El instituto
celebró la Semana Gráfica del Terror
en la que se hicieron diversas actividades, entre
las que destacamos un concurso de relatos 'terroríficos'.
Los relatos no podían tener más de dos
páginas de extensión y había
dos premios por cada ciclo. El premio consistía
en una novela de terror. La entrega de premios se
celebró en la biblioteca, ambientada con luces
y velas. Os presentamos uno de los relatos ganadores.
|
Escena de
la película 'La noche de los muertos
vivientes' |
UN NUEVO COMIENZO
Por Elena Álvarez Canal (3ºC)
Corro por el bosque. Estoy agotado,
pero no puedo detenerme. El impulso es demasiado
fuerte. Sé que cuando llegue ya no estará,
pero quiero asegurarme de que es cierto, de que
el viento ha disuelto su último suspiro.
Soy demasiado tozudo. Es uno de mis fallos. Las
ramas me golpean el cuerpo sin piedad, las espinas
se me clavan como cuchillas, en el pecho y las piernas.
Quiero cerrar los ojos, pero quiero hacerlo.
Por fin llego. Es una mansión gigantesca.
Habíamos prometido no volver a entrar, no
contárselo a nadie, alejarnos de ella. Pero
algo se ha llevado a mi amiga. La primera vez que
entramos había sido la última. Era
invierno y nevaba. Fuimos a refugiarnos y nos trataron
bien, con gentileza y dulzura. Pero yo entré
en el cuarto prohibido y se quitaron la máscara
de cortesía para dejar al descubierto su
verdadero yo. Entendimos de golpe la causa de que
aquí no viva nadie que no sea del “club”
de la mansión, si se puede llamar así.
Pero esta vez no hay nadie, el polvo adorna los
muebles mostrando su abandono. Oigo un ruido, pero
son las ratas. El corazón se me acelera.
Tengo miedo. Jack sale del salón.
-¿Quién eres?- Me pregunta. Su voz
es áspera y desagradable. No me da buenas
vibraciones.
- Yo, esto... -mi voz suena débil- ¿Está
María?- Consigo decir.
-¡No! ¡Y ahora vete! -da un portazo-.
Dudo, pero me acerco a la puerta. Algo pasa dentro.
Están hablando. Pongo atención.
- Es el momento- dice uno
-¿Tienes a la chica?- Ese es Jack
Alguien viene hacia
mí. Miro buscando un sitio en el que esconderme,
pero no hay ninguno, así que corro para acurrucarme
detrás del sofá. Sube las escaleras.
Al volver trae algo consigo. No me atrevo a asomarme.
Vuelve al salón y deja la puerta entreabierta.
Me asomo por ella y los veo. Jack es el único
con aspecto normal, los otros parecen muertos. Y en
el centro está María. Quiero gritar.
Tengo ganas de chillar. Pero no puedo. No quiero que
me encuentren. Quiero irme. Estoy paralizado. ¡Socorro!
¿Alguien me oye? Me equivocaba. María
está, pero no por mucho tiempo. Sale un hombre
de las cajas. Tiene el cuello cortado en línea
recta. La cabeza la tienen colgando, y en el mano
derecha lleva un cuchillo, un cuchillo, un cuchillo
¡un cuchillo! No consigo alejar mis ojos de
él. Se acerca a María. Estoy confundido.
Se lo clava en el estómago y, con un rápido
gesto, le levanta la cabeza. Ella no grita. ¿Por
qué no grita? Abro los ojos. Ya está
muerta desde el principio. La miro, está de
pie. Se sostiene sola. Tiene una marca en la frente.
Todos la tienen. Ella no es la única... ¿zombi?
-Bienvenida al mundo- dice el hombre del corte.
Todos salen de las cajas. Me fijo en cómo es
el salón. Tiene columnas por todas partes.
Un recuerdo viene a mi mente. Intento alejarlo, pero
se cuela entre mis pensamientos. Un hombre con un
cuchillo, una niña de pelo negro, el tío
Fran...Es el cuarto prohibido. Todos son “eso”.
Ya entiendo.
Aquí no vive nadie. Están muertos. No
quiero aceptarlo. Salgo corriendo. Cierro los ojos.
No sé por dónde voy.
Tiempo después, mientras huía corriendo,
me caí por una cuesta y perdí la conciencia.
Recuerdo un cuarto oscuro. Ahora soy uno de los suyos.
Me quitaron el dolor que, en ese cuarto, se convirtió
en mi muerte.

SUBIR
|
|