Aunque
nació en Madrid, Antonio Basagoiti (1969) forma
parte de una familia arraigadamente vasca. Tanto,
que su abuelo fue el fundador de Iberdrola y el Banco
Hispano Americano. Licenciado en Derecho por la Universidad
de Deusto, está metido en política desde
1995, habiendo sido concejal de Bilbao, director de
Juventud, diputado en el Parlamento vasco y presidente
del PP vizcaíno y ahora vasco. Él fue
el que inició la renovación del partido
tras "duros" como San Gil o Mayor Oreja.
Él propició el pacto con el PSOE que
facilitó el primer Gobierno vasco no soberanista.
Nombre:
Antonio Basagoiti Pastor
Lugar y fecha de nacimiento:
Madrid, 25 de octubre de 1969
Ocupación:
Presidente del PP del País Vasco
Estudios: Licenciado
en Derecho en la Universidad de Deusto
Trayectoria:
Inició su actividad política en
1995 como concejal de Bilbao. Fue director general
del Instituto de la Juventud en 1998 y 1999.
Lideró la oposición en el consistorio
bilbaíno durante tres legislaturas consecutivas.
Desempeñó el cargo de presidente
del PP de Vizcaya desde 2004 hasta 2008, cuando
fue elegido presidente del PP del País
Vasco.
|

|
Pregunta.- ¿Quién
es Antonio Basagoiti?
Respuesta.- Es una persona que tiene
42 años, casado con tres hijas y una vocación
política que aspira a mejorar su tierra, que
se pueda vivir en libertad y que prospere esta parte
de España.
P.- Con lo bien que se está
en casa sin meterse en líos, ¿qué
llevó a un ciudadano como usted a jugarse la
tranquilidad y la vida metiéndose en política?
R.- Porque me gusta. A mí
nadie me ha obligado a estar en política, pero
la verdad siempre me atrajo. Desde que de joven me
tocó con siete u ocho años vivir la
transición y las primeras elecciones democráticas
me pareció una cosa atractiva. Después,
estudiando en la Universidad de Deusto me metí
un poco más en política y tuve la oportunidad
de conocer al Partido Popular. Lo que me llamó
a afiliarme y dar el paso fue el asesinato de Gregorio
Ordóñez, concejal de San Sebastián.
En ese momento creí que había que hacer
algo más para librarnos de esa lacra y eso
fue lo que me motivó a entrar en política.
Luego me ha ido gustando cada vez más y me
siento realizado intentando solucionar problemas de
afecten al interés general.
P.- Qué le dicen en casa
cuando dice que es vasco, del PP y diputado.
R.- En casa ya me conocen, en casa
me dicen poco. Bueno, mis hijas que son pequeñas
me dicen "¿Qué hace papá
en ese cartel?". Pero están habituados,
ya que me casé siendo concejal del Partido
Popular; no es una cosa que haya venido después
y que descuadre un poco la familia.
P.- Tras su llegada a la presidencia
del PP Vasco intentó una importante renovación
con gente joven formada y vizcaína, ¿se
ha culminado esa renovación del PP vasco?
R.- Creo que todavía no del
todo, pero sí entró gente joven como
Borja Semper, Arancha Quiroga, que es presidenta del
Parlamento, Iñaki Oyarzábal o Alfonso
Alonso, que ahora es el portavoz del partido en el
Congreso de los Diputados. Hay una foto que define
esta generación y que no es muy conocida, pero
os la cuento a vosotros. Bajo el árbol de Guernica
en 1995 estamos todos con muy pocos años, los
que hoy dirigimos el País Vasco. Solo falta
una persona, que es Miguel Ángel Blanco, que
estaba en esa foto y hoy no está con nosotros.
Yo creo que eso lo dice todo.
P.- ¿Qué tensiones
existen entre la corriente alavesa del partido, representada
por gente como Laura Barrionor, y la vizcaína?
