|  En 
                            el invernadero del instituto, algunos alumnos de 4º 
                            de ESO damos clases de 'Botánica aplicada' 
                            los viernes, la cual consiste en ampliar nuestros 
                            conocimientos sobre el trabajo en el huerto y el jardín.  Desde un primer momento se nos indicó que íbamos 
                            a realizar un cultivo biológico, con utilización 
                            de abonos orgánicos (compost) y libre de pesticidas. 
                            Así mismo, para no agotar el suelo, realizaremos 
                            rotación de cultivos, intercalando leguminosas 
                            (guisantes, habas) que fertilizan el suelo ya que 
                            aportan nitrógeno (en sus raíces hay 
                            nódulos con bacterias que fijan el N2 atmosférico 
                            y lo transforman en nitratos).
 Hemos diseñado 
                            un huerto dividido en un conjunto de bancales elevados, 
                            para poder ir rotando los cultivos. En cada bancal 
                            se está realizando un cultivo simultáneo 
                            (asociación de cultivos) de dos o más 
                            especies, imitando la diversidad natural. Durante nuestras 
                            primeras semanas en septiembre nos dividimos por grupos 
                            y nuestro profesor Antonio Luis nos asignaba cada 
                            día las tareas correspondientes. Lo primero 
                            de todo fue crear el primer bancal en el cual plantamos 
                            escarolas en los laterales y lechugas en el centro. 
                            A principios de octubre ya teníamos preparado 
                            el segundo bancal que lo dividimos también 
                            en tres filas para sembrar lechugas en la fila del 
                            medio asociadas con brócoli y coliflor, cada 
                            uno de estos sembrado en un lateral. A 
                            mediados de octubre hicimos el tercer bancal donde 
                            plantamos puerros y cebollas en los laterales y zanahorias 
                            en la fila central. A finales del mes en el cuarto 
                            bancal sembramos guisantes. En cada clase 
                            regábamos las plantaciones con la ayuda de 
                            Mª Dolores, que iba en algunas otras horas a 
                            regarlas, y hacíamos nuevos semilleros. En cuanto al 
                            trabajo en el jardín, afuera, hemos plantado 
                            algunas flores y arbustos y, con la ayuda del material 
                            necesario como azadas, remodelamos el camino de entrada 
                            al invernadero, quitando las malas hierbas y echando 
                            grava por encima de la tierra. También tensamos 
                            los plásticos del invernadero, evitando que 
                            se aflojasen.  Con los grupos 
                            ya cambiados por Antonio Luis, la segunda semana de 
                            noviembre preparamos tiestos en los cuales plantamos 
                            unos esquejes de cintas para trasplantarlas en primavera 
                            en las jardineras que hay dentro del instituto e hicimos 
                            semilleros de espinacas y de lechugas. Finalmente, 
                            al igual que las últimas semanas anteriores, 
                            nuestro profesor y tutor de 4ºB, Pepe, nos hizo 
                            alguna visita para ver qué tal iba nuestro 
                            trabajo, y Antonio Luis nos dejó llevar a casa 
                            algunas lechugas y escarolas de los dos primeros bancales.                                            Paula 
                            Rumoroso Ruiz, 4º ESO, 'Botánica aplicada'   
                             
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                              | El resultado 
                                  de nuestro trabajo. |    Cómo hacer un semillero Para hacer un semillero, lo primero 
                            que debemos hacer es preparar la tierra que vamos 
                            a utilizar. Para ello, verteremos en un recipiente 
                            tal como una caja (preferentemente de forma baja y 
                            alargada) el sustrato vegetal o compost y lo mezclaremos 
                            junto con arena hasta que la mezcla sea homogénea. 
                            Echamos esta mezcla en un semillero, rellenando bien 
                            cada casilla del mismo y regamos. Después, rellenamos cada casilla 
                            con más tierra y presionamos la mezcla para 
                            que esté algo compactada. Por último, 
                            lo que debemos hacer es introducir las semillas. Para 
                            ello realizamos con un palito o un bolígrafo 
                            un hueco de 1 cm en la parte central de cada compartimiento 
                            y ponemos por agujero una semilla (las de tamaño 
                            grande) o 3 o 4 (las semillas pequeñas). Luego 
                            cubrimos con un poco de tierra las semillas y humedecemos 
                            la tierra con un pulverizador.  Por último, cubrimos con un 
                            plástico el semillero, a modo de mini-invernadero, 
                            para ayudar a mantener una temperatura alta y a retener 
                            la humedad. Mantén el semillero en un 
                            lugar cálido, sin sol directo y sin corrientes 
                            de aire. Los riegos deben ser frecuentes y con poca 
                            cantidad de agua, impidiendo que por cualquier causa 
                            se seque el sustrato, ya que se malograría 
                            la germinación. También debemos de tener en 
                            cuenta la luna, ya que influye sobre el proceso de 
                            germinación de las semillas.                                                    Laura 
                            Fernández Herrero, 4º de Secundaria
 
   
                             
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