Nº12. Mayo. 1999

 

En Cantabria puede que nos falten muchas cosas, como en cualquier otra Comunidad Autónoma, pero lo que es azul y verde tenemos para dar y tomar. Sin embargo, ¡ojo! no nos descuidemos. El azul de nuestros mares y ríos y el verde de nuestros campos, valles y montañas pueden dejar de serlo si no nos mostramos vigilantes.
Ejemplos tenemos, y no citaremos a nadie para evitar herir susceptibilidades, en algunos lugares bien cercanos donde, desgraciadamente, ya dominan los tonos grises cuando no lo hace el color negro-negro.
En Azul y Verde queremos prevenir, que siempre es mejor que curar. Por ello estas páginas acogerán todo tipo de noticias, ideas, sugerencias y denuncias que tengan como norte y guía la defensa de la naturaleza y el medio ambiente.

Reportajes

Flora cántabra
Liébana: Hogar de las especies en peligro de Extinción



 

 

 

Flora cántabra
Por Esther Fernández Fernández, alumna del 1º T del IES José del Campo de Ampuero.

El pasado miércoles, 14 de abril, tuvimos una actividad instructiva y entretenida, fabulosa para quienes les gustan los bonsais. En la Casa de la Cultura de Ampuero había una exposición de flora de Cantabria, que visitamos todos los alumnos de Secundaria del José del Campo y también los de Bachillerato que estudiamos Biología.

¿Dónde están los enanitos?

En la exposición, Isabel y Carolina, autoras de la muestra, nos enseñaron una colección de hojas, troncos y frutos de los árboles autóctonos y nos contaron algunas curiosidades de nuestros árboles, así como la relación de algunos con la mitología.

También vimos una muestra de la flora medicinal de nuestros campos y montes y un panel con cuarenta orquídeas distintas, todas de Cantabria.
Además, variadas composiciones florales de llamar la atención, y un panel con frasquitos que contenían esencias de distintas plantas o flores como lavanda, rosas, menta. tomillo y otras.

Por sus frutos los conoceréis

Pero lo que más saltaba a la vista eran los paisajes diminutos que ofrecían los bonsais. ¡Qué trabajo tan enorme! Dieciséis años de media, nos dijo Carolina que tenían aquellos robles, encinas, hayas…
A mí me parecía increíble poder hacer esos paisajes mezclando, en tan poco espacio, varios arbolitos. Por ejemplo, un paisaje formado por una mezcla de olmos cántabros y chinos, era una auténtica maravilla.

Para terminar, participamos en un juego de reconocimiento de nuestros árboles por sus hojas. Si lográbamos diez aciertos, ganábamos un regalo: una flor autóctona seca enmarcada. Lo conseguimos.

La exposición incluía naturaleza
muerta y viva a escala

Esta exposición nos sirvió para reconocer nuestros árboles y apreciar y valorar más la naturaleza de Cantabria, porque la verdad es que no sabemos lo que tenemos.

Y debemos cuidarlo para que las generaciones próximas puedan contemplar toda esta flora en vivo y no sólo en fotos.