R.- La propia de un País
Vasco donde existen tres territorios, y en el caso
de Álava-Vizcaya hay un cierto pique por si
Álava o Vizcaya tienen un poco más de
representantes. Pero es algo absolutamente normal
que no va a mayores. Reconozco que cuando fui elegido
presidente del PP del País Vasco, el expresidente
del PNV, Josu Jon Imaz, me advirtió de que
los problemas vienen por Álava, porque es donde
los partidos políticos tienen más sentimientos
alavesistas y tienen más pique con el resto
del País Vasco; pero yo creo que teniendo en
Álava como presidente a Alfonso Alonso y como
mano derecha a Iñaki Oyarzábal, que
es alavés, la verdad es que solo me han dado
alegrías, como gobernar la Diputación
y el Ayuntamiento de Vitoria.
P.- Recientemente Arancha Quiroga
se ha definido como representante del ala conservadora
del PP del País Vasco. ¿Cómo
es su relación con ella?
R.- Arancha Quiroga es mi apuesta,
ha sido mi apuesta y sigue siendo mi apuesta siempre,
porque a mí me gustan las personas que son
íntegras, que defienden lo que creen, que no
se acomplejan y que además puedes confiar en
ellas, y me ha demostrado todo eso. Me gusta, aunque
no comparta el cien por cien lo que puede defender
un compañero mío o mi mano derecha o
izquierda; defiendo la gente que en política
actúa y en política se define, lo que
es para mí Arancha Quiroga. Es la mujer con
mayor proyección del Partido Popular de toda
España.
P.- ¿Cuál es el balance
en estos años apoyando al ejecutivo de Patxi
López y cuánto ha cambiado Euskadi desde
el que Gobierno y el Parlamento no son de mayoría
nacionalista?
R.- Ha cambiado mucho, quizás
no se valora a corto plazo y se valorará a
largo plazo. Ha cambiado mucho porque en primer lugar
se ha demostrado que el País Vasco se puede
gobernar sin dirigirlo los nacionalistas que se creían
que era suyo, se ha demostrado que no se hunde el
mundo si no gobierna el PNV o si no se gobierna con
el apoyo de Eusko Alkartasuna, unas formaciones que
entendían que el País Vasco era de su
propiedad. Y en segundo lugar ha sido un paso decisivo
para que ETA tenga que decir que deja de pegar tiros
el que se haya hecho una política más
exigente con la ertzaintza contra la kale borroka,
el que la educación se haya fijado en las víctimas,
que no hayamos consentido que la oposición
totalitaria sea aquella que siempre justifique un
gobierno; ha servido para que se den cuenta de que
no se puede seguir por ese camino. Por eso, aún
separándonos muchas cosas y no gustándome
todo lo que hace Patxi López, hay que reconocer,
y estoy convencido de que se reconocerá a largo
plazo, lo que supuso en un hito de ventilar las puertas
del País Vasco y de avanzar hacia el fin de
ETA.
|
Batería de preguntas para Basagoiti. |
P.- En el tema de la identidad
y la violencia ha permitido al ejecutivo y al Parlamento
gestionar, y usted ¿tiene desasosiego porque
no se está trabajando por ese motivo en la
administración del País Vasco?
R.- Bueno, yo creo que la situación
económica y social del país es muy difícil
para cualquier gobierno, para el de Patxi López,
Ibarretxe o cualquier otro, pero aun así, si
digo la verdad, yo no apoyé a este gobierno
para una gestión concreta y la verdad que este
gobierno no está haciendo nada radicalmente
distinto en temas de industria, de medio ambiente,
de vivienda a lo que hacían los anteriores.
Yo les apoyé para decir a una parte de la sociedad
vasca que el país no es suyo, para demostrar
que el PNV después de treinta años se
tiene que regenerar y para decirle al ámbito
de ETA-Batasuna que tienen que darse cuenta de que
por ese camino no se puede seguir. Y esos objetivos
más o menos están cumplidos, aunque
yo creo que se podía haber hecho mejor en algunas
materias.
