Learning
music is not as easy as it seems to be. A professional
musician studies a lot of different subjects in order
to understand a score perfectly. Not only we practise
our instrument, but we also study history, harmony
(the part of music which studies chords and their
relationship), and analysis. The full degree course
lasts for more than fourteen years. During our formation
we work hard to develop our best virtue: creativity.
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Joven músico
tocando un violín. |
Todo el mundo sabe que el conservatorio es un lugar
donde se estudia música, pero la mayoría
ignora el largo y complejo proceso de aprendizaje
que comienza un niño hasta convertirse en un
músico profesional. Esta carrera se prolonga
durante al menos catorce años de estudio, organizados
en tres etapas (grado elemental, grado medio y, por
último, grado superior). Si se comienza a estudiar
desde tercero de Primaria se completaría el
grado medio a la vez que Bachiller, lo que te permite
escoger entre el grado superior o cualquier otra carrera.
La formación de un músico incluye numerosas
asignaturas teóricas y prácticas, no
solo aprendemos a tocar un instrumento, sino que aprendemos
historia de la música, a tocar en orquesta,
a formar parte de un grupo de cámara, a leer,
entender y ser capaz de reproducir partituras sin
haberlas escuchado antes, y armonía, que es
la rama de la música que estudia los acordes
y las relaciones que se establecen entre ellos. El
aprendizaje se complementa con conciertos de los propios
alumnos, en los que mostramos a todo el que quiera
acudir nuestro trabajo, a la vez que aprendemos a
desenvolvernos delante de un público.
Una vez que se completa el grado elemental, tras
cuatro años de estudio, nos enfrentamos a la
conocida 'prueba de paso de grado'. En ella nos examinan
de lenguaje musical y de nuestra habilidad con el
instrumento. Como el número de plazas es limitado,
a veces el número de aspirantes las sobrepasa,
y alguno se queda fuera. Ya en grado medio tenemos
muchas más asignaturas, lo que implica una
mayor dedicación. En el curso en el que estoy,
sexto de grado medio, tengo seis asignaturas, en total
nueve horas y media a la semana, a lo que se suman
dos horas más de análisis, asignatura
a la que asisto como oyente, ya que es conveniente
acudir si tienes pensado hacer el superior.
A diferencia de que en el instituto tenemos algún
mes de vacaciones, los músicos casi nunca descansamos;
a partir de cierto nivel se requieren muchas horas
diarias de estudio, y el hecho de ser un día
lectivo o vacacional, no es motivo para tomarse un
respiro. La música, como todas las artes, exige
un esfuerzo adicional que consiste en desarrollar
la creatividad. En la mayoría de asignaturas
del instituto la creatividad juega un papel secundario,
mientras que en la música es fundamental. No
solo basta con aprender cuestiones puramente teóricas,
sino que debemos llevarlas a la práctica a
nuestro instrumento. Conocer análisis e historia,
por ejemplo, te servirán para realizar una
interpretación más cercana al sentimiento
del autor o para entender por qué suena de
una manera o de otra, (una tonalidad menor crea un
ambiente más dramático, mientras que
una mayor es más desenfadada). Para transmitir
una determinada sensación a través del
sonido se requiere una parte técnica y artística.
El desarrollo de esta segunda capacidad mejora a su
vez la empatía, ya que estás reflexionando
sobre los sentimientos hechos sonido de su compositor.
Representar la obra a un público mejora nuestras
capacidades de autocontrol, tocar en un concierto
de solista delante de muchas personas desconocidas
es muy estresante, pero poco a poco, aprendes a controlar
los nervios, no solo en un concierto, sino en cualquier
momento en el que tengas que realizar una actividad
en público.
Por todas estas razones estoy cansado de que se infravalore
la música. Un músico necesita muchas
horas y dedicación que superan con creces la
dedicación que necesitan otras disciplinas.
Y no solo eso, la música nos brinda la oportunidad
de desarrollar capacidades que no se suelen trabajar
tanto en otras disciplinas, como el autocontrol, expresarse
en público o la creatividad.
He hecho este artículo porque estoy harto
de escuchar preguntas tipo: "Está muy
bien que estudies música, es algo divertido
y agradable, pero, ¿qué más vas
a estudiar?". O también: "Eso lo
haces porque te gusta, no tiene mérito".
Y yo digo: ¿El médico que disfruta su
profesión habría que quitarle todo el
mérito por hacer algo que le guste? ¿No
es suficiente estudiar una carrera de catorce años
que exige muchas horas diarias, y desde pequeños,
además del esfuerzo de compaginarlo con el
instituto?

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