Entrevistamos
al mejor fotógrafo de San Vicente de la Barquera:
José García Pérez. Lo hemos visto
sacando fotos en todas las actividades que ha organizado
nuestro centro, hemos visitado su página web
y nos parece que es un fotógrafo excelente.
Nombre:
José García Pérez
Lugar y fecha de nacimiento:
Candeleda (Ávila), 21 de octubre de 1965.
Residente en San Vicente de la Barquera desde
hace 20 años.
Estado civil:
Casado, sin hijos. |

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Pregunta.-
¿Desde cuándo te dedicas a la fotografía
y por qué has elegido esta profesión?
Respuesta.- Os voy a contar mi historia.
El estudio San Vicente lo componemos tres personas.
Empezamos en la actividad de fotografía en
San Vicente al final del año 94. Yo anteriormente
había estado trabajando en Radiotelevisión
Española, concretamente en Radio Nacional.
Luego, tras una serie de circunstancias, decidimos
aventurarnos en el tema de la fotografía, porque
vi la posibilidad de poner en práctica los
conocimientos que tenía sobre la fotografía.
Así empezó todo.
P.- ¿Dónde
te has formado?
R.- Aparte de estudiar Bachillerato,
estudié en el Instituto de Radio Televisión
Española en Madrid, Imagen y sonido, y a partir
de ahí, nuestra profesión exige ser
un poco autodidacta. Hay que ir reciclándose
con talleres, sobre todo en el tema tecnológico,
que va a una velocidad muy grande, y no hay un lugar
en el que te puedas formar de una manera específica
sino que tú tienes que ir estudiando poco a
poco.
P.- ¿Nos
cuentas las circunstancias por las que llegaste aquí?
R.- Yo vine a trabajar en julio del
89 a Telecantabria, a hacer una sustitución
de dos meses. En diciembre del 90, después
de haber realizado unas oposiciones me incorporé
dos años a la plantilla de Televisión
Española. Trabajando aquí, hubo un problema
y nos dieron de baja; hubo un convenio con los sindicatos
y nos fuimos al paro durante un año, después
de ese año nos reincorporamos, pero a mí
me tocó ir a Huesca. Allí en Huesca,
trabajé en una emisora de nueva creación.
En aquella época, no sé si os acordaréis
porque sois muy jóvenes, se inventó
la radiofórmula (Radio 5 Todo noticias, por
ejemplo). Hasta entonces solo existía un programa
que se dedicaba a un contenido (40 principales, que
era todo música). Después de eso, siguieron
los problemas con Televisión Española,
y fue cuando decidimos armarnos de valor y dedicarnos
a la fotografía.
Dedicarse a la fotografía no es solo coger
una cámara y hacer fotos, lleva consigo un
montón de preparación, hacer muchos
cursos; hicimos muchos en la UC, te hablo del año
94. La fotografía digital como la vemos ahora
era entonces ciencia ficción; los ordenadores
no tenían capacidad ni para diseño ni
para fotografía. Recuerdo que tuve yo un ordenador
que funcionaba con una cinta de casete al uso, y había
que esperar los 35 o 40 minutos que tardaba en copiar
la cinta. Luego tuve ya un IBM que me parecía
asombroso todo lo que hacía; en este caso me
costó bastante porque yo soy muy inquieto y
quiero saber por qué ocurren las cosas. Además,
me gusta ser creativo. Si sabes el origen, cómo
funcionan las cosas y cómo se realizan, puedes
ser más creativo. Entonces estuve dos años
estudiando MS2, el sistema base de programación
de informática. Tenía 20 megas de memoria
RAM (hablo de memoria); imagínate cómo
se podía usar eso en fotografía. No
existían los CDs, disquetes de 1,5. Luego empezó
Windows. Ahora hace gracia recordarlo. Ése
fue el principio de todo. En aquella época
cuando empecé en fotografía hice un
curso de 200 horas y otro de 300 en la UC, revelado
en blanco y negro y también otro de revelado
de diapositivas. Fue muy divertido hacerlo. A partir
de ahí, empecé a trabajar como fotógrafo,
teniendo muy claro que si la técnica no la
dominas, puedes ser muy poco creativo. No vas a poder
hacer una foto creativa si estás pendiente
del equipo que estás utilizando. No va a ser
lo mismo hacer fotografías que captar imágenes,
que transmitir un sentimiento de algo que quieres
hacer. Cuando vemos una situación, un paisaje,
una cara, cada uno verá algo diferente. A mí
me importa la composición. Es lo que le da
sentido. No hay una norma exacta, bueno hay unas reglas
básicas: la regla de los dos tercios, la fotografía
horizontal, la vertical, los puntos de interés...
pero lo más importante para mí es el
alma que tiene la foto.