P.- Con tanto sufrimiento, ¿hasta
qué punto los vascos no se han convertido lo
mismo que las heroínas de Dostoievski, atadas
a la disyuntiva de dejar de amar o dejar de sufrir?
R.- Creo que la sociedad vasca es
una sociedad muy compleja, muy plural, donde conviven
en las familias personas de izquierdas, de derechas,
nacionalistas, Batasuna, PP, en las familias está
eso. Y creo que no es justo que se ponga a la sociedad
como corresponsable o como amparadora de la violencia,
creo que está demostrando en los últimos
años que no consiente ningún tipo de
atentado. Ahora la labor que tenemos los que nos dedicamos
a la función pública es demostrar a
la sociedad vasca que además de no disparar
tampoco debemos considerar legítimos actos
totalitarios, que nos quieren obligar a una serie
de identidades políticas por el hecho de haberse
resignado durante tanto tiempo. Pero yo confío
en la sociedad vasca y creo que también lo
que pasa y las dificultades que tenemos son propias
de su complejidad.
P.- Hace unos meses el plan de
conveniencia y deslegitimación de la violencia
impulsado por Isabel Celaá contó con
las reticencias y la desobediencia de algunos profesores
y colectivos, ¿eso es signo de que la convivencia
y la meta de paz están en Euskadi?
R.- No, eso es signo de que durante
los últimos 15 años Batasuna hizo un
esfuerzo brutal para hacerse con el control de los
centros educativos públicos, no solo con las
ikastolas sino con los centros públicos que
el PNV dejó y ahora hay un problema importante,
porque los llamados abertzales han intentado y están
intentando, y algún fruto les ha dado, ir convirtiendo
la radicalidad y la identidad nacionalista a los jóvenes
para que luego les voten y poder avanzar hacia su
país identitario; lo que demuestra es que hay
que trabajar mucho más en la educación,
que no hay resultados a corto plazo. Pero que mucho
de lo que viene ahora es por haber dejado en manos
de Batasuna la educación en el País
Vasco, la gestión de la educación.
P.- ¿Cree cierta la frase
de Juan Marsé, aplicada al País Vasco:
"Mientras no resolvamos nuestro pasado, no tendremos
futuro"?
R.- No tanto, pero sí es
muy importante que hagamos una revisión crítica
de nuestro pasado para que no se repitan los errores.
Es imprescindible que se reconozca el daño
causado por ETA durante estos 50 años para
vacunarnos contra el nuevo fanatismo. Si ahora quedara
como que lo que hizo ETA no estuvo mal, que fuera
un empate técnico pero no criticable, habrá
más jóvenes que en el futuro que digan
y vean que el terrorismo da sus frutos y quieran volver.
P.- En el debate de investidura
ha dado la sensación de que Amaiur sea presentado
con cierto espíritu de colaboración
con el juego democrático. ¿Qué
está cambiando de verdad en la política
de Euskadi?
R.- Yo creo que lo que está
cambiando en la política de Euskadi, desde
hace tiempo, es que Batasuna ha tomado una decisión
de optar por un camino de pragmatismo y se ha dado
cuenta de que asesinar o respaldar el asesinato no
les da réditos políticos y quiere intentar
otro camino. ¿Se han convertido a la democracia?
No, pero se han dado cuenta de que no tenían
otra opción que transitar. ¿Y qué
está ocurriendo? Que algunos, sobre todo en
Madrid, como ahora van de nuevas formas y ya no se
comen a los niños, se creen que se han vuelto
buenos. La clave no es ésa, la clave es que
ellos han optado por este camino porque no tienen
otra salida. Ahora eso es un paso, el siguiente paso
no es solo que parezcan que son buenos, tienen que
aceptar la Constitución y las normas del juego
y respetar a la gente que no piensa como ellos.
