En mi clase hemos
hecho un reportaje de los bomberos voluntarios de
Santander, creado en 1894. Hemos investigado acerca
de su historia y hemos realizado una entrevista a
un bombero.
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Real cuerpo
de bomberos voluntarios de Santander.
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La
entrevista
- ¿Es duro llegar a ser bombero?
- Hay que hacer unas pruebas y trabajar muy duro para
llegar a serlo.
- ¿Te gusta tu trabajo?
- Sí, porque ayudamos a la gente y paso mucho
tiempo con mis compañeros.
- ¿Alguna vez te has
quemado?
- No, por suerte no. Llevamos el material adecuado.
- ¿Últimamente
hay trabajo?
- No demasiado, la gente con los detectores de incendios
y las nuevas tecnologías deja de necesitar
a los bomberos tanto como antes.
- ¿Vivís en el
parque de bomberos?
- Algunos, cuando estamos de guardia.
- ¿Podéis saltaros
los semáforos?
- Solo si es una emergencia.
- ¿Vuestras escaleras
llegan tan alto como sale en la tele?
- Bueno, en Santander los edificios no son muy altos;
pero sí que las escaleras son bastante altas.
La conclusión
Los bomberos voluntarios tienen que hacer unas pruebas
para entrar en el cuerpo de bomberos. Les gusta su
trabajo porque ayudan a la gente y pasan mucho tiempo
con sus compañeros. Llevan el material adecuado
para no quemarse. Se les necesita menos porque hay
detectores de incendios y objetos para prevenir el
fuego.
A veces viven en el parque
de bomberos cuando están de guardia. Pueden
saltarse los semáforos si es una emergencia.
Las escaleras son bastante altas.
Historia de los bomberos
voluntarios
El Real Cuerpo de bomberos
voluntarios de Santander es el primer y único
cuerpo que existe en España. Se creó
en el año 1894. Su primer director fue Antonio
Fernández. Se formó en honor a los ciudadanos
voluntarios procedentes de Iguña, Torrelavega
y Renedo que llegaron a Santander para ayudar en las
labores de extinción después de la catástrofe
del Machichaco.
En 1905 se acabaron las obras
del Parque de Bomberos Voluntarios en la plaza de
Numancia. Es obra del arquitecto Lavín Casalís.
Han pasado por este parque más de 1000 bomberos
y han participado en las labores de auxilio de la
mayoría de incendios de la ciudad. Los bomberos
voluntarios, como su nombre dice, trabajan por ayudar
ayudar a las personas sin cobrar nada.
Bombero 148
Se llamaba Julián Sánchez
García y tenía 38 años. Era el
bombero 148 que se trasladó con urgencia desde
Madrid hasta Cantabria para enfrentarse al peor escenario,
un infierno: el incendio que asoló Santander
en 1941. Y Julian fue la única víctima
mortal del siniestro.
Llegó a la capital cántabra
con un grupo de compañeros procedentes del
parque de bomberos de Madrid, del que era arquitecto-director
Santiago Soler y Garay. Una vez más, Julian
se mostraba dispuesto a ayudar al prójimo,
pero el destino decidió que acabara su vida
entre escombros humeantes. Al conocerse la noticia,
una infinita pena se apoderó del pueblo santanderino.
Julián ingresó en el cuerpo el día
9 de abril de 1928 y murió en 1941.

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