El día 20 de marzo,
los cursos de 4º de ESO y 2º de Bachillerato
del IES Santa Cruz iniciamos una salida didáctica
durante cinco días a Roma (Italia).
La salida de este viaje tan esperado
por todos se dio a las 6:15 am desde el Ayuntamiento
de Castañeda. En tan solo una hora y media
llegamos al aeropuerto de Bilbao, donde muchos de
nosotros estábamos asustados debido a que no
habíamos montado previamente en avión.
Los nervios se prolongaron durante más de una
hora, ya que el avión venía con retraso
debido a la niebla. Después de un trayecto
algo agotador, llegamos al aeropuerto de Fiumicino
sobre las 15:15. Como era tan tarde, cogimos un autobús
y fuimos al hotel a dejar las maletas. Una vez hecho
esto, nos dirigimos a la Piazza Navona y acto seguido
visitamos la Fontana de Trevi y la plaza de España.
Para terminar el día compramos la cena en un
supermercado de la zona y regresamos al hotel a las
23:00 horas.
El día 21 de marzo, miércoles,
después de haber descansado durante la noche
nos dirigimos a las 8:30 hacia la audiencia general
del Santo Padre en la Plaza de San Pedro. Allí
pudimos visitar los numerosos museos vaticanos como
son el Museo Gregoriano Egipcio (que fue el que más
llamo mi atención por las inscripciones jeroglíficas)
y el Museo Gregoriano Etrusco entre otros. Por último,
para terminar la mañana entramos en la Basílica
de San Pedro. Ésta es la principal iglesia
pontificia y en ella se realizan la mayoría
de celebraciones papales, debido a su tamaño,
a su cercanía con la residencia del papa, así
como por su ubicación dentro de la ciudad del
Vaticano. Dentro de ella pudimos observar debajo del
altar mayor, la tumba de San Pedro, así como
otras tantas de distintos papas que han ido falleciendo
a lo largo de la historia. Esta iglesia es considerada
como uno de los lugares más sagrados del catolicismo,
describiéndose como "la ocupante de una
posición única en el mundo cristiano",
y como "la más grande de todas las iglesias
de la cristiandad".
Después de comer, fuimos a
visitar las catatumbas. Estas son unas galerías
subterráneas que algunas civilizaciones mediterráneas
antiguas construyeron y utilizaron como lugar de enterramiento.
Ésta me pareció una de las visitas más
interesantes a lo largo del día.
Por la tarde, sobre las 18:00 nos
dirigimos dando un paseo hacia el Castell Sant`Angelo,
el cual es un monumento romano situado en la orilla
derecha del río Tíber, a poca distancia
de la ciudad del Vaticano. Seguidamente entramos en
la iglesia del Gesú, a la cual no la falta
detalle ninguno. Su fachada es de estilo barroco y
el rasgo más llamativo de la decoración
interior es el fresco del techo: el grandioso Triunfo
del Nombre de Jesús.
Por último, nos dirigimos
al Panteón de Agripa que es un templo circular
construido en Roma a comienzos del Imperio Romano,
dedicado a todos los dioses.
El jueves, día 22 de marzo,
iniciamos el día cogiendo el metro para desplazarnos
hacia el Coliseo Romano. Debido a los retrasos que
sucedieron a lo largo de la mañana, tanto Obregón
como Lucrecia nos dejaron ir a buscar un sitio para
comer hasta las 16:00 que nos reuniríamos de
nuevo en el Coliseo y, ¡cómo no!, un
día más fuimos a comer pizza a un restaurante
que se encontraba en frente del Coliseo. El Coliseo
es un anfiteatro de la época del Imperio Romano,
construido en el siglo I en el centro de la ciudad
de Roma. Originalmente era denominado Anfiteatro Flavio
en honor a la Dinastía Flavia de emperadores
que lo construyó, y pasó a ser llamado
Colosseum por una gran estatua ubicada junto a él,
el Coloso de Nerón.
Cuando llegaron las 16:00, nos dirigimos
hacia los foros. Era la zona central en torno a la
que se desarrolló la antigua ciudad y en la
que tenían lugar el comercio, los negocios,
la religión y la administración de justicia.
Además en él se situaba el hogar comunal.
Para terminar, visitamos la basílica
de Santa María. Es una iglesia de Roma, la
más importante del barrio Trastevere y fue
fundada en el siglo III por el papa Calixto I.
El viernes, 23 de marzo, nos levantamos
a las 7:00 como era lo habitual y nos preparamos para
un largo viaje de tres horas hacia Florencia en tren.
Una vez allí nos dirigimos a comer para después
a las 16:00 dirigirnos a la catedral de Santa María
de Fiore. Esta es una de las obras maestras del arte
gótico y del primer Renacimiento italiano.
Símbolo de la riqueza y del poder de la capital
toscana durante los siglos XIII y siglo XIV, la catedral
florentina es uno de los edificios más grandes
de la cristiandad.
Más tarde nos dirigimos a
la iglesia de San Lorenzo. Aunque no pudimos contemplarla
por dentro, nos explicaron que la construcción
de la iglesia había sido decidida por ocho
familias florentinas con la idea de que la iglesia
contuviera una capilla para cada una de ellas.
Para terminar el día, nos
dejaron ir solos por la ciudad para conocerla por
nuestra mano hasta las 21:00 horas, que cogimos el
tren de regreso a Roma. Una vez allí, tuvimos
que coger por grupos un taxi que nos llevase hacia
el hotel, debido a que a la 1:00 a.m no había
ni metro ni autobuses.
El sábado, 24 de marzo, nos
levantamos a las 8:00, ya que daban el desayuno a
las 9:00. Todo el grupo estaba muy cansado, incluso
hubo gente que no bajó a desayunar. Después,
con pocas ganas de marcharnos de Roma, echamos el
último vistazo a la maleta para que no se nos
olvidase nada y cogimos el autobús a las 12:00
que nos llevaría hacia el aeropuerto de Fiumicino.
A las 17:00 aproximadamente, llegamos al aeropuerto
de Bilbao, donde cogimos el autobús de regreso
a Castañeda. Y por último, llegamos
al destino sobre las 19:00; el viaje había
finalizado.
Personalmente considero que ha sido
una de las mejores salidas didácticas que he
realizado, tanto por el buen acompañamiento,
como por todo lo que he aprendido y he visitado.
Por un lado ha sido mi primera experiencia
viajando en avión, a la cual temía pero
que a la vez ha sido agradable.
Lo que más me ha gustado fueron
las catatumbas, porque rompieron la monotonía
de ver tantas iglesias y catedrales. Aunque la visita
fue muy breve, de unos 35 minutos, todo lo que nos
enseñaron fue muy interesante.
Por otro lado, lo que menos me gustó
fue el agotador viaje a Florencia que duró
tres horas que se hicieron eternas. Considero que
ese día lo deberíamos haber empleado
en visitar otro sitio de Roma, ya que el viaje a Florencia
de ida y vuelta supuso ir seis horas en tren, por
lo que pasamos la mayor parte del día viajando.
Quizás la visita a las ruinas de Pompeya hubiera
sido más interesante, a pesar de que la duración
del viaje era la misma.
En resumen, este viaje a Roma ha
sido fantástico y sin duda le volvería
a repetir. Por ello, recomiendo a todo el mundo realizar
un viaje a Italia ya que es una ciudad perfecta para
realizar turismo o para pasar unos días en
buena compañía.

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