P.- Posturas como la del PP nacional
de no considerar la posibilidad de un grupo para Amaiur
en el Congreso ¿perjudican esos cambios?
R.- No, yo creo que es bueno que
alguien sea exigente con ellos. Hay que darse cuenta
de que si han tomado otro camino, si el atentar les
resta no es porque hayan llegado por ellos mismos,
es porque los que atentaban eran detenidos, ellos
estaban ilegalizados, la sociedad vasca les daba la
espalda. Contra más exigente se haga cumplir
las normas con ellos más avanzaremos. Lo que
sí hace daño, lo que no nos ayuda a
avanzar es que siempre tengan tantos abogados defensores.
Ha habido un cambio; Batasuna hasta ahora ha estado
viviendo del victimismo, es decir los españoles
nos hacen cual o nos hacen tal. Pero ahora Batasuna
ha empezado a vivir de otra cosa por la responsabilidad
de algunos, la cantidad de gente que les ha legitimado.
Después de que no sacaran grupo en el Congreso
tenían que haberles dicho "éstas
son las normas", no haberse compadecido de ellos.
P.- Se dice que el PP ha llegado
a acuerdos puntuales de gestión con Bildu en
Bilbao, Vitoria y San Sebastián. ¿Esto
es un signo de normalidad democrática?
R.- Sí es un signo de normalidad,
pero no es tan nuevo como se cuenta. En ocasiones
anteriores, cuando alguna de las marcas de Batasuna
ha estado legalizada siempre se ha llegado al acuerdo
de poner unas farolas o arreglar una acera. Eso siempre
se ha hecho, pero lo que nunca se ha llegado es a
un entendimiento en el tema del terrorismo.
P.- ¿Cuál va a ser
el papel del PP Vasco para cerrar las heridas del
que ha hecho ETA durante este tiempo?
R.- Pues va a ser muy importante
porque Rajoy sabe que somos la clave para marcar una
política que nos lleve a la libertad. Cierta
paz la tenemos ahora, porque no disparan, pero para
llegar a una libertad que es poder decir, pensar,
vivir como a uno le dé la gana en cualquier
lugar del País Vasco hace falta tener en cuenta
a los que estamos aquí. Porque en Madrid a
veces se quedan cortos o se pasan de vueltas; se quedan
cortos cuando Iñaki Antigüedad, diputado
de Amaiur, va al congreso y dicen "qué
bueno se ha vuelto éste", y se pasan cuando
se creen que todo lo que es una ikurriña o
una ikastola es ETA, porque para no saber es mejor
preguntar a los que estamos aquí.
P.- ¿Entonces se portan
bien por interés?
R.- Yo creo que ahora tienen esta
estrategia por interés y porque no tiene otro
camino. Todo lo que hemos hecho nosotros, manifestación
de ley de partidos, exigencia democrática...etc.
les ha servido para que se den cuenta de que por ahí
no pueden seguir y además ellos han decidido
"Vamos a portarnos bien para ver si nos dan algo
de lo que reclamamos". Su posición ahora
es pasar la factura de los 50 años de terror
sin pegar tiros, y eso puede ser mejor porque no quitan
tanto dramatismo ni vidas, pero la gente se va dar
cuenta de que están detrás de un proyecto
totalitario y fascista.
P.- El voto de Amaiur y Bildu ¿cree
que es un voto de castigo hacia los partidos mayoritarios
del País Vasco?
R.- Es un poco de todo. Puede haber
una parte de castigo de algunos indignados, como en
otras partes, pero lo que sí hay distinto a
otras veces es un voto de prestigio a la paz. Hay
políticas irresponsables por parte de dirigentes
del PNV y PSOE que han dejado que la bandera de la
paz la tengan los que no la deben tener. Si son conversos
me alegro, pero lo conversos a la cola.
|
El político vasco contestó amablemente
a todas las cuestiones. |
P.- ¿Qué pide Antonio
Basagoiti para las víctimas?
