Emilio González
Terán trabaja en el departamento de comunicación
de Nuclenor, la empresa a la que pertenece la central
nuclear de Santa María de Garoña. Después
de la visita que hicimos el pasado 6 de marzo respondió
amablemente esta pequeña entrevista.
|
Sala de control de Santa María de Garoña. |
Pregunta.-
¿Qué tipo de formación hay que
tener para trabajar en la central nuclear?
Respuesta.- Bueno, para trabajar
en la central no es preciso disponer de una formación
específica; sí en cuanto al puesto que
se va a optar. En las convocatorias se determinan,
entre otros, el puesto de trabajo, la categoría
laboral y los requisitos que deben reunir los candidatos.
En función de la plaza debe estar la formación
académica del candidato.
P.- ¿Cuánta
gente trabaja ahora mismo en la central?
R.- Como referencia te diré
que la plantilla de Nuclenor está constituida,
entre Santa María de Garoña y la oficina
de Santander, por 342 trabajadores, que se desglosa
en 77 titulados superiores, de grado medio hay 76,
el personal administrativo y técnicos alcanzan
los 76 y después está el nivel de operarios,
con 113.
P.- ¿Cuáles
son los accidentes más frecuentes en cuanto
a lo nuclear?
R.- Aquí los accidentes laborales
son prácticamente inexistentes. Practicamos
la cultura de seguridad, sobre todo la seguridad preventiva
y la formación del personal. Tenemos cursos
específicos y generales en materia de seguridad,
de prevención riesgos laborales, contra incendios,
de planes de emergencia interior de la planta, protección
radiológica, primeros auxilios, habilidades
de gestión, factores humanos, etc. Después
están los específicos de cada sección
y de cada puesto de trabajo. La formación específica
está enfocada al mantenimiento de la cualificación
de las diferentes especialidades. La formación
en 2011 ha supuesto 23.643 horas/hombre del personal
de Nuclenor.
P.- ¿Qué
cosas son las que más te gustan de tu trabajo?
R.- El ambiente de trabajo, la atención
al público y el contacto con nuestros visitantes,
una labor que realizamos diariamente.
P.- ¿Cómo
llevas lo de trabajar en la central nuclear? Es decir,
¿no te dan miedo los riesgos de la energía
nuclear?
R.- Toda mi vida laboral prácticamente
la he ejercido aquí en Santa María de
Garoña. Anteriormente he trabajado en otras
industrias y, desde mi experiencia personal, puedo
decirle que el lugar más seguro para trabajar
es aquí, en esta central nuclear. Disfruto
del trabajo y la satisfacción. Puedo confesarle
que siento que se aproxime la fecha de mi prejubilación.
P.- ¿Cuáles
son las ventajas e inconvenientes de trabajar en esta
central?
R.- La ventaja es que uno forma parte
de una plantilla altamente cualificada, que si te
lo propones tienes oportunidad para mejorar en los
estudios y, profesionalmente, de conocer la tecnología
y el funcionamiento de la central, formar parte de
equipos de trabajo. Ello te estimula personalmente.
Inconvenientes, pues en casi 38 años de servicio
en Santa María de Garoña no he tenido
inconveniente alguno.
P.- ¿Cuáles
son las perspectivas para tu futuro si la central
Santa María de Garoña se cierra?
R.- El ministro de Industria y Energía
ha informado a través de los medios de comunicación
que renovará la licencia de operación
de esta central nuclear hasta el año 2019.
Como trabajador, lógicamente para mis compañeros
y para mí, es una satisfacción, porque
vemos la continuidad en el puesto de trabajo y esto
significa en primer lugar una estabilidad personal
y familiar, y el desarrollo profesional, que de otra
manera no se producirían.
Para el Valle de Tobalina, que es donde estamos situados,
y la comarca, significa la continuidad de los trabajadores
que residen en un entorno entre Miranda de Ebro y
Medina de Pomar. Hay que tener muy presente que Santa
María de Garoña es el motor económico
de toda esta comarca.
Por otra parte, necesitamos energía y que sea
segura, limpia y barata. Y la central nuclear de Santa
María de Garoña lo proporciona.

SUBIR
|
|