No volveremos a ver a Celina
Capítulo 1.
- No la encontraremos. Algo me dice que no volveremos a ver a Celina.
- Tranquilízate, Martín -contestó Quini sin mirarme-
sólo hace día y medio que no sabemos nada. A ella le gustan
estas cosas. ¿Qué tal tus padres?
Desde el faro, las aguas oscuras se extendían hasta una línea
roja del horizonte. Las luces de la bahía parpadeaban como señales.
- Mi padre está muy callado. Mi madre va de un lado a otro, hace
llamadas telefónicas y, a veces, se nos queda mirando como si nosotros
supiéramos algo que no queremos decirle.
Nos habíamos parado. Mirábamos el paisaje. En realidad, no
sabíamos dónde ir ahora. Iba a comenzar la segunda noche de
búsqueda. Era cierto que a Celina le gustaba hacerse notar y que
tenía recursos para ello. De lo más variados. Pero siempre
lo hacía de forma que todos se daban cuenta de lo que estaba haciendo.
De repente, pensé que estábamos mirando al mar como si hubiera
una posibilidad de que Celina estuviera dentro. Di media vuelta y observé
el camino que bajaba entre los árboles.
- Esta mañana pasé por la tienda al salir del instituto -dije
sin pensar por qué me había puesto a contar eso-. Un hombre
con una cara de tártaro estaba hablando con mi padre en uno de los
mostradores. Había bastante gente y mucho ruido. Iba a acercarme,
pero mi padre me hizo una señal. Entendí que el tártaro
decía: "siempre hay que pagar". Después me dieron
la mano. Debía ser un antiguo amigo de mi padre o alguien conocido
de los viajes al extranjero.
- ¿Te pareció raro?
- No, qué va. No es por esto. No sé.
Capítulo 2.
- Últimamente hago cosas sin sentido,como Celina. Ella también
hace cosas sin sentido.
- ¿A qué te refieres?
- Creo que está en el mar.
- ¿En el mar?
- Sí -respondí-. No sabía por que, pero tenía
la extraña corazonada de que Celina estaba en el mar; allí,
allí metida esperándonos, como si jugáramos al escondite.
- ¿Me quieres decir cómo es que Celina está en el mar?
- Ella es rara recuerda, sólo quiere hacerse notar. Es extraño,
¿Verdad?. Creo que Celina es una Sirena.
- ¿Qué? ¡¡Creo que estas diciendo cosas sin sentido,
tranquilizate!!
-Vamos al mar, allí la encontraremos.
Quini me siguió, extrañado. Pero me siguió.
Cuando llegamos a la playa todo estaba sereno, bueno todo menos una cosa;
en una roca había una misteriosa silueta...¡como de Sirena!
¡¡Era ella, era Celina!!
Sólo lo vi yo, Quini ni se enteró, y yo no dije nada, estaba
seguro que era el secreto de Celina.
Empezó a anochecer y decidimos emprender el camino a casa. Cuando
llevábamos media hora andando, Celina nos sorprendió en el
camino, nos dijo:
-¡Vaya susto! ¿eh? Apuesto a que lleváis toda la tarde
buscándome. Venga, vamos era broma.
Nos quedamos sin habla, pero seguimos andando.
Cuando llegamos nos despedimos, Celina me guiño un ojo y me dijo
"sí" al oído.
Yo era el único que lo sabía: Celina era una Sirena...
Capítulo 3.
Esa noche no pude dormir.
Buscaba alguna razón lógica, algo que explicara porqué
Celina me lo había ocultado a mí que, aparte de su hermano,
soy su mayor confidente y amigo.
Celina no tenía demasiados amigos, ya que no había muchas
personas que comprendiesen su manera de ser.
Por la mañana me levanté cansado, pero decidido a averiguarlo
todo. Creí que el momento más conveniente sería de
camino al instituto.
Ese día no me senté con Quini, como solía hacer, y
me puse junto a Celina.
No le extrañó mi conducta pues esa era una de las cualidades
de mi hermana, saber lo que va a suceder antes de que suceda.
Sin que yo le preguntara nada, me contestó a lo que estaba pensando.
- Es una larga historia y te lo voy a contar todo. Te pido por favor que
no se lo cuentes a nadie, ni siquiera a papá y a mamá.
- Esta bien - contesté, sin pensar demasiado en las consecuencias
que después pudiera tener el guardar ese secreto.
Celina comenzó así una historia que desvelaba un gran secreto:
- Todo empezó el pasado verano. Yo solía ir algunas tardes
a pasear por la playa, cuando el mar estaba en calma.
Me encantaba meter los pies en el agua y correr por la arena. Había
días en los que simplemente me quedaba observando el mar o cómo
se ocultaba el sol tras el horizonte.