P.- No crees que
haya personas feas
R.- No, no. He hecho fotos a personas
guapas y otras poco agraciadas que te comunican algo
con el gesto. Todas las fotos tienen que tener una
especie de mensaje, que tengan alma, corazón.
Una buena fotografía tiene que tener una parte
técnica de calidad, una buena iluminación,
una buena composición y un mensaje.
A mí no me gusta demasiado el paisaje, porque
es él el que se muestra a ti. Por el mismo
sitio puedes pasar mil veces y cada vez es distinto:
las nubes, la luz del atardecer o el amanecer...
P.- ¿Qué
personaje o paisaje te gustaría retratar?
R.- Lo que más me gusta son
las primeras luces del día y las últimas.
Si tuviera que elegir momentos del año, el
principio de la primavera y hacia la mitad del otoño.
En el otoño la naturaleza se empieza a desnudar,
se empiezan a caer las hojas, los árboles son
amarillos, rojizos, ocres. Cuando se desnuda es cuando
se ve su interior, el color es más oscuro y
está tamizado por el suelo y por las hojas
que les quedan por un cierto color. Como alguien que
se pone muy guapo y de pronto se empieza a despojar
de sus atuendos. Y en primavera es cuando se empiezan
a vestir otra vez, aparecen los verdes tímidos,
los blancos de las flores. El verano es más
exuberante, pero puede que los árboles no te
dejen ver el bosque, porque están demasiado
vestidos.
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Los reporteros Nacho y Cristina flanquean
al fotógrafo José García.
A la derecha de la imagen, la profesora de
Lengua y Literatura Carmen Alonso.
Foto: Luis Miguel García.
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P.- ¿Qué
personaje vivo o muerto te gustaría retratar?
Y por otro lado, ¿a qué fotógrafo
admiras?
R.- Me gusta Jaume de Laiguana; Enrique
Oliver hace una fotografía social espectacular,
que ubica un acto social en un contexto. A mí
me importa menos el contexto. Maru Serra, una fotógrafa
interesante, también me gusta.
En lo que más me baso es en la pintura. Mi
pintor fetiche es Rembrandt. Creo que con una simple
lucecita ilumina una escena de una manera maravillosa.
La fotografía de prensa está bastante
denostada, pero también se pueden hacer cosas
interesantes.
De lo que yo bebo es de esa parte de luz. También
me gusta Goya.
P.- ¿Qué
proyectos tienes ahora?
R.- Me gusta mucho la macrofotografía.
Tengo un pequeño proyecto ahora: fotografía
de decoración. Veo muchos sitios en grandes
superficies y en una casa algo común, que si
te fijas puede ser grande.
Ahora abunda mucho lo abstracto, que la gente no entiende
y no se atreve a preguntar. A mí me gusta que
la gente reconozca lo que fotografío. Voy a
lanzar mediante internet mi trabajo, para ponerlo
a la venta.
P.- ¿Te gusta
Antonio López? ¿Qué estás
leyendo ahora?
R.- Sí, claro que me gusta
Antonio López.
Estoy leyendo un libro que me regaló Agustín
Laguna de historia de la fotografía, y empieza
desde daguerrotipo hasta la época digital.
Hay fotografías espectaculares, muy interesantes.
Técnicamente era una invención. Los
errores cometidos, por ejemplo el proceso cruzado,
han servido para enriquecer la fotografía.
P.- ¿Tú
sabes pintar?
R.- Algo, la base de la fotografía
es la pintura.
P.- ¿Tienes
fotos que te gustan que no has podido exponer?
R.- A mí me gustaría
exponer mucho, pero hoy día son necesarios
los soportes, que son muy caros. Lo más barato
es el papel. Para mí lo que debería
tener el precio justo es la obra. Como están
todas las cosas ahora, hacer una exposición
mediana con un tamaño de 1x80cm aproximadamente,
una exposición de 50 fotografías no
baja de unos 7.000 euros.
P.- ¿Cuántos
reportajes sueles hacer al mes?
R.- Los reportajes dependen de la
demanda. Hay distintos tipos, la parte periodística;
los sociales, que han bajado un poco, y luego el tema
bodas, comuniones, que es lo que te da de comer. A
mí me gustaría salir con la cámara
y dedicarme a hacer fotografías, el bodegón
me gusta mucho. Pero no se puede vivir de eso. Tienes
que tener muchos contactos para colocar tu obra, y
es muy lento, esto se fragua poco a poco. Con apoyos
institucionales se puede llegar más al público.
P.- ¿Lo que
haces para el Ayuntamiento te lo pagan?
