El Día Internacional
del Libro Infantil y Juvenil se celebra cada año
el 2 de abril. Es un día en el que se crean
diversas iniciativas para generar hábitos de
lectura sobre todo en los niños y en los jóvenes.
El día 2 de abril, los niños y niñas
de 1º de Primaria celebramos en clase el Día
Internacional del Libro Infantil y Juvenil. Conocimos
que ese día de hace más de doscientos
años (1805) nació en Odense (Dinamarca)
un gran escritor llamado Hans Christian Andersen,
famoso por haber escrito muchos cuentos infantiles,
entre ellos: 'El patito feo', 'La sirenita', 'El soldadito
de plomo' y 'La princesa del guisante'. Leímos
este último, luego trabajamos sobre él
e hicimos un dibujo.
LA PRINCESA DEL GUISANTE
Había una vez un príncipe que
quería casarse con una princesa, pero con una
verdadera princesa de sangre real. Viajó por
todo el mundo buscando una, pero era muy difícil
encontrarla, mucho más difícil de lo
que había supuesto.
Las princesas abundaban, pero no era sencillo
averiguar si eran de sangre real. Siempre acababa
descubriendo en ellas algo que le demostraba que en
realidad no lo eran, y el príncipe volvió
a su país muy triste por no haber encontrado
una verdadera princesa real.
Una noche, estando en su castillo, se desencadenó
una terrible tormenta: llovía muchísimo,
los relámpagos iluminaban el cielo y los truenos
sonaban muy fuerte. De pronto, se oyó que alguien
llamaba a la puerta:
- ¡Toc, toc!
La familia no entendía quién podía
estar a la intemperie en semejante noche de tormenta
y fueron a abrir la puerta.
- ¿Quién es? - preguntó el padre
del príncipe.
- Soy la princesa del reino de Safi - contestó
una voz débil y cansada. - Me he perdido en
la oscuridad y no sé regresar a donde estaba.
Le abrieron la puerta y se encontraron con una
hermosa joven:
- Pero ¡Dios mío! ¡Qué aspecto
tienes!
La lluvia chorreaba por sus ropas y cabellos.
El agua salía de sus zapatos como si de una
fuente se tratase. Tenía frío y tiritaba.
En el castillo le dieron ropa seca y la invitaron
a cenar. Poco a poco entró en calor al lado
de la chimenea.
La reina quería averiguar si la joven
era una princesa de verdad.
Ya sé lo que haré- pensó -. Colocaré
un guisante debajo de los muchos edredones y colchones
que hay en la cama para ver si lo nota. Si no se da
cuenta no será una verdadera princesa. Así
podremos demostrar su sensibilidad.
Al llegar la noche, la reina colocó un
guisante bajo los colchones y después se fue
a dormir.
A la mañana siguiente, el príncipe
preguntó:
- ¿Qué tal has dormido, joven princesa?
- ¡Oh! Terriblemente mal - contestó -.
No he dormido en toda la noche. No comprendo qué
tenía la cama; Dios sabe lo que sería.
Tengo el cuerpo lleno de cardenales. ¡Ha sido
horrible!
- Entonces, ¡eres una verdadera princesa! Porque
a pesar de los muchos colchones y edredones, has sentido
la molestia del guisante. ¡Sólo una verdadera
princesa podía ser tan sensible!
El príncipe se casó con ella porque
estaba seguro de que era una verdadera princesa. Después
de tanto tiempo, al final encontró lo que quería.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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