Poco a poco me fui introduciendo más en el agua y ya no sólo
en los días en los que el mar se encontraba en calma. A partir de
esto empezaron a suceder cosas muy extrañas.
Capítulo 4.
Cada día que pasaba yo volvía a aquel lugar, como si me
hubieran hechizado. Al mojarme los pies, notaba como si me tirasen de ellos,
y, como si alguien me llamara. Al principio prácticamente no hice
caso, pero esa atracción se hizo mayor hasta que llegó el
día en el que no podía salir y me pasaba horas dentro. Llegaban
olas muy fuertes y hasta me tumbaban.
-Y si no podías salir ¿cómo es que no te ahogabas?
-Eso no lo sé ni siquiera yo, pero esa fuerza era superior a mí
y, cuando conseguía hundirme me rechazaba y yo huía.
-¿Por qué no lo contaste antes?
-Porque tenía mucho miedo, y aún lo sigo teniendo, pero estoy
más segura de mi misma. Bueno, la cuestión es que una de esas
veces no fui rechazada por el agua si no que me hundió más
y más, hasta el fondo. Al principio me pareció ahogarme pero
después...
Capítulo 5.
- Después noté una sensación extraña, tan
extraña que mis párpados empezaron a cerrarse hasta que caí
inconsciente.
Estaba alucinando con tal increíble y supuesta realidad que me
estaba contando Celina.
Al principio no me parecía real lo que me contaba, pero me fui enganchando.
- Me desperté en una cama que parecía de coral y a mi alrededor
se encontraban una especie de sirenas y de sirenos. Tenían cola de
pez y lo más extraño eran las inmensas alas que les colgaban
de la espalda. Mi cabeza se llenaba de preguntas. ¿Por qué
no me ahogaba estando dentro del agua
?
Capítulo 6.
Quizá era por la magia que tenía Celina en su cuerpo o
porque era un sueño, pero llegué a una conclusión:
de mis preguntas me tenía que olvidar, ya que tendría pocas
ocasiones para disfrutar tanto del mar.
De repente, Celina y su amiga Atlantis me llevaron a una cueva preciosa,
era larguísima o eso me parecía a mi.
- ¡Oh! Estoy nadando yo solo, sin nadie a mi alrededor.- Eso me
hizo pensar por qué yo no podía ser como Celina.
Después de recorrernos la cueva Celina me dijo: - ahora se acerca
una tormenta y nos tenemos que refugiar, pero tu no puedes venir con nosotras,
espero que lo comprendas -
Me llevaron a un pueblo y allí me dejaron.
Me refugié en un barco que estaban arreglando, ahí pase la
noche.
Cuando amaneció me fui al agua. Me esperaba Atlantis, me dijo:
-Tengo poco tiempo, así que seré franca. La tormenta ha destruido
nuestro refugio, tenemos que buscar un lugar apropiado, posiblemente no
volverás a ver a Celina -me quede alelado.
¡Despierta Quini despierta! Todo era un sueño.
Autores
Capítulo 1. Por : Alejándro Gándara
Capítulo 2. Por : Naara Martínez Ruiz. 2º ESO
Capítulo 3. Por : Carmen Alquegui. 1º Bachillerato
Capítulo 4. Por : Lourdes Rodríguez Solís y Lourdes García
Cossío. 2º
Capítulo 5. Sara Anabitarte y Almudena Ceballos 3º ESO
Capítulo 6. Por : Oscar Fernández Munilla 2º ESO
Colaboraron
Capítulo 2:
Vanesa Ortiz Santamaría
2 HC | Andrea Suárez Reguera 2º ESO.| Amelia Gómez Fernández.2ºB
ESO | Sara Trabajos García 4º ESO.
Capítulo 3:
Lorena Flores y Deva Carmona. 2 ESO | Naara Martínez Ruíz.
2º ESO | Andrea Suarez 2º ESO | Alicia Pascual Méndez.
2º ESO | Antonio Ceballos Godínez. 2º ESO | Alicia López
Mantecón. 2º ESO | Angel Crespo Saiz. 2º ESO |
Capítulo 4:
Pablo Martínez Tellería
2ºESO | Deva Carmona Ortiz y Lorena Flores Dehesa 2º ESO | Naara
Martínez Ruíz. 2º ESO | Mª Azucena Fernández.
2º Bachillerato.
Capítulo 5:
Andrea Suárez , 2ºESO | Lorena Flores Dehesa y Deva Carmona
Ortiz, 2º ESO | Yolanda Gómez Laza y Naara Martínez Ruíz. 2º ESO
Capítulo 6:
Naara Martínez Ruiz y Yolanda
Gómez Laza, 2º ESO | Francisco Gómez Sebastián
2º ESO | Aída Valle Gonzalez 2º
ESO
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