La fase local de la LI
Olimpiada Matemática Española se celebró
el 16 de enero en la Facultad de Ciencias de la Universidad
de Cantabria. La fase nacional se celebró en
Badajoz el 22 de marzo. El primer clasificado fue
Luis Crespo, un alumno del IES Las Llamas que el año
pasado ganó también la fase regional
del XV Premio Iberoamericano de Ortografía.
Esta vez formará parte del equipo español
que acudirá a la fase internacional de la Olimpiada
Matemática en julio en Tailandia.
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Concurso Iberoamericano
de Ortografía. |
El comienzo de curso siempre es un
torbellino de emociones: para los alumnos, sin duda,
pero también para nosotros los profesores.
Son los mismos nervios, la misma expectación
compartida, parecidos miedos. Si para ellos saber
el listado de profesores que les va a impartir clase
genera alegrías y grandes decepciones, para
nosotros "su" lista, la lista de alumnos
matriculados en nuestra clase, provoca una enorme
curiosidad: "¿Cómo serán?"...
Cuando eché un primer vistazo
a esa lista de alumnos de 2º Bachillerato, enseguida
mis ojos tropezaron con un nombre que me era familiar:
Luis Crespo. Nunca le había dado clase antes,
ni siquiera me sonaba de habernos cruzado en el pasillo,
pero su fama le precedía, ya me habían
comentado antes mis compañeros: "Es un
alumno brillante". "Bien"-pensé-
"pero brillante ¿en qué?"
"Es bueno con los números, se le dan muy
bien las Matemáticas, la Física... es
un alumno de Ciencias, claramente"- me dijeron-.
“Vaya"- murmuré- "pues yo le
voy a dar Lengua y Literatura, y no está entre
sus materias favoritas, quizás conmigo no sea
un alumno de sobresaliente".
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Luis en la
Olimpiada Matemática. |
Comenzaron las clases y, en primera
fila, me encontré a Luis. Durante un tiempo,
tuve la sensación de que no prestaba atención
a lo que yo decía, más bien daba la
impresión de estar absorto en sus pensamientos
y que mi exposición no despertaba su interés.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando, realizando
la corrección de un análisis sintáctico,
me equivoqué en una función y Luis,
raudo y veloz, se agitó en su asiento, levantó
la mano y me corrigió. Me dejó con la
boca abierta, ¡hubiera jurado que no estaba
atento!. Las sonrisas de satisfacción de sus
compañeros me hicieron ver que debía
acostumbrarme a esto: no podía dormirme en
los laureles, Luis, ojo avizor, estaría ahí
asimilando conceptos y enjuiciando afirmaciones. Y
así ha seguido conmigo, marcándome de
cerca siempre: una fecha errónea en un examen
("Has puesto diciembre de 2015, aún no
estamos en ese mes") mi nula habilidad con la
informática ("Ya lo hago yo, que me estás
poniendo nervioso")... en fin.
Luis es listo y rápido como
un lince para los problemas matemáticos y físicos,
incluso las sopas de letras. Asimila con facilidad
nuevos conocimientos y es un buen estudiante. Pero
no le pidas fluidez verbal y desarrollo en un comentario
de texto literario, porque eso no es lo suyo. Así
que en mi asignatura es bueno, pero no el mejor. Y
él lo sabe.
Pero un alumno que no es bueno en
Literatura, puede serlo en Ortografía, ¿o
no? Y Luis se presentó al XV Premio Iberoamericano
de Ortografía en su fase interna, en el instituto...
y ganó. Y se presentó a la fase regional
del mismo concurso... y ganó. Y se presentó
en Madrid a la fase nacional... y no ganó,
pero casi. Quedó bien clasificado y eso es
un orgullo. Y lo mismo que fue convencido de ganar,
aceptó de buen grado perder. Aún me
río al recordar cuando, momentos antes de la
prueba, le noté nervioso y me acerqué
para darle ánimos. "No te preocupes, Luis"-
le dije- "lo vas a hacer muy bien". Me miró
un instante, perplejo, y me contestó: "Ya
sé que lo voy a hacer muy bien". ¿Cómo
se me ocurriría dudarlo? Así es Luis.
Se supone que un docente debe transmitir
su saber a los alumnos, incentivar su curiosidad,
abrir sus mentes al mundo. No sé si logro conseguir
eso, pero lo que tengo muy claro es que yo aprendo
de mis alumnos. Y uno de mis aventajados maestros
en el arte de entender la vida es Luis.
Ganó las Olimpiadas de Matemáticas
en Cantabria, otra vez. Lleva varios años siendo
el número uno en Cantabria. Fue a la fase nacional
y compitió con otros jóvenes sabios.
Y él fue contento, convencido de sí
mismo, disfrutando, porque es muy competitivo. Se
alzó con el primer puesto y formará
parte del equipo español que acudirá
a la Olimpiada Internacional, que se celebrará
en julio en Tailandia.
Pero aunque no hubiera ganado Luis
es un alumno sobresaliente y lo seguirá siendo
en su etapa universitaria, en ese doble grado en Matemáticas
y Física que quiere estudiar. Sólo espero
que la vida sea generosa con él, se lo merece.

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