Nº12. Mayo. 1999

 

 

No volveremos a ver a Celina



Capítulo 1.

- No la encontraremos. Algo me dice que no volveremos a ver a Celina.
- Tranquilízate, Martín -contestó Quini sin mirarme- sólo hace día y medio que no sabemos nada. A ella le gustan estas cosas. ¿Qué tal tus padres?
Desde el faro, las aguas oscuras se extendían hasta una línea roja del horizonte. Las luces de la bahía parpadeaban como señales.
- Mi padre está muy callado. Mi madre va de un lado a otro, hace llamadas telefónicas y, a veces, se nos queda mirando como si nosotros supiéramos algo que no queremos decirle.
Nos habíamos parado. Mirábamos el paisaje. En realidad, no sabíamos dónde ir ahora. Iba a comenzar la segunda noche de búsqueda. Era cierto que a Celina le gustaba hacerse notar y que tenía recursos para ello. De lo más variados. Pero siempre lo hacía de forma que todos se daban cuenta de lo que estaba haciendo. De repente, pensé que estábamos mirando al mar como si hubiera una posibilidad de que Celina estuviera dentro. Di media vuelta y observé el camino que bajaba entre los árboles.
- Esta mañana pasé por la tienda al salir del instituto -dije sin pensar por qué me había puesto a contar eso-. Un hombre con una cara de tártaro estaba hablando con mi padre en uno de los mostradores. Había bastante gente y mucho ruido. Iba a acercarme, pero mi padre me hizo una señal. Entendí que el tártaro decía: "siempre hay que pagar". Después me dieron la mano. Debía ser un antiguo amigo de mi padre o alguien conocido de los viajes al extranjero.
- ¿Te pareció raro?
- No, qué va. No es por esto. No sé.

Capítulo 2.

- Últimamente hago cosas sin sentido,como Celina. Ella también hace cosas sin sentido.
- ¿A qué te refieres?
- Creo que está en el mar.
- ¿En el mar?
- Sí -respondí-. No sabía por que, pero tenía la extraña corazonada de que Celina estaba en el mar; allí, allí metida esperándonos, como si jugáramos al escondite.
- ¿Me quieres decir cómo es que Celina está en el mar?
- Ella es rara recuerda, sólo quiere hacerse notar. Es extraño, ¿Verdad?. Creo que Celina es una Sirena.
- ¿Qué? ¡¡Creo que estas diciendo cosas sin sentido, tranquilizate!!
-Vamos al mar, allí la encontraremos.
Quini me siguió, extrañado. Pero me siguió.
Cuando llegamos a la playa todo estaba sereno, bueno todo menos una cosa; en una roca había una misteriosa silueta...¡como de Sirena!
¡¡Era ella, era Celina!!
Sólo lo vi yo, Quini ni se enteró, y yo no dije nada, estaba seguro que era el secreto de Celina.
Empezó a anochecer y decidimos emprender el camino a casa. Cuando llevábamos media hora andando, Celina nos sorprendió en el camino, nos dijo:
-¡Vaya susto! ¿eh? Apuesto a que lleváis toda la tarde buscándome. Venga, vamos era broma.
Nos quedamos sin habla, pero seguimos andando.
Cuando llegamos nos despedimos, Celina me guiño un ojo y me dijo "sí" al oído.
Yo era el único que lo sabía: Celina era una Sirena...

Capítulo 3.

Esa noche no pude dormir.
Buscaba alguna razón lógica, algo que explicara porqué Celina me lo había ocultado a mí que, aparte de su hermano, soy su mayor confidente y amigo.

Celina no tenía demasiados amigos, ya que no había muchas personas que comprendiesen su manera de ser.

Por la mañana me levanté cansado, pero decidido a averiguarlo todo. Creí que el momento más conveniente sería de camino al instituto.
Ese día no me senté con Quini, como solía hacer, y me puse junto a Celina.
No le extrañó mi conducta pues esa era una de las cualidades de mi hermana, saber lo que va a suceder antes de que suceda.
Sin que yo le preguntara nada, me contestó a lo que estaba pensando.
- Es una larga historia y te lo voy a contar todo. Te pido por favor que no se lo cuentes a nadie, ni siquiera a papá y a mamá.
- Esta bien - contesté, sin pensar demasiado en las consecuencias que después pudiera tener el guardar ese secreto.

Celina comenzó así una historia que desvelaba un gran secreto:

- Todo empezó el pasado verano. Yo solía ir algunas tardes a pasear por la playa, cuando el mar estaba en calma.
Me encantaba meter los pies en el agua y correr por la arena. Había días en los que simplemente me quedaba observando el mar o cómo se ocultaba el sol tras el horizonte.
Poco a poco me fui introduciendo más en el agua y ya no sólo en los días en los que el mar se encontraba en calma. A partir de esto empezaron a suceder cosas muy extrañas.