R.- Pido que se reconozca el daño
causado, sé que el perdón es algo muy
personal y perdonar es duro, pero si se reconoce el
daño causado y ETA no obtiene ningún
logro político por haber matado, la memoria
de su familiar quedara prestigiada. Ahora si a ETA
se le da algo o si queda la idea de que lo que hizo
no estuvo mal, su pariente será rematado. Ya
sé que hoy en día hay compasión,
que a todo el mundo se le da abrazos. Pero yo pido
más, que se reconozca que esos crímenes
fueron totalmente injustos y esos crímenes
no den lugar a ningún premio.
P.- ¿Hay más victimas
además de las de ETA?
R.- Víctimas del terrorismo
hay más, están las del GAL, las de ETA
y todas aquellas víctimas de organizaciones
terroristas que han sido consideradas por las leyes
y la justicia.
P.- ¿Será el próximo
lehendakari de Amaiur o de Sortu o de Bildu?
R.- Esperemos que no, pero sí
veo con preocupación el continuo prestigio
al continuo apoyo de algunos sectores a Batasuna.
Los que dicen y apoyan una negociación con
ETA como solución para todos los problemas
no tienen razón y les pido a todos que sean
más responsables. Si estos se convierten que
no sean unos héroes, porque no sería
bueno que el País Vasco caiga en manos de gente
como Otegi porque no reflejaría la cruda realidad
del País Vasco y no ayudaría a deslegitimar
a históricos de ETA.
P.- Tengo una duda, ¿por
qué Amaiur y Bildu están más
presentes en Guipúzcoa y no en Álava
o Vizcaya?
R.- Bueno, porque la posición
independentista y radical ha sido más proclive
en Guipúzcoa, sobre todo en zonas rurales y
menos en Álava y Vizcaya por la posición
del País Vasco. Hoy en día es plural,
en Álava gobierna el PP, en Vizcaya el PNV
y en Guipúzcoa Bildu.
P.- Algunos medios de comunicación
han mantenido que en la operación Faisán
no se intentó proteger a ETA sino al peneuvista
Gorka Aguirre, que actuaba como mediador de los empresarios
extorsionados.
R.- Se ha dicho de todo, pero me
da igual lo que se diga. Lo importante es que una
cosa así no vuelva a pasar, porque entiendo
que parece que se superaron los límites mínimos
exigibles en una democracia, que la policía
trabaje por el cumplimiento de la ley y no por ayudar
a ningún tipo de proceso o de persona. Estaríamos
hablando de un escándalo mayúsculo si
un policía ayudara a que no detuviesen a un
narcotraficante. Pido que lo analicemos con los parámetros
racionales.
P.- ¿Qué opina usted
de que, por ejemplo, el alcalde de San Sebastián
dé la mano al edil del PP en San Sebastián?
R.- En el ámbito institucional
en los ayuntamientos, instituciones, es normal dar
la mano aunque no compartas las mismas ideas y no
te guste cómo hayan llegado hasta allí.
Y, además, por el bien de los ciudadanos que
representas necesitas una relación.
P.- Las voces más conservadoras
del PP vasco como Mayor Oreja no han llegado a criticar
el franquismo. ¿Cuál es su opinión
respecto a esto?
R.- Yo creo que está sacado
un poco de contexto. Mayor Oreja ha demostrado muchas
veces su absoluta posición democrática.
El franquismo sí era criticable, un régimen
antidemocrático en el que el ciudadano no puede
elegir y en el que si no hablas de política
no te metes en problemas. Es como lo que hemos vivido
estos años en el País Vasco, que quien
no se metía en política le dejaban en
paz.
P.- ¿Cree que los ediles
de Bildu están preparados para manejar una
gran cantidad de dinero?
