Nº25. Mayo. 2001.
 

Sección en la que los alumnos de primaria publicarán todos sus reportajes: salidas de centros, entrevistas....



Reportajes

Salida a la cueva del Cúlebre
Cuentos de brujas...y brujos

 

 

 

 

 


Salida a la cueva del Cúlebre
Por alumnos de 4º B del Colegio Público Mata Linares

Una visita de alumnos del colegio Mata Linares a la cueva del Cúlebre en la que hace años vivía este monstruo que destrozaba casas y campos y devoraba a las doncellas.

Hace muchos años, por los alrededores de San Vicente, se sentía pánico por culpa de un extraño monstruo llamado Cúlebre. Destrozaba cosechas y campos. Un día los habitantes de la villa hicieron un acuerdo con el monstruo: cada mes le darían una muchacha, para que no les molestara más.

En el sorteo, cada padre tenía que coger una piedra, casi todas eran blancas, menos una que era negra, la muchacha se desmayaba en los brazos de su madre, y la llevaban a la entrada de la cueva y de repente salía el monstruo. Entonces surgió del cielo un hombre con su corcel blanco, el Cúlebre sin detenerse le fue a arrancar la cabeza, pero Santiago le cortó la cabeza al monstruo y salieron tres chorros de sangre: verde , rojo y azul y cayó rodando al mar.

Ésta es la historia del Cúlebre tal como la cuenta Judit Bustamante

El día 28 de Marzo fuimos desde la Barquera, por los acantilados de Boria, a la playa de Santillán. Llegamos hasta el faro y nos paramos a contemplar el precioso paisaje de la mar y la vegetación de la costa. Seguimos hasta las ruinas de la ermita de Santa Catalina y bajamos a la playa de Punta Liñera, donde recogimos fósiles y piedras.

Seguimos caminando y muy pronto nos encontramos en La Regatona y enseguida llegamos a la Cueva del Cúlebre. Después hicimos un dibujo imaginándonos la historia del Cúlebre comiéndose a la doncella, leímos su historia y continuamos el camino hasta la playa de Fuentes.

Poco después llegamos a la playa y allí comimos y bebimos todo lo que quisimos. Después de picotear jugamos sin parar. Dos horas después volvimos al colegio.

Lo que más me gustó de la excursión fueron los impresionantes acantilados con el mar a sus pies.

Viendo la cueva del Cúlebre sentí la historia como si yo fuese la muchacha del poste. ¡Fue alucinante !
Por Andrea Moraga Mayo


En este lugar de interés, hemos podido observar la fantástica cueva del Cúlebre. Leyendo su historia pudimos sentir el poderío del Cúlebre, el miedo de la villa pesquera, el sufrimiento de las doncellas... Bueno, en otras palabras... ¡la excursión fue maravillosa ¡
Por Rubén González Ceballos

Lo que más me gustó de la ruta de los acantilados fue la cueva del Cúlebre, porque parecía verdadera, además bajamos a verla y era impresionante, parecía que iba a salir el Cúlebre.
Por Jonatan Bustillo

Me ha parecido muy bonito, sobre todo los fósiles que encontramos en la playa de Liñera, el caballo de Santiago haciendo la huella y dibujar al Cúlebre comiéndose a las doncellas. El sitio donde comimos era la playa de Fuentes, una de las más bonitas que pertenecen a San Vicente de la Barquera.
Por Manuel Vélez Quintanilla

El momento que más me gustó de la excursión fue cuando entramos a la cueva, había un túnel bastante hondo y me imaginaba al Cúlebre saliendo de allí.

La historia es preciosa, y allí, al lado de los acantilados y del mar, te sentías muy bien. La brisa te acariciaba la cara e ibas aprendiendo muchas cosas que el profe enseñaba.
Por Andrea García

La excursión me gustó mucho porque vimos bastantes árboles: higueras, pinos, eucaliptos, laureles... También vimos pájaros, insectos, peces... Y Goyo se portó muy bien con todos.
Por Macarena Blanco Noriega

Un día fuimos a dar un paseo por la costa. Cuando llegamos a la playa de Liñera recogimos muchos fósiles. Durante un tiempo me quedé pensativa, pensé cómo se formarían los fósiles. Cuando llegamos a los acantilados sentí la suave brisa del mar y vi cómo rompían las olas. ¡Era magnífico! En la cueva, me imaginé cómo el Cúlebre devoraría las doncellas y sentí un escalofrío .

Al final en la playa de Fuentes jugamos y nos lo pasamos superbien.
Por Samanta Bengoechea