Eric Rominger
llega a Viena con la intención de cursar estudios
de Arte. De manera inesperada, en su primer día
en la ciudad descubre la violencia de los camisas
pardas y conoce a Karl Lebendig, un poeta con el que
trabará amistad. Eric descubrirá igualmente
el amor de Rose y, sin proponérselo, despertará
a una vida nueva y totalmente distina a todo lo que
hubiera podido imaginar. Pero entonces el Führer
entra como victorioso conquistador contra Viena.
Título:
'El último tren a Zurich'
Autor: César
Vidal
Editorial:
Alfaguara
Género:
Historia Novelada
Páginas:
208 |
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Eric era un joven de unos 15 años que viajó
a Viena para cursar sus estudios de Bellas Artes allí.
Cuando llegó a Viena, lo primero que hizo fue
encontrar una pensión donde poder alojarse,
y después se dirigió a un bar para tomar
un refrigerio, cuando entraron unos hombres vestidos
con unas camisas pardas que eran nacionalsocialistas,
es decir, del partido de Hitler.
Estos hombres con camisas pardas comenzaron a golpear
a un pobre hombre que se encontraba en la puerta para
así atemorizar a todo el mundo, para que les
pagaran cuando pasaran por las respectivas mesas.
Eric evidentemente sí lo hizo por miedo a que
le pasara lo mismo que a aquel pobre hombre, pero
había otro hombre en una mesa, un poco más
allá, que se negó rotundamente y que
además los camisas pardas ya debían
de conocer. Cuando los camisas pardas se marcharon,
aquel hombre también lo hizo, pero Eric decidió
seguirlo, porque le causaba mucha curiosidad. El hombre
se dio cuenta de que alguien lo seguía, así
que decidió despistarlo, pensando que eran
los camisas pardas, pero cuando se dio cuenta de que
era un joven decidió hablar con él.
Entonces le dijo que por qué le seguía,
y Eric le dijo que porque se había quedado
muy asombrado con su actuación ante los camisas
pardas. Los dos se presentaron, pero el que más
asombrado estaba en esa presentación fue Eric,
porque ese hombre que se había enfrentado a
los camisas pardas era nada más y nada menos
que Karl Lebendig, uno de sus escritores favoritos,
así que Karl le invitó a ir a su casa
ya que Eric le cayó bastante bien. Cuando llegaron
a casa del escritor, Eric se encontraba casi sin aliento,
debido a que el escritor vivía en un cuarto
piso. El escritor era un hombre que vivía solo
y tenía la casa bastante desordenada, ya que
había libros por todos lados, en el pasillo,
en estanterías, en el suelo, en un saloncito,
en el sofá, en más estanterías...,
pero a la vez era también un hombre atento
ya que invitó a Eric a su casa y después
le ofreció un té. Estuvieron un buen
rato hablando, y al final Eric se volvió para
la pensión ya que al día siguiente tendría
que comenzar las clases.
Al día siguiente se levantó, se preparó
y dirigió hacia el instituto. Cuando llegó
allí encontró un sitio vacío
que estaba más o menos en una esquina de la
clase y desde allí pudo ver a una chica muy
guapa e inteligente que se sentaba cerca de la puerta.
Durante unos días a Eric solo le parecía
que observaba a una chica guapa, y nada más,
pero con el paso de los días se dio cuenta
de que se había enamorado de aquella chica
que ni siquiera sabía que él existía.
Hasta que una mañana un profesor se retrasó
unos minutos y comenzó a dirigirse a la chica
otro chico alto, rubio, con porte atlético,
y durante unos minutos estuvieron hablando, y ella
le dirigía unas sonrisas que en Eric se transformaban
en celos; pero menos mal que el profesor solo se retrasó
unos minutos, porque si no Eric habría estallado
como una bomba de relojería. Aquel día
Eric llegó a casa y cogió sus lápices
y demás utensilios y comenzó a dibujar
el rostro de Rose.