R.- Bueno, eso lo han hecho otras
veces con otros nombres, pero lo que me preocupa es
que desde el poder lo utilicen para justificar la
historia de ETA, porque eso nos deja una llama del
terrorismo encendida y que ETA no estuvo mal. Temo
que dentro de unos años esa pequeña
llama se vuelva a propagar.
P.- ¿Alguna vez en su carrera
ha temido por su vida?
R.- Muchas. En las épocas
duras, cuando mataban a un concejal cada mes, he llorado,
he tenido un nudo en el estómago al salir de
casa y me he hecho fuerte para superarlo. Y el que
no haya pasado miedo estando en el punto de mira de
ETA, como hemos estado los del PP, PSOE, algunos periodistas
y jueces, es un inconsciente.
P.- En Euskadi ¿las siglas
del PP significan libertad o qué significan?
R.- Tienen que significar libertad
y entendimiento. Nosotros no queremos un País
Vasco monocolor como quieren los nacionalistas, todos
nacionalistas, que a todos les guste y digan lo que
ellos dicen; no quiero una Euskadi de 3ª división.
El PP vasco es libertad y pluralidad. Aquí
vive gente de muy diversa índole y lo que hay
que hacer es ponerse de acuerdo.
P.- ¿Qué opina usted
de la conferencia de paz que hizo la izquierda abertzale
y de que ETA a los tres días dejara las armas?
R.- Todo forma parte de la misma
escenografía. Yo creo que esa conferencia de
paz fue la excusa para decir que dejaban de disparar.
Hay quien la interpreta como la pista de aterrizaje
de ETA y yo lo interpreto como la pista de despegue
de sus reivindicaciones políticas. Han ido
a contarnos que los gobiernos de España y Francia
se han ido a sentar con ellos para hablar del fin
de ETA, de la autodeterminación, para encarecer
un poco el precio de la paz. En 2004 ETA ya estaba
moribunda, llevaban un año y medio sin atentar.
Aun así no había conferencias de paz,
ni mediadores internacionales, ni nada. Ahora lo han
intentado para parecer el fondo político de
todo esto. A largo plazo esto se verá como
algo negativo, como algo que ha servido para enredar
el final del terrorismo.
P.- ¿Cree que gran parte
de Euskadi al votar a Amaiur o al Partido Nacionalista
Vasco quiere significar que quieren caminar separados
de España?
R.- Hay un poco de todo. Lo que
a mí me parece es que han estado 30 años
cultivando la educación, la cultura, los medios,
parte del deporte y ahora les está dando sus
frutos. Pido a los vascos, a la mayoría de
vascos, que entiendan que el nacionalismo les obliga
a estar en un país cerrado, viendo una televisión
concreta, hablando una lengua concreta, haciendo un
deporte concreto y viviendo de una manera concreta,
yo les digo que hagan lo que quieran. El nacionalismo
está defendiendo jugar en Tercera y yo les
estoy defendiendo la Champions League.
P.- Usted está dejando ver
que el PNV durante tantos años de gobierno
ha sabido manejar a la gente.
R.- Desde la transición se
dejó en sus manos las principales gestiones
del País Vasco. Y ahora está recogiendo
sus frutos. Y muchos de estos frutos no los va a recoger
el PNV sino Batasuna, y por eso hace falta un cambio
que intentamos hace dos años y medio en el
País Vasco; un cambio más profundo de
planteamientos, de líderes democráticos
de prestigio, de la convivencia. Hacen falta cambios
para que la sociedad vasca prestigie unas cosas diferentes
a lo que les han enseñado en este tiempo.
P.- ¿Crees que si el PNV
hubiese estado en la oposición o como partido
minoritario las cosas hubiesen sido diferentes?
R.- Estoy convencido de que si en
la transición y más adelante no se llega
a concebir que había que ceder algunas cuestiones
fundamentales al nacionalismo por la paz nacional,
que además no fue así, creo que el País
Vasco en este momento sería un territorio más
tranquilo y de más progreso económico.