R.- Hay cosas que te encarga el Ayuntamiento
y las paga, pero hay otras que cedes una imagen en
aras de que la imagen de San Vicente sea mejor.
P.- Te hemos visto
con Agustín Laguna, el periodista del Ayuntamiento,
haciendo fotos en actos de la comarca. ¿Cómo
es esa relación laboral?
R.- Hay cosas que transcienden la
parte económica. Yo puedo recibir una cierta
publicidad al publicar en el periódico, igual
no es lo más ortodoxo, pero en este caso influye
la amistad que tengo con Agustín.
P.- Cuéntanos
alguna anécdota sobre algún reportaje
que hayas hecho.
R.- Tengo muchas. A nivel técnico
te puede ocurrir que vayas con dos o tres cámaras
y no te funcionen, o dejen de funcionar en cualquier
momento; te gustaría que el cielo se abriera
y que te diera tiempo a volar en el tiempo, que todo
el mundo estuviera congelado y tú poder andar
por ahí y comenzar con el clic.
A veces falla la tarjeta, la batería del ordenador
está descargada, no hay enchufe o no funciona;
puedes ir a hacer algún bodegón o una
fotografía de una casa rural, haber quedado
en que iba a estar todo vacío y resulta que
hay gente. En una boda al cura se le olvidó
casar a los novios. Para estas ceremonias llevamos
un guion y lo más importante es ser discreto
y no interferir en la ceremonia. Yo utilizo pocas
luces externas a las que llevo en mi cámara.
Puedes estar haciendo fotos continuamente sin que
se den cuenta. Hay un momento íntimo en las
bodas, que es cuando se relajan y se miran tímidamente,
captar esos momentos es importante. Ahí captas
el alma.
P.- ¿Qué
cosa más rara te ha pedido algún cliente?
R.- Con la fotografía digital
todo el mundo cree que todo se puede cambiar. Nadie
se ha quejado cuando retocando la hemos adelgazado
un poquito, pero hay mucha gente que te dice directamente,
"retócame". Hay gente que quiere
que lo retoques todo, "como en las revistas",
dicen, pero en las revistas está pactado lo
que hay que retocar.
Para retocar hay una técnica. Antes poníamos
un filtro, una media de mujer para difuminar. Otras
veces lo difuminábamos con vaselina. Conseguir
la suavidad del rostro se hacía con luz. Ahora
se realiza con programas de edición, y a partir
de ahí se retoca, pero siempre se ha retocado
todo.
Yo para paisajes utilizo dos filtros, uno neutro que
me puede bajar 10 diafragmas; si quiero saturar el
color de un paisaje lo hago con polarizador.
P.- Cuéntanos
cómo es el proceso desde que haces la fotografía
hasta que la publicas o la expones.
R.- Hay que diferenciar cómo
disparamos en analógico o digital. Aunque técnicamente
es exactamente igual yo disparo de dos maneras; hago
dos capturas, una en raw y otra en jpg. El raw es
manipulable, le puedes variar la intensidad, el brillo,
el color..., pero el raw que sea malo lo va a ser
malo de solemnidad. Luego hacemos el proceso de revelado
y lo convertimos en tif o en jpg. Y a partir de ahí
depende de la demanda, de si es para un periódico
o para internet, varía el tamaño.
P.- ¿De no
haber sido fotógrafo que te hubiera gustado
ser?
R.- Me gusta ser fotógrafo,
pero de no haberlo sido me hubiera gustado ser cocinero.
Se puede jugar con los colores, con los volúmenes.
Un cocinero que se tome cierto tiempo en hacer un
plato está haciendo un bodegón maravilloso.
También me hubiera gustado ser navegante.
P.- ¿Cuál
es tu plato favorito, el que mejor haces?
R.- Tengo buena mano para los arroces.
P.- ¿Por
qué navegante?
R.- Estuve en la marina de guerra,
navegué durante varios años, y de ahí
ya empecé en TVE, y preparé las oposiciones.
Lo más interesante que he estudiado fue en
la marina. Estudié electricidad y electrónica.
Fue de lo más interesante, porque allí
estaban a la vanguardia y había cosas que no
estaban en el mundo civil.
P.- ¿Cómo
compatibilizas el trabajo con la vida familiar?
R.- Es difícil. Mi mujer y
yo vivimos y trabajamos juntos. En diez años
juntos llevamos más tiempo que algunos matrimonios
de treinta. Hay fricciones, pero intentamos una vez
que salimos del estudio olvidarnos el trabajo.
P.- ¿Nos
haces una foto a todos en la que salgamos guapísimos?
R.- Nos la hace a todos mi hermano.
P.- Muchas gracias
por dedicarnos tu tiempo.

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