Rose salía con el otro chico después
de la escuela hasta que un día Eric los siguió
y al ver que Rose llevaba en la mano un libro escrito
por Karl la dijo que si la gustaba ese escritor, que
él le conocía y que si quería
se le presentaba. Rose, algo entusiasmada por conocer
al escritor, aceptó, pero su "amiguito
Sepp" no estaba muy contento con la invitación,
así que por si acaso decidió ir con
ellos. Karl sabía que Eric estaba enamorado
de aquella chica, así que hizo todo lo posible
por ayudar a Eric a conquistarla, y vaya que si lo
consiguió, ya que dejó a Sepp como un
verdadero patán delante de Rose, que se avergonzó
mucho de él por el comportamiento que había
mostrado ante un escritor como Karl Lebendig. Después,
Sepp se fue y Karl comenzó a contarles historias
a Rose y a Eric durante toda la tarde, hasta que Eric
decidió que ya era tarde y que debía
acompañar a Rose a casa. Karl, antes de que
se marcharan, se quedó un momento a solas con
Eric y le dijo que durante el camino no hiciera mención
de la metedura de pata de Sepp, y le dio una poesía
que debía de pasar a su letra y darle a Rose
durante un paseo.
Mientras acompañó a Rose a casa Eric
hizo todo lo que su amigo le había aconsejado
y la invitó a dar un paseo al día siguiente,
donde la dio la poesía, y además se
hicieron novios. Durante un tiempo las cosas fueron
muy bien, ya que Rose y Eric pasaron unos momentos
fantásticos, ya que el escritor le seguía
proporcionando poesías a Eric. Pero un día,
mientras paseaban cerca de la casa del escritor, Rose
decidió que había que ir a hacerle una
visita, y cuando llegaron a casa del escritor se encontraron
con que Tanya, la mujer a la que estaban dedicadas
tantas canciones y poesías hechas por el escritor,
había vuelto para vivir sus últimos
días con su amado, pero eso era algo que ni
el mismo Karl sabía. Después de las
presentaciones, Tanya invitó a comer con ellos
a Rose y a Eric, y no se pudieron negar; pasaron un
día excelente los cuatro juntos, paseando por
las calles de Viena y sacándose fotos. Al cabo
de unas semanas la situación cambió
mucho con la llegada de Himmler para preparar la llegada
del Führer al día siguiente, ya que había
conquistado Austria y toda la ciudad estaba dominada
por los camisas pardas, que ganaron esta conquista
haciéndose pasar por gente buena, dando comida
a los más desamparados, y siempre con el lema
"sangre y lengua" para así unir Austria
con Alemania.
Al día siguiente Hitler hizo acto de presencia
y la ciudad fue perdiendo la estabilidad cada vez
más, ya que se empezaron a expulsar, a matar
y a llevar a campos de concentración a judíos
y a todo aquel que en el pasado había tenido
algún problema con los camisas pardas. Este
era el caso de Karl y de Eric, ya que Karl, en numerosas
ocasiones, se había enfrentado a los camisas
pardas y había escrito algún libro que
otro sobre los nacionalsocialistas, y Eric porque
le había quitado la novia a uno de los camisas
pardas, Sepp. Así que como Karl había
comprado dos billetes de tren a Zurich para él
y para Tanya decidió regalárselos a
Eric para que él si pudiera escaparse con Rose,
pero al principio Eric no comprendía la situación,
porque creía que él no corría
peligro sino que el que corría peligro era
solo Karl. Durante un rato Karl estuvo intentando
hacer entrar en razón a Eric, y le dijo que
él no podía escaparse porque Tanya estaba
a punto de morirse y debía de estar junto a
ella hasta el final y que Eric era una joven promesa
y le esperaba un gran futuro.
Eric,después de oír todo aquello, salió
de allí y se puso a dar vueltas por la ciudad
y cuando ya decidió volver a la pensión
vio a unos camisas pardas en el portal y, muy asustado,
decidió esconderse en la oscuridad y esperar
a que se marcharan. Después entró en
la pensión y la dueña le dijo que le
habían estado buscando los camisas pardas.