Porque todo ese enredo político y toda esa
amenaza, ese chantaje permanente nos ha empobrecido
mucho. Si hubiesen sido los gobiernos del PSOE o del
PP con nuestros defectos y nuestros problemas, que
los tenemos, no habría hoy unas bases sociales
en algunos lugares tan radicalizadas.
|
Antonio Basagoiti, flanqueado por los reporteros
del colegio La Paz . |
P.- ¿Qué le lleva
a plantearse a un ciudadano de a pie que el País
Vasco es diferente a España?
R.- Hay sentimientos nacionalistas
de este estilo absolutamente legítimos. Yo
digo que están inflados, porque se ha jugado
con que eso era lo moderno, lo bueno y estaba de moda.
Se ha hecho desde los gobiernos autonómicos,
la televisión pública, desde elementos
culturales, desde muchos ámbitos y la gente
ha interiorizado un poco que lo bueno para el país
era eso. Pero creo que va llegando la hora de que
le digamos que lo bueno para el país es que
podamos convivir y entendernos con nuestra pluralidad
distinta, el País Vasco siempre ha sido una
parte de España y siempre ha convivido con
normalidad en España y salimos ganando siendo
parte de una España plural. Se ha contado lo
primero y yo quiero contar lo segundo.
P.- ¿Si Euskadi se independizara
qué pasaría?
R.- Si se independizara siguiendo
los trámites democráticos y se aprobara
la separación del País Vasco sin que
antes no se pusieran en su sitio las ideas totalitarias
de aquellos que creen que asesinando o sin asesinar
deben imponer su socialismo o su independencia sería
muy malo. Al día siguiente de la independencia
van a ir a por aquellos que son nacionalistas pero
no de izquierdas. Si durante los últimos 30
o 50 años han ido a por aquellos que nos considerábamos
españoles, después irán a por
los que se consideran conservadores, después
a los empresarios y después irán a por
los que no piensan como ellos. Su proyecto es totalitario.
El problema de ETA no es solo los que pegan tiros,
que es un problema muy grave, es también que
tienen una concepción de que en el País
Vasco solo caben ellos y su modelo soviético
es el que tiene que funcionar.
P.- ¿Es consciente de que
el País Vasco es una de las comunidades con
más riqueza de España?
R.- Claro que soy consciente. Y
es una comunidad con más riqueza porque ha
venido mano de obra durante muchos años de
otros lugares de España a trabajar, porque
ha habido una potente industrialización, por
estar situado en un eje estratégico con el
norte de Europa. Todo eso es verdad, y todo eso nos
hace pensar que mucha de la gente que se ha ido a
posiciones nacionalistas abertzales ha sido por un
concepto de integración. Igual el que venía
de fuera a trabajar se ha considerado más integrado
en el país y se ha hecho nacionalista, pero,
bueno, por una cosa o por otra, que seamos una de
las comunidades más ricas de España
tiene que hacer reflexionar a la gente que a nosotros
nos va bien estando en España como hemos estado
siempre.
P.- ¿Cuáles han hecho
más daño, las ideas de María
San Gil y Mayor Oreja o la suya, que es más
moderada?
R.- Yo creo que hemos hecho lo que
teníamos que hacer en cada momento. Nosotros
mientras nos estaban asesinando una vez cada mes o
mientras el PSOE-PNV estaban en Lizarra firmando con
ETA cualquier tipo de cosas, nuestra postura fue la
que tenía que ser. Lo que pasa es que el escenario
ha cambiado. Si el PP no se hubiese renovado, en un
escenario donde ETA no pega tiros, en que la gente
no tiene miedo a ETA, en que la gente está
preocupada por otras cosas, estaríamos muertos;
estaríamos fuera absolutamente del juego, porque
nosotros siempre hemos sido una alternativa y una
oposición clara contra el terrorismo. Si el
terrorismo deja de estar en las preocupaciones y se
sigue hablando solo o solo interviniendo en esa línea,
la gente no nos votaría ni la mitad que nos
vota ahora. Creo que el Partido Popular ha jugado
el papel que le correspondía jugar en cada
momento. En este momento el campo de la dialéctica
política no es tanto la pistola, no es tanto
la bomba, y es mucho más la convivencia y la
libertad. Por eso nos tenemos que ajustar en cada
momento a lo que está pasando.
