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Esos teléfonos los carga el
diablo
Esos teléfonos los carga el diablo Una aplastante crítica de un alumno que se siente orgulloso de no pertenecer a los "telefonomovilodependientes", y que considera que el uso incontrolado de estos teléfonos ha acabado con la libertad del individuo.
Es más, sin irnos tan lejos puedo recordar tiempos de libertad y buenaventura, imagínense un ciclista español, navarro de nacimiento, ganó casi media docena de vueltas a Francia. Por otro lado, nuestras infantas, todavía jóvenes y lozanas vivían felices desde la soltería, sin traer Froilanes al mundo. Y es que cómo cambian los tiempos. En mi opinión, el motivo del declive nacional no reside en el cambio de gobierno, ni en los nuevos controles de alcoholemia, ni siquiera en que la Constitución haya pasado la veintena. Reside en los malditos teléfonos móviles. Por estos puedo afirmar sin temor a equivocarme, que España se está convirtiendo en la mayor pijada que cualquier desvergonzado pueblo pueda tolerar. Y no puedo más que estar alarmado al ver que mis compatriotas se han convertido a su vez, en unos inútiles, incapaces de resolver un problema por sí solos. Se han convertido en unos desdichados "telefonomovilodependientes", intolerables, desvergonzados y mal educados. No sé si serán conscientes, pero con estos dichosos teléfonos se ha acabado la libertad. Estar localizable, en la mayoría de las ocasiones es lo peor que te puede ocurrir. El arte del escaqueo por la puerta de atrás se ha terminado, con él han muerto la incertidumbre, la sospecha, el desconocimiento y la a veces tan buena compañera de cama; la falsedad. Por no hablar de la impertinencia de los detestables trastos, su inexistente respeto y elegancia. Con esto me refiero al de sus dueños, esos pijos, esos tiquismiquis, esos malnacidos que se llevan el aparato conectado allá donde van. ¡Qué viva la virgen!. Sin olvidar a los niños de diez y doce años, que me sorprenden cada vez con mayor precocidad con una horrible sintonía en el autobús. Dadas estas condiciones, me dispongo a afirmar, que poseo algo que hoy en día escasea, como escasean las buenas personas. Poseo el orgullo de no tener móvil, y no es un orgullo cualquiera. Es un orgullo que se restriega cuando ves la factura de fulanito, es el orgullo que te llena el pecho cuando ves los beneficios de Telefónica, es el orgullo que te da derecho a mirar por encima del hombro aunque no lo hagas. Es el orgullo que te hace sentir libre, independiente y casi perfecto.
Esos humanistas malditos Letras y Ciencias, la eterna guerra en las aulas. Apartheid educativo, lo llama esta alumna que nos cuenta por qué estudia un bachillerato de letras. Merece la pena sopesar sus razones. Todos los años la misma cantinela, que si estudias o trabajas,
pues letras puras, pues oye tú que desgracia. Que si yo más
que tú, que si no estudiáis ná. Las humanidades no tienen buena prensa. Los que valen son los matemáticos, los físicos, los químicos, los ingenieros, los informáticos. Porque los artistas y los escritores siempre han sido unos muertos de hambre y en este mundo hay que ser más que nadie, o parecerlo, así que es poca cosa y no está de moda. Y aun así, me pregunto yo, qué sería del mundo sin las humanidades, que precisamente se llaman así, porque son 'humanas'. Y mientras, el ministerio se vuelve loco con los horarios, repartiendo
horas y promesas, arreglando los parches de la reforma educativa con nuevos
remiendos, sin saber, que en realidad la enseñanza no será
un éxito, nunca, incrementando las horas de clase, o el número
de deberes, o las asignaturas, o el presupuesto. Que lo importante es la
calidad independientemente de la cantidad. Parece que no descansarán
hasta que tengamos que ir a clase los sábados porque las horas no
entran ni con calzador, se mire como se mire, o se da todo, o se recorta,
o vete a saber. En fin, si no somos nada de eso, demostrémoslo, digo yo. Sé que es difícil. A veces cuesta. Y encima está ese apartheid educativo que se monta la gente... para desmerecerse unos a otros, no entiendo por qué, pero por ejemplo, cuando me preguntan para qué sirve lo que yo estudio me cuesta contestar de forma concreta, o breve o convincente. O todas a la vez. Como si tuviera uno que justificar lo que estudia ¿? Y sin embargo, un médico tiene una justificación clara para ello, pero... por ejemplo, un filósofo ¿para qué sirve? ¿para enseñar filosofía? ¿y para qué sirve la filosofía? Y así con todas las asignaturas... No. Para algo sirven. O no estarían ahí. Estudio Lengua para saber qué digo y cómo lo digo.
i si no, terrminare omenajeando al maetro Perre-Rrebete, disiendo ke las umanidades no sirrben pa na porke komo dezia el barrdo inmorrtal, el Chespir: "Oll de güorld is a esteich and men and güimen merely pleyers" ke biene a sijnificarr argo asi komo "El mundo es un grran teatrro i llo me e perrdido unos kuantos aktos" i total ke mas da el lenguaje si nos entendemos igual i la ortogrrafia es tonteria i el kijote se lo leen en japon i aki no? pueh ke les aprrobeche i ademaz los rreyes katolikos eran 3 por ke eztaba el reino de kataluña, ke os abeis ekibokao i no era parrte de la korona de aragon... asi ke la unika berrdad unibersal son los numeros ya lo dezia platon kon la teoria de las ideas eso e sabiduria i el rresto son kuentos chinos... Pos eso, que do y do son sinco señore. Ad kalendas graecas.
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