En ese momento, Eric decidió que debía
hacer caso a su amigo y escapar de la ciudad, así
que subió rápidamente a su habitación
y preparó la maleta, y a la dueña de
la pensión la dijo que se iba a marchar el
fin de semana al campo para dibujar algunos paisajes
que necesitaba. De manera que salió rápidamente
de la pensión y se dirigió a casa de
Rose para avisarla, pero no sabía como hacerlo,
así que escribió una nota en la que
se lo contaba todo y se la entregó al portero
después de darle muchas vueltas a cómo
se la entregaba.
Al día siguiente, Eric estaba esperando en
la estación del tren a Rose, pero ella no se
presentó sino que mandó a Ludwig Lehar,
un periodista conocido y amigo del escritor, para
que le dijera a Eric que no iba a poder viajar con
él porque tenía que acompañar
a su familia y no la podía dejar así;
además le dio una carta de parte de ella. Eric,
al ver y oír todo esto, no quería irse
sin Rose, pero el escritor lo empujó hacia
un vagón y evitó que Eric saltara; pero
a la vez que el tren se ponía en movimiento
aparecieron los camisas pardas, y uno de ellos saltó
a un vagón; pero el periodista, para evitar
que atraparan a Eric, comenzó a reírse
de Sepp, y el camisa parda saltó del vagón
de manera que ya nadie podía evitar que Eric
saliera del país. Al periodista no le fue tan
bien, porque intentó escapar, pero los camisas
pardas le alcanzaron y le dieron tal paliza que casi
lo matan, y no contentos con eso le llevaron a un
campo de concentración, el de Mauthausen, donde
estuvo una gran temporada trabajando en una cantera
subiendo piedras muy pesadas por unas escaleras que
eran realmente resbaladizas; se levantaban antes de
que saliera el sol, solo tenían un pequeño
descanso a la hora de la comida en la que les daban
un mendrugo de pan con un caldo de nabos, y después
hasta la hora de dormir nada más, pero los
domingos les daban una morcilla de sangre. Cuando
ya llevaba un buen tiempo se produjo 'La noche de
los cristales rotos', en la que millones de judíos
y de arios fueron llevados a campos de concentración
y todas sus casas y sus pertenencias quemadas y destrozadas.
Al día siguiente por la mañana, a ellos
no los hicieron caso y se dedicaron a maltratar a
los nuevos esclavos entre los que se encontraba el
escritor Karl Lebendig, que duró desafortunadamente
pocos días allí, ya que mientras le
interrogaban le destrozaron a golpes y después
intentaron que un mono le acabara de matar pero el
mono, en cambio, se abrazó fuertemente a él
como si quisiera evitar su muerte; las S.S. mataron
al mono y después por la noche, cuando todos
dormían, colgaron a Karl fingiendo un suicidio.
Poco tiempo después, soltaron al periodista
porque creían que ya había sufrido un
escarmiento suficiente, pero le advirtieron que era
mejor que abandonara la ciudad. Todo esto se lo contó
el periodista a Eric una vez salió del campo
de concentración, cuando ya vivía en
Zurich y las cosas no le iban tan mal, ya que tenía
alojamiento y comida en el orfanato que le había
recomendado el escritor, y se ganaba un dinero extra
pintando; si las cosas seguían así,
el curso siguiente podría continuar las clases
de Bellas Artes, pero a la vez estaba triste por no
poder estar cerca de Rose.
A mí el libro me ha gustado porque expresa
lo que le sucedió a muchas personas durante
la dictadura de Hitler. Lo expresa mostrando el sufrimiento
que pasó Eric al tener que abandonar Viena
dejando a su amada atrás, siendo perseguido
por los camisas pardas, y el sacrificio que realizó
Karl al regalarle los billetes a Zurich a Eric para
que se escapara con Rose y quedándose en Viena
solo por pasar con la mujer que amaba sus últimos
días, aún sabiendo que los camisas pardas
también iban a por él, y muriendo en
un campo de concentración maltratado y finalmente
asesinado.
Del uno al diez yo le pondría un ocho, porque
es un libro que nos enseña cómo vivían
las personas atemorizadas hace relativamente poco.
Y nosotros nos quejamos por todo viviendo como los
ángeles en comparación con ellos.

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