Capítulo 4.

Cada día que pasaba yo volvía a aquel lugar, como si me hubieran hechizado. Al mojarme los pies, notaba como si me tirasen de ellos, y, como si alguien me llamara. Al principio prácticamente no hice caso, pero esa atracción se hizo mayor hasta que llegó el día en el que no podía salir y me pasaba horas dentro. Llegaban olas muy fuertes y hasta me tumbaban.
-Y si no podías salir ¿cómo es que no te ahogabas?
-Eso no lo sé ni siquiera yo, pero esa fuerza era superior a mí y, cuando conseguía hundirme me rechazaba y yo huía.
-¿Por qué no lo contaste antes?
-Porque tenía mucho miedo, y aún lo sigo teniendo, pero estoy más segura de mi misma. Bueno, la cuestión es que una de esas veces no fui rechazada por el agua si no que me hundió más y más, hasta el fondo. Al principio me pareció ahogarme pero después...

Capítulo 5.

- Después noté una sensación extraña, tan extraña que mis párpados empezaron a cerrarse hasta que caí inconsciente.

Estaba alucinando con tal increíble y supuesta realidad que me estaba contando Celina.
Al principio no me parecía real lo que me contaba, pero me fui enganchando.

- Me desperté en una cama que parecía de coral y a mi alrededor se encontraban una especie de sirenas y de sirenos. Tenían cola de pez y lo más extraño eran las inmensas alas que les colgaban de la espalda. Mi cabeza se llenaba de preguntas. ¿Por qué no me ahogaba estando dentro del agua…?

Capítulo 6.

Quizá era por la magia que tenía Celina en su cuerpo o porque era un sueño, pero llegué a una conclusión: de mis preguntas me tenía que olvidar, ya que tendría pocas ocasiones para disfrutar tanto del mar.

De repente, Celina y su amiga Atlantis me llevaron a una cueva preciosa, era larguísima o eso me parecía a mi.

- ¡Oh! Estoy nadando yo solo, sin nadie a mi alrededor.- Eso me hizo pensar por qué yo no podía ser como Celina.

Después de recorrernos la cueva Celina me dijo: - ahora se acerca una tormenta y nos tenemos que refugiar, pero tu no puedes venir con nosotras, espero que lo comprendas -

Me llevaron a un pueblo y allí me dejaron.
Me refugié en un barco que estaban arreglando, ahí pase la noche.

Cuando amaneció me fui al agua. Me esperaba Atlantis, me dijo: -Tengo poco tiempo, así que seré franca. La tormenta ha destruido nuestro refugio, tenemos que buscar un lugar apropiado, posiblemente no volverás a ver a Celina -me quede alelado.

¡Despierta Quini despierta! Todo era un sueño.

Autores

Capítulo 1. Por : Alejándro Gándara
Capítulo 2. Por : Naara Martínez Ruiz. 2º ESO
Capítulo 3. Por : Carmen Alquegui. 1º Bachillerato
Capítulo 4. Por : Lourdes Rodríguez Solís y Lourdes García Cossío. 2º
Capítulo 5. Sara Anabitarte y Almudena Ceballos 3º ESO
Capítulo 6. Por : Oscar Fernández Munilla 2º ESO

 

Colaboraron

Capítulo 2:
Vanesa Ortiz Santamaría 2 HC | Andrea Suárez Reguera 2º ESO.| Amelia Gómez Fernández.2ºB ESO | Sara Trabajos García 4º ESO.

Capítulo 3:
Lorena Flores y Deva Carmona. 2 ESO | Naara Martínez Ruíz. 2º ESO | Andrea Suarez 2º ESO | Alicia Pascual Méndez. 2º ESO | Antonio Ceballos Godínez. 2º ESO | Alicia López Mantecón. 2º ESO | Angel Crespo Saiz. 2º ESO |

Capítulo 4:
Pablo Martínez Tellería 2ºESO | Deva Carmona Ortiz y Lorena Flores Dehesa 2º ESO | Naara Martínez Ruíz. 2º ESO | Mª Azucena Fernández. 2º Bachillerato.

Capítulo 5:
Andrea Suárez , 2ºESO | Lorena Flores Dehesa y Deva Carmona Ortiz, 2º ESO | Yolanda Gómez Laza y
Naara Martínez Ruíz. 2º ESO

Capítulo 6:
Naara Martínez Ruiz y Yolanda Gómez Laza, 2º ESO | Francisco Gómez Sebastián 2º ESO | Aída Valle Gonzalez 2º ESO