Había una vez cuatro niños llamados Javier, Ángel, Mario y Tomás que decidieron inventar un cuento en un país multicolor, pero Tomás se aburrió y se fue a jugar a otra parte. Así que solo quedaron tres.

Mientras pensaban, Mario miraba ansioso el ordenador y esperaba que quedase libre para jugar en él. ¡Ya está! Mario se fue. Así que sólo quedaron dos.

Mario se había ido a Japón a comer arroz con palillos y nos mandó una postal diciendo que Javier fuera a buscarlo en ambulancia porque se había metido el palillo por la boca y le salió por la nariz. Javier se fue. Así que solo queda uno.

Ángel pensó que no podía hacer él solo el cuento y decidió ir en busca de sus amigos. Puso sus orejas en funcionamiento y se fue volando a Japón.

Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.