV y último del cuento iniciado por los alumnos del CP Mata Linares de San Vicente de la Barquera. Disfruta de las aventuras de Alba y Manuel. Capítulo II Capítulo III Capítulo IV
Érase una vez un niño llamado Manuel, tenía 12 años, el pelo castaño, era serio, tranquilo, aventurero y adicto a la lectura. Un día subió al desván a fisgonear y encontró un baúl en el que había muchas cosas: disfraces, trajes, sombreros, un globo terráqueo... Pero lo que más le llamó la atención fue un libro de aventuras cubierto de polvo
Alba era una niña de pueblo a la que le gustaba mucho la naturaleza, tenía el pelo rubio y largo, era simpática, ambiciosa, mala estudiante, muy charlatana y amiga de emociones fuertes Leyeron el libro y les gustó tanto que decidieron ir al sótano a explorar el globo terráqueo y localizar la isla en la que se desarrollaba la historia de aventuras. Posaron el dedo en el lugar donde estaba situada la isla y de repente ¡ Ups Ups ! fueron absorbidos por el globo terráqueo. De pronto se encontraron en una isla rodeada de palmeras, con el suelo cubierto de una arenilla muy fina. Se pusieron en marcha y después de haber recorrido varios kilómetros, a lo lejos observaron un faro en el que habitaban unos enanos muy gruñones y atrevidos que se alimentaban de bayas encontradas en el bosque. Manuel y Alba decidieron pasar allí la noche. Estaban tan
agotados de la caminata que no tardaron nada en quedarse dormidos. Capítulo II Después, planearon darse una vuelta por los alrededores. Llegaron a una granja hecha de madera y con un gran silo, establos, granero, pajares y otras dependencias. Todo estaba en orden pero algo inquietaba a los chicos.... no había rastro de personas que habitasen allí. Pensaron ir a buscar comida y paseando, llegaron a una playa cercana, se acercaron y vieron una mancha extraña en el agua y... ... de repente salió un pulpo de gran tamaño llamado Octopus, con cara de despistado, que pareció alegrarse al verlos. Los niños le preguntaron a Octopus dónde estaban, y Octopus les respondió que en la imaginación de una niña que está en una escuela. escribiendo una redacción en la que vosotros sois los protagonistas y , tenéis que pasar una prueba, que consiste en bajar al fondo del mar y rescatar a mi familia, que está raptada por dos sapos gigantes llamados Marcelino y Marcelón. Entonces llegó la morsa y les llevó al fondo del mar y allí entraron, dentro de una cueva que estaba llena de ostras. Se encontraron todo oscuro y silencioso. Allí no se veía a nadie. Por Alba Sueiro, Laura Noriega y Vicente Sánchez, alumnos de 6ºB del CP Mata Linares. Entraron en la cueva y allí vieron a los sapos Marcelino y Marcelón dispuestos a luchar con ellos con palos, pero les sorprendió
mucho observar que no tenían palos y que les dijeron: Empezaron los sapos: Siguieron los niños: Continuaron los sapos: Y en ese plan siguieron los niños : Así les siguieron dos largos días de chistes hasta que a los sapos se les acabó el repertorio y los niños ganaron. Cuando la familia salió, los muchachos se sorprendieron mucho porque no eran pulpos, sino una mujer y una chica . Subieron a la superficie dificultosamente porque estaban muy cansados, pues llevaban dos largos días sin dormir y con la cabeza a punto de estallar. Al llegar a la playa estaba esperándoles Octopus, con cara de alegría, y aún había más sorpresas : Ahora Octopus era un verdadero humano de la edad de los padres de nuestros protagonistas.
Capítulo IV Por Alba Sueiro, alumna de 6ºB del CP Mata Linares Poco a poco el bebé fue creciendo y se convirtió en un niño fanático del fútbol. También crecían los niños Manuel y Alba.
Un buen día que Octopus estaba cortando leña apareció ante él un mago con una larga barba blanca y le preguntó:
Octopus le respondió así: Los niños salieron como balas y el mago les explicó que a la mañana siguiente, al amanecer tendrían que regresar a casa, eso les entristeció mucho. Esa noche se despidieron de todos y prepararon su maleta. Octopus le dio a Manuel una planta carnívora y a Alba un precioso collar de flores. Por la mañana, temprano, se dirigieron a la playa, donde les esperaba el mago y ... -¡¡¡ Riiiiiiiiiiiiiiiing.....!!!!!!! Manuel se levantó y cuando terminó de hacer todo llamó a su vecina Alba y se dirigieron al cole. Por el camino le dijo que ella también había tenido ese sueño. Sonó el timbre y se encaminaron a su clase y abrieron el libro de historia mientras llegaba su profesor. -Bueno chicos, abrid el libro por la página 86, el pulpo que veis forma parte de una leyenda de una isla del Océano Atlántico que dice... -¡Qué raro me suena!- Dijeron Manuel y Alba al unísono. Se quedaron muy sorprendidos de todas las coincidencias de su sueño con la vida diaria. -¡Nunca olvidaremos a OCTOPUS!
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