Una
de las actividades relacionadas con el proyecto de
Asia ha sido la creación de un cuento encadenado,
desde 6º a 1º. Está ambientado en
Japón y en él ocurren cosas que nos
enseñan a compartir y ayudar a los demás.
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La
flor del cerezo, sakura en japonés, es
la flor nacional de Japón. |
CAPÍTULO I
Un hermoso día de primavera, en Japón
(Asia), varios amigos, cuatro niños y cuatro
niñas, que habitaban en la ciudad de Kirosiko
iban de camino a la fiesta del Hanami.
En el parque de los cerezos
en flor conmemoraban la venida de la primavera numerosas
familias.
Los ocho amigos eligieron el
cerezo más bonito, repleto de sakuras de color
rosado. Entre todos se repartieron las tareas para
poner el pic-nic.
En el árbol que estaba
a su lado surgió un conflicto: dos familias
pretendían instalarse bajo el mismo...
CAPÍTULO II
Los ocho amigos, hambrientos y preocupados, se pusieron
a merendar sin quitar ojo a las familias que discutían
acaloradamente.
Cerca de ellos había otra familia llamada
Fa que también contemplaba atónita la
conflictiva situación.
En el cerezo de la discusión estaba el pájaro
Ki, que huyó despavorido. Esto era señal
de... ¡muy mala suerte!. Además, de repente,
empezaron a caerse las preciosas flores del cerezo.
En ese momento apareció Chito-Xin, un antiguo
samurai muy justo y paciente, que junto a los chicos
y la familia Fa pensaron la forma de solucionar la
discusión.
Lo mejor sería subir a la Colina Azul y superar
las pruebas del cerezo rojo. Estas pruebas eran...
CAPÍTULO III
... Eran las siguientes:
La primera prueba consistía en imitar el canto
del pájaro Ki para que volviera y se terminase
la mala suerte.
La segunda prueba era que cada familia hiciese una
figura con las flores caídas del cerezo.
En la prueba tercera y final tenían que buscar
al hada Lalo en el laberinto de Japón-Ki, ya
que ella poseía la fórmula secreta para
que los cerezos volvieran a florecer.
CAPÍTULO IV
Las dos familias acompañadas por los ocho
amigos, la famila Fa y el samurai Chito-Xin, tras
una larga caminata llegaron a la cima de la Colina
Azul.
Allí, el samurai recordó la primera
prueba y les dio una pista fundamental:
"Si al pájaro Ki queréis encontrar,
juntos habéis de trabajar."
Las dos familias entendieron que tenían que
colaborar para atraer al pájaro Ki, así
que cantaron juntos los siguientes haikus:
"Ven con nosotros
para contentos estar
y no irte más.
Ven pajarito
ven ya, que si tu vienes
la suerte vendrá"
Después se pusieron todos a piar, y al cabo
de un rato vieron cómo el pájaro Ki
volvió al cerezo rojo y empezó a cantar.
Por fin consiguieron superar la primera prueba. Ahora
había que...
CAPÍTULO V
... Había que realizar la segunda prueba,
que consistía en coger las flores del cerezo
rojo y formar figuras con ellas.
Pero había un problema ¡Los pétalos
estaban envenenados y no podían tocarse con
la mano! Al poco tiempo se empezaron a quedar adormecidos.
Cuando el samurai Chito-Xin se dio cuenta dijo que
había que ir a la Montaña Suzuka (Kususiva),
Kawasaki y coger las hojas de la planta Ibaikón,
con las que se preparaba el antídoto para el
veneno de las flores.
Después de coger las hojas tenían que
machacarlas, mezclarlas con agua y lavar las manos
de los que habían tocado los pétalos
con aquel brebaje.
Más adelante, comenzaron a despertar de su
letargo. ¡El antídoto había hecho
efecto!
Todos, tanto los chicos como la familia Fa y el samurai
Chito-Xin, se lavaron con el brebaje que actuaba como
si de un guante se tratase e impedía que el
veneno hiciera efecto.
Una de las figuras representaba al pájaro
Saky, que cobró vida gracias al brebaje que
habían preparado con las hojas del Ibaikón.
Otra de las figuras era un cerezo rojo, el cual también
cobró vida. ¡Se quedaron boquiabiertos!
La segunda prueba estaba superada. El samurai Chito-Xin
les explicó que sólo las cosas podían
cobrar vida cuando se trabajaba colaborando juntos
para lograr nuestros objetivos.
CAPÍTULO VI
Todos entendieron el mensaje del samurai y decidieron
ir juntos hacia el laberinto con el pájaro
Ki.
El pájaro Ki les llevó montados en
su lomo. Llegaron al laberinto y encontraron al guardián:
¡Un dragón grande y verde que escupía
fuego!
El dragón sólo les dejaría pasar
si acertaban el haiku mágico:
"Verde por fuera,
furioso por dentro, que
escupe fuego"
-"¡El dragón!"- exclamó
el pájaro Ki.
El dragón explotó y todos pudieron encontrar
la salida del laberinto. Entre los arbustos encontraron
al hada Lalo y vieron una luz resplandeciente que
salía de una cueva.
- ¿Sería la varita mágica que
había perdido el hada?...
CAPÍTULO VII
-¡Siiiiiiiiiiii!, por fin encontraron la varita.
Todos juntos con el hada Lalo y su varita caminaron
por el Parque de los Cerezos y allí estaba
el cerezo... sin flores.
El hada Lalo, con su varita mágica, dio tres
toques al cerezo y dijo:
"Haiku salvador
haz que este cerezo
vuelva a florecer"
Una vez conseguido el hechizo el hada puso una condición.
"El próximo año compartiréis
este mismo cerezo en la Sakura (Fiesta de la Primavera)
y yo volveré a celebrarlo con todos".
Así fue como los ocho amigos, la familia Fa,
el samurai Chito-Xin, el hada Lalo y las otras dos
familias continuaron la fiesta y disfrutaron con sus
nuevos amigos.

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