Corría
el año 2002 cuando un buque con una capacidad
de carga de 81.589 toneladas se encontró con
una tormenta cuando transitaba cargado con 77.000
toneladas de fuelóleo, casi al límite
de su capacidad, frente a la llamada 'Costa de la
Muerte'. En el noroeste de España, tras varios
días de maniobras, se intentó alejar
al barco de la costa y así afectar de la más
mínima manera a los habitantes de la costa
y cercanías. Finalmente acabó hundido
a unos 250 km de la misma. Pese a estar a tanta distancia
de la costa, afectó a 2.000 kilómetros
de costa española y francesa.
El vertido de la carga causó una de las catástrofes
medioambientales más grandes de la historia
de la navegación, debido a la cantidad de contaminación
producida y a la gran extensión del área
afectada, desde el norte de Portugal hasta las Landas
de Francia.
El coste de la limpieza del fuelóleo en la
costa y el sellado del buque ha sido considerado el
tercer accidente más caro de la historia, con
un precio aproximado de 12.000 millones de dólares
según algunas fuentes.
La tripulación constaba de 27 personas, 7
oficiales y 20 tripulantes filipinos y rumanos. El
capitán, Apostolos Mangouras, era un marinero
griego con bastante experiencia, 44 años navegando
de los que 30 pasó como capitán.
El barco salió de los Emiratos Árabes
Unidos el 23 de mayo, con intención de acabar
en Gibraltar y allí esperar recibir su destino
definitivo.
A consecuencia de este desastre, hubo muchas especulaciones
sobre la causa del accidente, revolucionando a la
población y con respuestas de diversos personajes
conocidos, desde políticos hasta actores. Ana
Botella dijo en 2002 "el único culpable
del desastre es el barco". Esta afirmación
provocó revuelos en toda la población
española y en especial a la gallega, la zona
más afectada por el desastre.
A fecha 13 de noviembre de 2013, 11 años después
de la tragedia, el tribunal absuelve a dos de los
acusados de la tragedia del Prestige, condenando al
capitán del barco, Apostolos Mangouras, a nueve
meses de prisión por un delito de desobediencia
grave. El fallo asegura que nadie sabe exactamente
la causa del hundimiento del buque, por lo que José
Luis López Sors y Nikolaos Argyropoulos, capitán
general de la marina mercante y jefe de máquinas
respectivamente, quedan absueltos de cualquier delito
contra el medio ambiente.
A raíz de la sentencia se produjeron manifestaciones
contra el fallo del tribunal con el lema 'Nunca mais'.
Las protestas también fueron agitadas por las
declaraciones y órdenes ridículas de
Álvarez Cascos y Rajoy.
Álvarez Cascos ordenó en el año
2002, cuando ya se sabía que el petrolero se
iba a hundir, alejar el barco lo más posible
de la costa; según dijo él, mandarle
al quinto pino. Por otra parte, Mariano Rajoy, en
aquel momento vicepresidente del Gobierno, dijo: "Todo
apunta a que el combustible que contiene el petrolero
Prestige hundido se va a solidificar en el fondo del
mar y no va a haber ningún vertido más".
Evidentemente falló al predecir eso, ya que
después el petróleo afectaría
a toda la zona de la costa.
Aparte de las consecuencias económicas que
tuvo la tragedia, el petrolero también podría
generar bronquitis química, dermatitis y quemaduras,
según expertos en toxicología.
¿Es posible que el tercer desastre más
costoso de la historia no tenga culpables claros?
La opinión del pueblo es clara, el tribunal
no dice lo mismo; ¿quién tiene razón
sobre la causa del accidente del Prestige?
Imagen: laverdad.es

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