P.- ¿Usted cree que la dureza
del PP es como consecuencia de cómo está
ETA o de los partidos de la izquierda abetzale?
R.- No. Lo que estoy diciendo es
que nosotros en función de la amenaza tenemos
que dar una respuesta a los ciudadanos. La amenaza
era que ponían una bomba debajo de un coche
cada día, teníamos que tener una postura
que gente pudiera canalizar su enfado a través
de ella y acabar con el asesinato. Y una vez que no
ponen bombas y ponen sobre la mesa proyectos soberanistas
también hay que adecuarnos a ese escenario,
pero eso pasa en todas partes. Nosotros siempre defendemos
lo mismo, una España plural y un País
Vasco en el cual se pueda vivir en paz, bien hace
20 años y dentro de 30, pero lógicamente
el Athetic de Bilbao no juega siempre con el mismo
esquema en el año 80 que en 2012. Lógicamente
el PP vasco no puede sacar los mismos jugadores ni
sacar cinco delanteros como ponían en los años
50. Eso es lo que te estoy diciendo.
Por ejemplo, en la época de Mayor Oreja el
PP obtuvo unos 200.000 votos y ahora unos 140.000.
P.- ¿Usted cree que el Partido
Popular está teniendo menos apoyo?
R.- Bueno, las cifras son 300.000
en el año 2000 y 210.000 ahora. Pero hay que
ver como son las cosas. Cuando tuvimos 300.000 ya
llevábamos gobernando en España cuatro
años y ahora acabamos de entrar. Eso influye
mucho en el País Vasco y después. En
la medida en la que el País Vasco ha cambiado
tanto en el paso de los años vamos a cambiar
nuestra postura en el sentido de hacerla más
atractiva. Yo no puedo hacer la misma oferta del año
2000 porque el País Vasco no es el mismo del
año 2000. En el año 2000 con el impulso
del gobierno de Aznar, que ahora no lo tenemos, la
gente veía en el PP una salida clara a los
atentados. Ahora no ve una salida clara a los atentados
porque no los hay; ahora tenemos una posibilidad más
tranquila de convencer de que somos la alternativa.
P.- Partidos como Foro Asturias,
Populares en Libertad o el Partido Familia y Vida
se han creado a partir de escisiones del PP y argumentaban
que no había democracia interna dentro del
PP.
R.- Los mismos que son parte de
esos partidos cuando mandaban en el PP estaban encantados
con la democracia interna. Vamos a ver, la derecha
española es algo cainita, le encanta pelearse
porque hay mucho reino de taifas y mucho líder
que le gusta llevar la gorra. Pero eso siempre ha
pasado en la derecha española, e independientemente
de liderazgos, matices e individualismos tenemos que
estar unidos para poder componer un grupo fuerte para
plantear una alternativa a la izquierda. Y ahí
hay mucho liderazgo personal y poco de proyecto político.
P.- ¿Cree que María
San Gil ha dejado tirado al PP, lo ha dejado desbancado
o que no piensa igual que el PP?
R.- Ella misma lo dijo, pero el
origen de la cuestión fue un congreso en Valencia
en el que se eligió como líder del PP
a Rajoy y ella dijo que no confiaba en él de
repente y de manera sorpresiva; y después de
ello ha quedado un poco asqueada de la política.
Pero está en su derecho y yo cuando deje la
política prometo no meterme con nadie y apoyar
a mis compañeros si así me lo piden.

SUBIR
|
|