Nº20. Julio. 2000.
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En Cantabria puede que nos falten muchas cosas,
como en cualquier otra Comunidad Autónoma, pero lo que es azul y
verde tenemos para dar y tomar. Sin embargo, ¡ojo! no nos descuidemos.
El azul de nuestros mares y ríos y el verde de nuestros campos, valles
y montañas pueden dejar de serlo si no nos mostramos vigilantes.
Ejemplos tenemos, y no citaremos a nadie para evitar herir susceptibilidades,
en algunos lugares bien cercanos donde, desgraciadamente, ya dominan los
tonos grises cuando no lo hace el color negro-negro.
En Azul y Verde queremos prevenir, que siempre es mejor que curar. Por ello
estas páginas acogerán todo tipo de noticias, ideas, sugerencias
y denuncias que tengan como norte y guía la defensa de la naturaleza
y el medio ambiente.
Reportajes
Viaje al fondo del mar
Viaje al fondo del mar
Por Aida Tamayo Prieto, alumna de 3º D del IES
Santa Clara.
Silvia bajaba toda corriendo desde la calle Santa Clara -llegaba tarde-
había quedado a las 4:30 con Vanesa y Marina en Correos y cuando
llegó ya la estaban esperando: hoy iban a bucear a la playa de los
Peligros.
Cuando llegaron allí, las estaba aguardando Javier, el tío
de Vanesa, con los trajes y todo lo necesario para poder bucear.
Cuando ya estuvieron cambiadas y listas arrastraron la lancha hasta la orilla
para lanzarse mar adentro, más o menos entre el Puntal y el Museo
Marítimo. Ellas se habían idealizado por el camino esta sumersión,
pensando encontrar maravillas; se habían imaginado el fondo del mar:
limpio, sin residuos, alguna planta como lechugas de mar, laminarias o bellotas
de mar y algún animal o pez como arañas, chaparrudos, sulas,
mules, morgueras o aplisias, nadando a su alrededor, en unas aguas más
o menos cristalinas
Pero si, si menuda fue su sorpresa, cuando bajaron las tres al fondo y no
podían ver nada de lo que se esperaban ya que lo que abundaban eran
bidones de gasolina, residuos, hasta una lavadora, animales muertos y por
supuesto ninguna planta ni bancos de sardinas nadando a su lado.
Cuando volvieron a puerto decidieron ir al Museo Marítimo para quejarse
y para pedir información sobre el tema, y si la Consejería
de Medio Ambiente o el Ayuntamiento pensaban hacer algo al respecto.
Sus sorpresas no habían acabado todavía allí, se enteraron
de que el saneamiento de la Bahía de Santander ya había empezado
unos cuantos meses atrás y que eso era una larga tarea. Las informaron
de que se estaba pensando en formar pequeños grupos de buceadores
que ayudasen en estas tareas de limpieza de los fondos marítimos
de nuestra bahía, para que en el futuro, quizás, pudiesen
volver las sardinas.
A las tres esa idea las gustó mucho y quedaron en la que les avisarían
si ese plan se llevaba por fin a cabo. Mientras tanto su decepción
se iba consolando pensando cuando un día ellas volvieran a poder
bucear rodeadas de peces reales y no de latas de sardinas en tomate o calamares
en su tinta.
Más información sobre el tema del Saneamiento de la Bahía
en la página:
Las actividades del Proyecto
de Saneamiento de la Bahía
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